domingo, 2 de marzo de 2025

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: Recientemente, navegando “por ahí” en las “benditas” redes sociales, me hallé un interesante texto que se aplica como anillo al dedo a los gobiernos mexicanos, no importa si son o fueron priistas, panistas u hoy, del actual partido aplanadora y en el poder: Morena. Este texto lleva por título: “La teoría del caballo muerto”.

Piense usted, que de pronto se encuentra montado sobre un caballo muerto —ni siquiera me imagino la escena—, lo más lógico es que se baje del cadáver equino y comience una reflexión de por qué falleció el cuadrúpedo, para evitar que le vuelva a suceder en el futuro o al resto de su manada; o bien, planeará la excavación de un hoyo para sepultar el cuerpo. No sé, algo tendrá que pasar y que sea efectivo y correcto. 


Los gobiernos de México, desde mucho tiempo atrás, o al menos a partir de Plutarco Elías Calles, fundador del PNR, abuelo del PRI y hasta Zedillo, que entregó el poder al panismo, surgiendo así la “docena trágica” con Fox y Calderón, para culminar con el corruptísimo peñato, y finalmente caer con Morena, todos, todos, absolutamente todos, lejos de reconocer la muerte del caballo y aceptar esa triste realidad, prefieren elaborar perniciosas ocurrencias para justificar el deceso del penco. 


Es decir, llegan al absurdo de comprar una silla para el caballo, o bien conformar un comité para mejorar la alimentación del cuaco muerto. Otro sabio servidor público, propondrá despedir al encargado de los caballos y contratar a alguien nuevo, esperando un resultado diferente. Así ha sido y las consecuencias están a la vista: Pemex —un jamelgo escuálido y muerto— está prácticamente en quiebra, al igual que la Comisión Federal de Electricidad, otro corcel difunto.

En los gobiernos de ayer, se perdió Conasupo, por ejemplo —y su reemplazo Segalmex, resultó una olla de corrupción y ya chupó faros, como el caballo de marras—, Telmex, Imevisión, Altos Hornos y hasta andaban quebrando el sistema bancario cuando nacionalizaron la banca, suma final: un gran panteón ecuestre.

Hoy, la matanza caballar sigue igual: el sistema de salud, colapsado; ni hablar de la seguridad o las ocurrencias del obradorato: Tren Maya, altamente subsidiado por el propio gobierno porque trabaja en números rojos; Mexicana de Aviación, en ruinas; la refinería de Dos Bocas, otra fantasía sexual de don Vejete. Todos caballos muertos y el gobierno creando comités o equipos de trabajo para analizar el problema del caballo muerto desde todos los ángulos. Estos comités trabajarán durante meses, levantarán informes y finalmente concluirán lo obvio: el caballo está muerto, pero en el inter se gastaron una millonada.


Concluye este ingenioso artículo de la siguiente manera: “Esta teoría pone en evidencia cómo muchas personas y organizaciones prefieren negar la realidad y desperdiciar tiempo, recursos y esfuerzos en soluciones inútiles, en lugar de aceptar el problema desde el principio y tomar decisiones más inteligentes y efectivas”.


DE DULCE: La clase política mexicana ha perdido ya todo pudor y no hay la más básica capacidad de ética. Estos malandros, a los que pagamos sus abultadas quincenas, nos recuerdan a aquel sátrapa cacique Gonzalo N. Santos, quien sin ningún rubor expresaba que “la moral era un árbol de moras”, y si no, mire usted: la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo advirtió que será el pueblo el que no aprobará que un partido o coalición postule como candidato al familiar de un gobernante o representante popular en el próximo proceso electoral de 2027, y que ya no habrá reelecciones. Dicho así por la presidenta con “A”, resulta magnífico y volvemos a notar algunos cambios y decisiones personales, dejándonos ver que ella, es la mandataria del país y no la momia de Palenque. Hasta aquí todo bien, pero…—siempre hay un maldito pero—.


El pasado martes en el senado de la república, esta iniciativa de Claudia fue aprobada por unanimidad, con 127 votos a favor, sin embargo, con toda la avaricia y perversidad que les da el poder, morena y su rémora principal, el partido verde, modificaron la intención presidencial de Sheinbaum en materia de nepotismo para que comience a aplicarse hasta el 2030. ¡Hijos de toda su..! No tienen ningún recato, vergüenza o mínimo de honestidad. Pero se entiende, tan solo es la transformación de cuarta la que actúa.


