sábado, 28 de febrero de 2009

PERSONAJES DE ACAPONETA

DON MARGARO GUERRA ¡AGUA DE CEBADA!
cuarta entrega
Dicen los que saben, que Don Margaro Guerra tenía el Sindrome de Münchhausen, padecimiento que se le diagnostica a aquellos que mienten para llamar la atención, pero más que nada, en Acaponeta creemos que Margarito realmente vivió cada una de las historias que contaba. Cuando alguien le decia a Margarito que fulano o sutano andaban diciendo que lo que él contaba eran puras mentiras, Don MArgaro siempre les contestaba: ¿Cómo quieres que sepan, si ellos no han vivido lo que yo? Don Margaro Guerra nunca se amedrentaba por la crítica, y siempre tenia una nueva historía que contar, como aquella de La Jabalina y el Venado, una de sus más conocidas "margarencias":
LA JABALINA Y EL VENADO
Iba por un camino del monte sin rumbo fijo, con la inteención de hacer leña, llevaba mi hacha y mi caguayana. De pronto, de entre unos matorrales, salió una puerca jabalí, la que se me hecho encima y con el hacha me defendí. Le dí un hachazo en la pura frente. Tan fuerte le dí que no pude sacarle el hacha de la frente, le quedó bien clavada en la cabeza y así se fue. No pude encontrarla por más que la busqué. Andando en suu busqueda, ví un venado muy grande, bonito y con mi caguayana corté una rama verde de un árbol y le hice punta. Me acerqué lo más que pude al venado y lo ensarté con esa lanza. Pero como el venado era muy grande, corrió así ensartado. Lo busqué tambien y nunca lo pude encontrar. Me regresé a mi casa sin nada.
Al tiempo, volví por aquellos lugares y ví nuevamente a la jabalina, aquella que le dí con el hacha en la cabeza. todavía traía ensartada el hacha, pero además iban detras de ella varias crias y todas ellas llevaban un hacha chiquita en la cabeza. Me dió miedo de que se me hechara encima, corrí y me subí a un guayabo que por cierto estaba lleno de fruta que comencé a comer, pero luego sentí que el árbol se movía, por lo que me fijé hacia abajo y con sorpresa voy viendo que era el venado que había lanceado con aquella rama verde que era de guayabo y retoñó en un costado del venado. ¡Agua de Cebada! ...continuará.

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