Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: La última vez que se vio esto, fue en España, a donde el
expresidente Enrique Peña Nieto “se
autoexilió”, seguramente por ser parte del trato que realizó con Andrés Manuel
López Obrador. Al salir de un hotel lo esperaba un grupo de mexicanos, que le
gritaron lo que realmente es: ¡Ladrón, ratero y corrupto! Esto nos recuerda
cuando a otro renombrado caco, también ex mandatario de esta pobre nación, él,
José López Portillo y Pacheco, quien juró, con enormes lágrimas de cocodrilo,
que defendería como un perro el peso más devaluado que su ética; donde se
paraba el moderno Quetzalcóatl, la gente le ladraba: en la calle, en
restaurantes o aviones en los que viajaba, se soltaba la ladriza, recordándole
que, en efecto, era un perro sarnoso y repudiado. Otro notable del bajo mundo
es el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, quien también fue duramente
increpado por estudiantes mexicanos en Inglaterra, a la salida de una conferencia
que el hijo predilecto de Agualeguas dictó. De vulgar ratón no lo bajaron y
hasta se escuchó un fuerte grito de: ¡Salinas fuck you! ¡Zas!
No culpo a estos ciudadano agraviados por la gran corrupción que demostraron estos tres zopilotes de la
grilla totonaca. Ante la perversa impunidad que existe al respecto, al mexicano
de a pie, solo le queda el recurso de mentar madres y desearles negro porvenir
a estas lacras.
Aunque yo dudo mucho que AMLO
se vaya a Palenque como lo ha prometido, sí me queda la maldita incertidumbre
de que, el macuspano, pueda salir libremente a la calle, meterse a un cine, o a
una taquería, sin que nadie le grite dos o tres verdades y un par de
recordatorios a su mamacita Doña Manuelita. Creo que dejará de ser un honor
estar con Obrador.
Hay una novela excelente de ese gran escritor que fue Luis Spota, se llama “El primer día” y trata sobre lo que le sucede a un mandatario tan poderoso como los presidentes mexicanos, al dejar el poder e irse a su casa. Aurelio Gómez-Anda, es el personaje principal de esta novela que forma parte de una serie de seis libros titulados “La costumbre del poder”. Muy recomendable todos.
Y no es que me preocupe el
destino final del actual dueño del palacio virreinal, pero debe él entender
que, durante seis años, se dedicó a dividir a los mexicanos entre fifís y
chairos, y a pelear todas las mañanas contra lo que se movía: periodistas,
intelectuales, clase media, universidades, científicos, madres buscadoras,
padres de niños con cáncer, feministas y en general con las mujeres, los
partidos políticos, los ex presidentes y no pocos políticos, incluso de su
mismo corral como Marcelo Ebrard y otros; los organismos autónomos, gobiernos
extranjeros, el poder judicial, etc. La lista es larga, porque el final de cuentas,
AMLO no es amigo de quien piensa diferente a él, lo que nos habla de la
terrible autocracia que nos gobierna.
DE DULCE:
Devastador
para el gobierno de la cuarta transformación, pero muy ilustrativo, resultó el
informe del manejo de la pandemia de covid 19, que elaboró la Comisión
Independiente de Investigación sobre la Pandemia del Covid-19 en México,
conformado por especialistas que decidieron hacer un análisis sobre lo que
sucedió durante aquellos momentos tan terribles para todo el planeta y que en
México resultó catastrófico en razón del número de muertes. Muy importantes
personajes conformaron este comité, entre otros, el Dr. Julio Frenk, Sergio
Aguayo, Julia Carabias, Carol Perelman y Jaime Sepúlveda, quien coordinó estos
trabajos, entre otros.
El balance general, por supuesto no fue bueno, lo que nos habla de un mal manejo por parte del gobierno de López Obrador y el dizque zar de la pandemia, el ahora llamado Dr. Muerte, Hugo López Gatell. Se calcula que hubo 800 mil difuntos por covid tan solo en este rincón del mundo que llamamos patria y, el informe dice, que al menos 300 mil no debieron de haber fallecido, pero desafortunadamente sí pasaron a mejor vida debido a la indolencia gubernamental y a la errática política pública sanitaria. También hay que recordar que murieron más de 4500 personas que se dedicaban a los servicios de salud: médicos, enfermeros, camilleros y personal administrativo de los hospitales, cifra que es la más alta en el mundo. Súmele a eso estimado amigo lector, que la esperanza de vida en el país cayo cinco años, lo cual es terrible.
A pesar de todo eso, el gobierno de la 4T insiste que el manejo de la crisis del covid 19, fue el mejor. Lo más grave es que si sumamos esos 800 mil muertos a los 185 mil asesinados en este sexenio y los 50 mil desaparecidos, muchos de ellos quizá eliminados también, tendremos la pavorosa cantidad de un millón 35 mil personas que ya no están con nosotros, configurando al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como el sexenio de la muerte, quizá por ello, ahora presumen en sus camisetas a la santa muerte.
