En esta ocasión nos dimos a la tarea de visitar la talabartería de Don Gonzalo Díaz Pineda, mejor conocido como "José el talabartero" el cual se encuentra sobre la calle Corona, casi esquina con la Veracruz en Acaponeta Nayarit. Ahí, Gonzalo fabrica todo lo relacionado a la talabartería, el oficio de confeccionar prendas y guarniciones usando el cuero natural. Nos comenta que tiene ya 32 años en el oficio. La palabra oficio se relaciona a lo artesanal (aquello hecho a mano) donde no interviene el factor industrial. Es común escuchar que los oficios se transmitían de generación en generación, por observación directa o en talleres especializados. Muchos de los conocimientos fueron forjándose con los aportes de distintas comunidades de inmigrantes, que traían consigo sus sabe-res, pero también gracias a los pobladores de nuestras tie-rras. Cantidad y variedad de oficios nos dan elementos de análisis para conocer el pasa-do de nuestra sociedad. Pero la sociedad es dinámica, cam-bia, se modifica, se trans-forma y también los oficios se van transformando de acuerdo a las demandas y necesidades del tiempo moderno. Como parte de nuestro patrimonio, los oficios nos ayudan a cono-cer el pasado y proyectarnos en el futuro. Los oficios for-man parte de nuestro patri-monio cultural intangible pero hoy, muchos, corren riesgo de perderse. El último talabar-tero de Acaponeta, Don José, fabrica sillas para montar, fi-letes para las mulas, cabeza-das de frenos para caballos y machos, cintos, arneses y co-llares para perros, fundas para machetes y hasta para celu-lares, trabaja también la ba-queta de puro cuero de puerco y también hace trabajos especiales, como el que está haciendo en estos días usando tela y cuero: un filtro para un compresor de aire que se usa en un lavado de autos. Don José es oriundo de San Miguel
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