Por: Héctor Algarín.
“Sin importar el tamaño de la ciudad o pueblo en donde nacen los hombres o mujeres, ellos son finalmente del tamaño de su obra, del tamaño de su voluntad de engrandecer y enriquecer a sus hermanos” Ignacio Allende Para hablar de Acaponeta, es necesario hacer mención de sus habitantes, baluartes de nuestra historia y que sin estos nuestra ciudad no tendría rumbo y a su vez estaríamos olvidando parte de nuestra esencia, de nuestro legado...de nuestras raíces. Las familias que forjaron a Acaponeta, son singulares, ordinarias y a la vez "sui generis" la mezcla de estas características entre los habitantes de nuestra región (incluyendo a la hermana República de Tecuala) ha dado como fruto, la rica idiosincrasía de...¡Los Acaponetenses! así, con todo el despilfarro de hablar tan propio de todos y cada uno de nosotros. Nuestra querida Acaponeta, se ha forjado a través de los años con epocas muy marcadas en el tiempo y su metamorfosis, ha dado lugar a una abundante amalgama de características dignas de mencionar y que sirvan de referencia de la calidad moral de las diferentes personas que conformaron familias que han habitado en la geografía de la "Atenas Nayarita". La historia muchas veces se distorsiona y la memoria falla; esto que a continuación narro es un pequeño tributo a todos aquellos que nos antecedieron sin afán de usurpar funciones que por méritos propios tienen otras personas en la localidad. En esta ocasión, empezaré con una familia numerosa (a la antigua usanza, dirían los clásicos) y al mismo tiempo multifacética: La Familia Espinosa.
La conformaban los esposos Melesio Espinosa Camarena nacido en Acaponeta y María Ávalos Bernal, de Tepic, procrearon a ocho hijos, todos ellos comerciantes. Cada uno desempeñaba actividades diferentes y contaban con varios negocios en la ciudad y fuera de ella. El Sr. Fidencio Espinosa, de gratísima memoria para quienes lo conocimos, nació en 1920, hombre de baja estatura pero de altos pensamientos. Para "abrir boca" fue el primer ambientalista en Nayarit, señaló y criticó abiertamente la tala inmoderada de los bosques de nuestra Sierra Madre Occidental, por el entonces gobernador Gilberto Flores Muñoz que hizo de esta una fuente de riqueza personal bajo el cobijo "dizque" legal de una compañia rimbombantemente llamada "APROFON" (Aprovechamientos Forestales de Nayarit, ¡Aja!) Fide, Fide como le decían sus amigos mas íntimos, se caracterizó por un espíritu emprendedor, visionario y altruista. Fue socio fundador de la Cámara de Comercio de Acaponeta y presidente de la misma. A sus 27 años, abrió la primera planta embotelladora de agua en garrafón de Acaponeta por los años de 1947. La planta fracasó por no existir la cultura para tan novedoso sistema de consumo; en aquel entonces, la población tomaba agua de la llave sin ningun recato....aunque no estuviera purificada. Posteriormente, incursionó en una fábrica de refresco, junto con su hermano Carlos; está se ubicaba en la calle Oaxaca # 66 Nte. (actualmente un abandonado almacén de la Pepsi-Cola) La llamaron "Embotelladora La Estrella, S.A. de C.V." La única planta de refresco embotellado de la región. Se elaboraba un delicioso refresco llamado "Kist" de sabor mandarina, naranja y tamarindo. El "Lerma", con los mismos sabores y el "Copita de Toronja" (al que ahora le dicen sangría). Tambien se distribuían las chaparritas El Naranjo ("♪ ♫Chaparritas el naranjo♭♪ no tienen comparación, ♫ ¡Toinng! ; Como ♪ el refresco en la mesa, ♩ no tienen comparación ¡Toinng!". Así decía una canción de la época) La empresa era grande en ese entonces para Acaponeta, contaba con un camión tipo "rabón", cuatro camiones repartidores y una "panel" para traer el azúcar y la publicidad, así mismo contaba con triciclos para el reparto, todos estos vehículos (los automotores) se adquirieron en La distribuidora de Don Carlos Felton en Mazatlán, Sinaloa. Estos refrescos se distribuían desde Tepic hasta Mazatlán, tocando puntos en la sierra como Ruíz, el azúcar que requerían para elaborar tan deliciosos productos provenía de una empresa (propiedad de la familia) llamada "Melesio Espinosa Sucesores de R.L. y C.V." que se encontraba por la calle Juan Espinosa Bávara (enfrente de la casa de Don Enrique Vázquez Jiménez) el local, daba hasta la calle Morelos. Era esta una familia de prosapia y para comprender un poco más acerca de ella, es necesario hacer mención de personas que fueron primos hermanos de Don Melesio, por ejemplo: El piloto aviador José Espinosa Fuentes, integrante condecorado del "Escuadrón 201" de la Fuerza Aérea Mexicana, fallecido en Formosa durante la segunda guerra mundial y, el Ing. Roberto "Kenny" Espinosa Fuentes fundador de Telesistema Mexicano (ahora Televisa); estos dos a la vez, primos hermanos del General Martín Espinosa Segura, del general Juventino Espinosa Sánchez y del constituyente Juan Espinosa Bávara, por donde se le búsque: ¡Generales y estrellas por todas partes! Todos ellos nacidos en Escuinapa, Sinaloa. La família Espinosa Ávalos contaba con el Cine Latino del cual se hacía cargo Raúl. Melesio y Rodolfo en Tecuala en una tienda de abarrotes igual que Luis en otra tienda del mismo giro ubicada enfrente del mercado y otra más atendida por Josefina y Héctor que se hacía cargo de la distribuidora de azúcar. La embotelladora "La Estrella" iba viento en popa....¡hasta que las grandes refresqueras quisieron!....compraban producto y.....¡quebraban el embase! Un ejemplo explícito de aquel famoso adagio: "El pez más grande se come al chico". Posteriormente, Don Fidencio abriría la primera tienda de abarrotes en Acaponeta con "carritos de autoservicio" esta familia, como muchas otra en la ciudad son las que hacen la historia, la tradición, las buenas costumbres, las que con el paso cotidiano de pequeñas obras, hacen las grandes diferencias, las ciudades con valores....como Acaponeta.
Digo, nomás como comentario.
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