Este interesante informe que puede encontrar en internet siguiendo la línea: https://www.comecso.com/wp-content/uploads/2024/05/Informe-Comision-Independiente.pdf, concluye lo siguiente, además de los graves errores de los que tomaron decisiones, existen tres claves para comprender el fracaso de México en su respuesta a la pandemia: la permanente subestimación de la gravedad del virus, la centralización y personalización de las decisiones, y la política de austeridad. Este importante documento no viene a sumarse a las “politiquerías” que siempre mira en su horizonte el presidente víctima que hoy padecemos, es solo una manera de poder evitar en el futuro, otra circunstancia igual, porque de que vienen más pandemias en el futuro, eso no está a discusión.
DE
MANTECA: “A la
tierra que fueres, haz lo que vieres” decía aquel viejo y muy cierto adagio
que nos enseñaban los abuelos. Esto nos instruye a que no podemos llegar a un
lugar, ya sea de visita, o de plano para radicar en él y tratar de cambiar las
tradiciones o la cultura de esos pueblos, que ya tienen bien arraigadas sus
costumbres, usos y creencias. Recuerdo que mis padres y mis abuelos me recomendaban
que, al pueblo, ciudad o cualquier localidad a la que llegara, comiera los
platillos tradicionales de ese lugar, cosa que hago hasta la fecha. Estoy
cierto que se debe respetar la identidad, el pasado y el folclor de los
pueblos.
De ahí que, me parece muy mal, que el nuevo sacerdote que ha llegado a hacerse cargo de la parroquia de Acaponeta, llegue con ínfulas que lo dejan muy mal parado, a él y por su puesto a la propia iglesia como autoridad. No sé el nombre de este digno señor, pero lo que sí sé, es que no es la primera vez que sucede en este noble pueblo, ni será la última. A la comunidad han llegado sacerdotes que prácticamente han salido por piernas, por la forma en que han tratado a la feligresía, que no se ha dejado del trato, a veces, incoherente y un cuanto tanto prepotente del cura en turno.
Este que hoy padecen los fieles acaponetenses se parece a otro que, hace pocos años, trato de imponer su autoridad groseramente, eliminando lo que no le parecía, y “transformando” la relación pastor-corderos, a su modo y equivocada voluntad. Ciudadanos inconformes con lo que ven, me dicen que el nuevo cura ha tratado de acabar con los grupos organizados dentro de la iglesia, que por años vienen colaborando con la parroquia en los grupos de cursillos, de pláticas y hasta el tan benéfico grupo de Cáritas, solo porque, al augusto capellán no le gusta o no les ve beneficio.
Mucha gente quedó asombrada y molesta porque en la pasada
semana santa, no se llevó a cabo la tradicional peregrinación del Domingo de
Ramos, que partía desde la secundaria “Leyes de Reforma” y hasta el Templo de
la Asunción, donde se remataba con algún rito de tan importante fecha. Lo mismo
sucedió con el Vía Crucis, siempre tan solicitado y apoyado por la congregación
de fieles, quienes marchaban del templo parroquial al santuario de Guadalupe y
que este año no se hizo porque —me dicen—, el cura alegó que aquello se
convertía en una pachanga donde la gente iba en la peregrinación platicando o
haciendo otras cosas y no atendían a la celebración del acto que recuerda el
sacrificio de Jesús. No permite el prelado, que otro rito de muchos años, que
es cambiarle los ropajes a una de las figuras religiosas del templo, eso, se
acabó también.
Qué triste, que alguien que
viene a encabezar el destino de una institución tan importante como es la
parroquia de Acaponeta, se enfrente, sin razón y motivo importante a la ya de
por sí endeble asistencia a las actividades eclesiásticas, pues en todo el
país, incluido este municipio, los fieles se van alejando por diversas razones
del culto católico.
SR. CURA DON LEANDRO ROCHA
Confieso que no soy hombre
apegado a las cuestiones religiosas por motivos que no vienen al caso, pero si
me parece mal, que este señor cura no haga como hicieron otros “padrecitos” de
perdurable grato recuerdo como Leandro Rocha, a quien le tocó reabrir los
cultos en Acaponeta, luego de la terrible guerra cristera provocada por el “comecuras” Plutarco Elías Calles,
encabezando el sacerdote Rocha, un solemne Te Deum, con el pueblo detrás de él.
SR. CURA DON JOSÉ DE JESÚS VALENCIA
O el caso enorme del Señor Cura José de Jesús Valencia, que fue capaz, con la colaboración y simpatía de la comunidad católica acaponetense de levantar el hermosísimo Santuario de Guadalupe, obra monumental que ahí luce orgulloso y altivo, al otro lado de la vía del ferrocarril. Son muchos los sacerdotes que habría que reconocer por la comunicación, el cariño y el apego que tuvieron cuando radicaron por estas nobles tierras: Antonio Lerma Nolasco, Jesús Ulloa Macedo y otros más, que algunos, que sí son apegados a la iglesia recordarán con cariño. Ojalá, el nuevo sacerdote tome conciencia de ello y evite que la gente, justamente enojada, vaya con el mitote al obispo pidiendo que lo manden a Jerusalén. Amén.
0 comentarios:
Publicar un comentario