Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE CHILE: Por supuesto que la Señora “historiadora” Beatriz Gutiérrez Müller, puede irse a vivir a Timbuctú, a Samarcanda o a la mismísima Chingada, al lado de su todo poderoso hueytlatoani nacional o a dónde mejor le parezca, sin embargo, y eso está registrado, escogió Madrid, España, y hasta pidió la nacionalización hispana, porque la ley de allá se lo permite, cosa que por cierto, en una no menciona, en una carta que puso en circulación esta semana que transcurrió.
Es “la madre patria” el lugar donde por seis años, su marido, y las huestes morenistas, gritaron a los cuatro vientos, que Madrid, en específico, era el refugio de la derecha, y los políticos corruptos —esos que por cierto AMLO no persiguió, o como hizo con Peña Nieto, radicado precisamente en la capital española, no lo tocó ni con el pétalo de una rosa—. Eso se le olvidó a la señora Gutiérrez.
Pero tampoco, recordó que fue ella, la que le metió en las pocas neuronas a su cónyuge, que España tenía una deuda con México, por la caída de Tenochtitlan en 1521 y la posterior, dizque colonia, y que, por ello, debía insistir ante el rey de aquella nación a que nos pidiera perdón por el agravio sucedido hace 504 años —burrada a la que también la Sheinbaum se ha aferrado por órdenes superiores—.
Es de extrañar que una doctora en historia salga con tamaña babosada, y solo para que su maridito adorne los inanes discursos adobándolos con ese nacionalismo barato, por supuesto falso y demagógico, al cual es muy dado. Le han hecho creer al “pueblo sabio y bueno” que nosotros los mexicanos, ya estábamos aquí en forma de aztecas y que, los “malditos gachupines” vinieron a cambiarnos “nuestra lengua”, “nuestra” religión, quitarnos “nuestra” tierra, robarnos “nuestro” oro y violar a “nuestras” mujeres. A ver, ¿“nuestros?, ¿a nosotros? ¿quiénes”?
Que lo entiendan los seguidores de la doña historiadora, ¡No éramos mexicanos! ¡No existían ni México, ni España! La Sra. Gutiérrez Müeller, se olvidó también de la historia, y que los mexicanos, incluyéndola a ella, a su esposo y a sus hijos, así como a todos los pomposos y nuevos ricos morenistas, que somos producto de la fusión de esas dos razas, la de bronce representada por los indígenas de todo este territorio —no solo los mexicas— y por supuesto la europea. Eso no se da en una colonia.
Somos mestizos, le guste a la doña o no le guste. Pero decía que la Seño Beatriz, ante la presión social y lo mediático del asuntillo, decidió, escribir una terrible carta, que parece que se la hizo su hijastro el buenazo de Andy. Con esos textos, nadie al parecer se los dice, ni los asesoran, salen peor librados. Lo único coherente del comunicado fue decir que AMLO, es “un loco hermoso” (dejémoslo en loco nada más).
Aquí lo que llama la atención, es el doble discurso que
manejan los cuatroteros personajes de este remedo de nación. El periódico ABC
de España, publicó que la Doña, tenía pensando radicar en “La Moraleja”, un súper exclusivo lugar para millonarios de la
península Ibérica y uno que otro nuevo rico de las repúblicas bananeras del
nuevo mundo. Diría el emperador de Palenque: “¿Quién pompó?” Después de vilipendiar a España y exigir
barbaridades, “Ñoda Bety”, tiene que jurar lealtad al Rey Felipe VI. ¡Qué
papelones hacen estos zafios que nos gobiernan y en cada nueva babosada
destruyen la buena imagen que tenía México ante el mundo!
DE DULCE: Siempre se ha dicho, que el pez por su boca muere y el que mucho habla, mucho yerra. Durante casi seis años, Andrés Manuel López Obrador, si hizo algo de relevancia, fue hablar, hablar y seguir hablando hasta la saciedad --de relevancia para él y sus seguidores por supuesto--. Sus famosos monólogos de la llamada “mañanera” —hoy con la triste imitación de las “mañaneras del pueblo” de la presidenta con “A”, igual de infames—, están pasando factura al demonio de Tabasco.