En el gobierno “donde ya no existe la corrupción”, hay muy bonitas familias —dijera mi tío Pompín—: la familia Alcalde, donde Luisa María es la presidenta nacional de Morena, su hermana Bertha María, es la titular de la Fiscalía General de Justicia en la CDMX; su papá, Don Arturo fue importante participante de una comisión para reformas a la Ley del Trabajo, por supuesto cobrando jugoso salario; por cierto su esposa Doña Bertha, es expresidenta del Consejo Nacional de Morena. En este bello núcleo familiar, hay otros ganones de la misma sangre y saliva: Tania Tiscareño, en el DIF; el hermano de esta, Fernandito, es secretario ejecutivo en el SESNSP de la capital del país; otros dos hermanitos de estos: Alejandro y Karina, el primero gerente de Infonavit y la otra una dirección en comunicaciones y transportes. ¡Qué lindos! Una familia más de Morena: los Batres, con Martí, actual director del ISSSTE, la hermana Lenia, metida con calzador por el mago Merlín de Macuspana a la SCJN y por supuesto Valentina, diputada local de la CDMX. Sigue la mata dando, faltaba más, ahora “las chicas Godoy”: Ernestina, consejera jurídica del ejecutivo federal; su “manita” Alma, coordinadora de la unidad de administración y finanzas de CONAFOR. ¿Y cómo dejar fuera a las hijitas de Ernestina, las nenas Claudia y Mariana? la primera una dirección en Conagua y la segunda jefa de departamento en Segob. ¡Ternuritas!


¿Qué me dicen de los Salgado, ejemplo de honorabilidad en Guerrero? El patriarca Félix Salgado Macedonio, conocido violín guerrerense, es “destacado” senador de Morena. Este granuja, como es sabido movió los hilos con su majestad Andrés Manuel I y dejó a su hija Evelyn como gobernadora de ese pobre estado, y el “pioresnada” de la virreina, Rubén Hernández, es su jefe su gabinete. Otra hija del impune violador Félix, es la niña Liz, quien es la mera mera en el DIF de Guerrero, y hasta una linda sobrinita, Zulma, subdirectora administrativa en el hospital regional del ISSSTE.


Una de las más prolíficas familias del medio del espectáculo grillesco de la nación, son los inefables Monreal, con el jefazo Ricardo a la cabeza, coordinador de Morena en San Lázaro; su carnal Saúl es senador y fue primer edil de Fresnillo, el peor en la historia de ese municipio y que ahora quiere ser gobernador del sufrido Zacatecas; y su otro “manito” David es el actual virrey de esa desastrada entidad. Pero aún hay más, dijera aquel tarado conductor dominical: Eulogio Monreal, delegado de la SER en Aguascalientes; Susana, acomodada en el consulado en San Antonio; Ana María, directora de salud en Zacatecas y Rodolfito, encajado en el gobierno de Sinaloa. Y, quizá lo más terrible: como hoy México es el reino de Pejelandia, su “MAJE-stad” Andrés Manuel I, dejará en el trono del águila al verdadero golfo de México, el orgullo de su nepotismo, Andy Primero en la elección de 2030. ¡Ingale!


FARSA CALLEJERA

 DE MANTECA: México lindo y querido es una increíble puesta en escena; farsas que corren de la tragedia a la comedia, ejecutadas en los callejones de Guanajuato como sainetes de enredo y melodrama. “Nuestros” políticos son hábiles saltimbanquis y maromeros, que no tienen ningún empacho en satisfacer, antes que cualquier cosa, sus intereses personales, sus desmedidas ambiciones y son capaces hasta de vender a su madrecita si eso les reporta un beneficio en el bolsillo.

Mire usted amigo lector si no es ridícula esta farsa: Javier Corral, aquel que fuera gobernador de Chihuahua bajo las siglas del partido blanquiazul, es acusado por la actual gobernadora de las tierras raramuri de peculado y alta corrupción. El tipo de marras, huye de esa entidad y se va a refugiar a la CDMX, hasta donde llegan los agentes chihuahuenses con órdenes de aprehensión que la misma fiscalí de la capital del país aprobó. Con toda calma y desfachatez, Corral se va a un restaurant de postín y ahí lo alcanzan sus perseguidores. Saca su teléfono y le habla a algún caca grande del gobierno de Morena y más rápido que ipso facto cae en el mesón, ni más ni menos que el fiscal de la ciudad de México, un tipo de apellido Lara, más oscura su trayectoria que el bigote de Vicente Fernández cuando rifaba en los palenques y se lo lleva para protegerlo. Con este antecedente, Corral, ya amparado con el fuero que le da el senado, recibe a Andy López Beltrán, el verdadero golfo de México, quien lo quiere afiliar a Morena. Corral, por esas cosas inexplicables de la vida o porque aún, muy en el fondo le quedó un ápice de pudor, se niega. Ante esto, que parece una acción de ingratitud, el presidente del senado —ni más ni menos—, ese paladín de la educación, la moral y las buenas costumbres, Gerardo Fernández Noroña, conocido en el bajo mundo como “Changoleón” lo llama malagradecido y, sin cuidar las formas o el decoro, se atreve a decir, que fue Morena quien lo salvó de la cárcel. ¡No manche profe! me decían mis alumnos. ¿Qué nos falta por ver?   ¡Amigos, solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es, invisible para los ojos, salud para todos!

 

 

 


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