viernes, 19 de febrero de 2010

¿QUÉ PASA AHÍ?

Muchas veces lo he comentado, el Ayuntamiento municipal de Acaponeta que preside el Dr. Saulo Lora Aguilar, en ya demasiadas ocasiones no cuida las formas; algunos detalles no los contemplan en su totalidad sus colaboradores y yerran penosamente, dejando mal parada la imagen del primer edil, que a mi modo de ver, sigue siendo buena, a pesar de los errores de sus subalternos. Esto lo comento porque me parece increíble el mal trato que le dan en el Ayuntamiento al Cronista Municipal, pues luego de que tomó protesta, ha sido un supino desprecio el que ha recibido de unos y otros, lo que demuestra la ignorancia total que tienen el grueso de los funcionarios municipales sobre este tema.
Primero y que lo entiendan, el puesto de Cronista no se gana en un compromiso político, no es un volado aventando a la suerte del águila o sello, cuando se amarran acuerdos en lo oscurito, esa plaza se consigue gracias a un perfil muy específico y difícil de conseguir, pues se debe a años de investigación sobre la historia nacional, regional y local. La ley dice: "El nombramiento recaerá en un ciudadano que se distinga por su labor y conocimiento de la historia y la cultura del municipio, y que tenga además la vocación de registrar y difundir los valores y tradiciones de la localidad". Además, señores funcionarios, las atribuciones de estos personajes serán el registro literario y documental de los personajes y acontecimientos históricos más relevantes de la comunidad; así como el estudio y rescate de las costumbres y tradiciones de la localidad y la descripción de las transformaciones urbanas del municipio. Cosa que no cualquier chango puede hacer.
Un Cronista Municipal, no es efímero como el de cualquier funcionario del Ayuntamiento, cuyo puesto y poder es de escasos tres años, un cronista, lo es siempre, por convicción, no por decreto presidencial o espurio nombramiento partidista. A Néstor Chávez Gradilla, le tomaron protesta como Cronista el año pasado en solemne sesión de cabildo, con la presencia de los regidores, síndico y Presidente Municipal, ahí estuvieron algunos directores de área y los medios de comunicación, sin embargo, ahora le salen con el cuento chino de qué, como no está en la nómina, no es aún Cronista de manera oficial. ¡Hágame el racavor fabrón! De hecho, de manera incomprensible, no le han otorgado el nombramiento oficial correspondiente, lo que deja en claro que alguien está fallando ahí, ya sea el secretario de Gobierno, hoy al perecer en remojo esperando "la muerte anunciada"; el Contralor Municipal o el propio cabildo que obviamente no ha seguido las actas de las reuniones y ni cuenta se han dado de lo qué sucede. El caso es que el Cronista, no es Cronista por la gracia de Dios y la desgracia de los funcionarios municipales. Sabemos que Néstor llega a la Presidencia Municipal y nadie le hace caso, en un desprecio a todas luces ofensivo y que deja --otra vez-- mal parado al gobierno de Saulo Lora, que no sabe guardar las formas y no es que se le coloque alfombra roja, pero sí que se le dé su lugar. Chávez Gradilla, por supuesto no recibe ningún dinero de la presidencia, tampoco un espacio en el palacio municipal, si apenas lo saludan y no es invitado a los actos oficiales, no está integrado a la nómina y mucho menos le dan viáticos y recursos para su labor como marca la ley Municipal del Estado de Nayarit en el artículo 107: "Para el cumplimiento de sus fines, el cronista municipal contará con los recursos que se deriven del trabajo coordinado con las instituciones públicas y privadas que tengan injerencia en la investigación, acervo y difusión de las culturas populares", cosa que hoy no sucede.
Hemos visto el interés que Saulo Lora Aguilar le ha imprimido a la actividad y desarrollo cultural, fue, sin duda, uno de los que más apoyó la idea de darle certeza a la posición del Cronista Municipal y hasta personalmente le tomó protesta y se comprometió a que el puesto del relator de la historia acaponetense, obtuviese recursos para su labor, pero sus funcionarios no saben leer los conceptos de su jefe y todo quedó en palabras y solo palabras que el viento se ha llevado ominosamente.
Más respeto para alguien que se lo ha ganado y que solo ambiciona, creando identidad en el intento, registrar el quehacer diario y rescatar los hechos del pasado. (PEPE MORALES)
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