Allá por el 2021, AMLO soltó esta perla que hoy le rebota en los belfos: “…las transas más grandes son las que se hacían desde arriba; entre más elevada a autoridad más corrupción, ese era el problema. Nada de que el presidente no sabía, no se enteraba, lo engañaban…eso es falso. El presidente de México está informado de todo lo que sucede, y las transas grandes que se llevaban a cabo y que se pudiesen realizar si nosotros no cumpliéramos con nuestro compromiso de gobernar con honestidad. Todas esas transas llevan el visto bueno del presidente, aunque no firme, él autoriza, el tolera, él permite…”
Quiere decir entonces, que Líopez Hablador, sabía muy bien, que su secretario de gobernación, su hermano como le llama con cariño, Adán Augusto López, estaba fuertemente ligado al crimen organizado en Tabasco; sabía, el entonces presidente, que el secretario de seguridad pública de esa entidad, era el meramente jefe de “La Barredora” y de las jugosas y pingües transas que su “carnal del alma” y Hernán Bermúdez Requena, hacían con la droga, el multimillonario negocio del huachicol y hasta el saqueo infame de la fallida refinería de Dos Bocas.
Sabiendo eso —ya que él dice que el machuchón de esta
nación todo lo sabe— fue capaz de invitar al vampiresco Adán Augusto a sumarse
a su gobierno como secretario de gobernación, ni más ni menos y, trinche
paradoja, como coordinador o jefe del gabinete de seguridad del gobierno
federal, ese que implementó la dizque estrategia de “abrazos no balazos” y que tanto daño y miles de muertos causa y
causó a México y que tanto presumió el macuspano, hoy “hermoso loco”. De ese tamaño la complicidad.
DE MANTECA: Es de preocupar y ya es un tema muy grave, que viene a empeorar las cosas que suceden en México, es el de la censura y la represión en contra de la libertad de expresión, y las cosas están llegando a un límite increíble. El gobierno de la 4T, lleva ya casi siete años reprimiendo, difamando, amenazando y llevando a cabo acciones en contra del periodismo.
Esta bronca que comenzó con López Obrador, se ha agudizado en el período de Claudia Sheinbaum. Se esperaría que un gobierno que se dice de izquierda, debiera comprender que es sano escuchar la crítica desde fuera de las oficinas gubernamentales. Que su verdad, muchas veces no corresponde a la realidad y que maquillar estadísticas, comentar latrocinios o ser negligente, debe ser reportada por el periodismo en todas sus formas. Con el estúpido pretexto de la “violencia política de género”, se han presentado casos absurdos y a todas luces represoras de un sistema que cada día se parece más a una dictadura bananera.
Sinvergüenzas y lagartas con enorme cola que les pisen, la alcaldesa de Acapulco, esa corrupta e ignorante Abelina López Rodríguez, y la no menos infame virreina de Campeche, Layda Sansores, interpusieron sendas demandas en contra de periodistas a los cuales castigaron, en el primer caso, con la alcaldesa acapulqueña, con 15 días de disculpas en el medio de comunicación; al comunicador de Campeche, le pusieron un “censor” que tendrá que determinar lo que se escribe y dice sobre la colorina mandataria.
Surrealista el caso de la diputada del PT, esposa del machuchón de la cámara de diputados, ambos nacos legisladores, nuevos ricos y mamones, que sancionaron a una ciudadana —ni siquiera periodista— a disculparse 30 días seguidos ante la diputadeta a la que ni siquiera puede mencionar por su nombre, solo con el mote de “dato protegido” —¡Hazme el recavor fabrón! —. Otro ciudadano, “ofendió” al porro del senado Gerardo Fernández Noroña en un aeropuerto y el llamado por el pueblo “Changoleón”, movió sus hilos perversos y pérfidas influencias, para que, en el propio senado, el pobre hombre pidiera públicamente perdón ante las cámaras del congreso para inflar aún más la innoble soberbia de este patán.
Otro caso, con el mismo motivo de “violencia de género y calumnia política” lo están padeciendo la reconocida conductora Carmen Aristegui y Germán Gómez. Héctor de Mauleón está también en capilla, por sus denuncias del huachicol en Tamaulipas. Uno tras otro se van presentando estos acosos a la prensa y eso solo lo veíamos en países como Cuba, Venezuela o Nicaragua, curiosamente, los países amigos --y diría yo--, cómplices de la transformación de cuarta.
Ya no escribas esas cosas me dicen algunos buenos amigos y familiares, pero eso me trae a la memoria las palabras de Martin Niemöller, un pastor luterano alemán y furibundo antinazi, quien escribió: “Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y no dije nada porque no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por mí, y ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí”. Estamos en el umbral de una dictadura como nunca hemos visto en México. Gracias por seguirme y recuerden amigos que solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos. ¡Salud!
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