miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA FABRICA DE PIÑATAS DE MARY ANGULO EN ACAPONETA

En esta ocasión visitamos la fabrica de piñatas de la Sra. Mary Angulo allá por la calle Juan Espinosa Bavara, casi llegando a la calzada. Ahí nos dimos cuenta de las magní-ficas piñatas que desde hace veinte años confecciona Mary en forma artesanal para delei-te de todos los cumpleañeros de Acaponeta. La Sra. Mary surte de piñatas a varios ne-gocios de Acaponeta, inclu-sive algunas de sus piñatas han sido exportadas a EEUU. En su fábrica todos sus hijos ayudan a confeccionar las piñatas y aunque algunas veces se desvelan haciéndo-las, al día siguiente les da mucho gusto verlas termina-das y sienten una gran satis-facción por haber cumplido con los pedidos. Las mejores piñatas de Acaponeta sin lugar a dudas son las de Mary.
La piñata es una olla de barro o de cartón llena de cacahua-tes, naranjas, mandarinas, cañas, dulces, jícamas, tejoco-tes. La olla esta forrada de papel china y con picos de cartón. El significado de la piñata es el siguiente: La pi-ñata es el diablo y sus picos los 7 pecados capitales. Pasa un niño con los ojos vendados y su palo es la Fe, ciega e inquebrantable, listo para vencer al diablo, que es romper la piñata. El contenido de la piñata son todas las bienaventuranzas que se ganan al vencer el diablo.
El origen de las piñatas en México comenzó con los colonizadores españoles ya que con ellos llegaron y éstos a su vez, las conocieron por los italianos. Por algunas informaciones se atribuye a Marco Polo haber llevado las piñatas a Italia en el siglo XII después de que las conoció en oriente. En efecto los chinos confeccionaban una figura de vaca, de buey o de búfalo cubierta con papeles de colo-res a la que le colgaban ins-trumentos agrícolas. El buey o la vaca estaban rellenos de semillas de cinco clases que se derramaban cuando los mandarines las golpeaban con varas de diferentes colores. Después de haberla vaciado, se quemaba el papel y era el momento en el que la gente trataba de obtener un poco de esas cenizas ya que eran consideradas de buena suerte para todo el año.
Por su parte, los europeos vincularon la piñata con las celebraciones de la Cuaresma. El primer domingo de ese período litúrgico se transfor-mó en el “Domingo de la Piñata”, derivado del término italiano pignatta, cuyo signifi-cado en español es “olla frágil”. La costumbre se pro-pagó a regiones cercanas co-mo España, donde la Cuares-ma adquirió el carácter de fiesta, cele-brando “El Bai-le de la Piñata”, en el cual se utilizaba una vasija de barro conocida como “la olla” que desempeñaba la función de piñata.
Los rumores de tal tradición cruzaron el océano y llega-ron a América. Los misioneros españoles des-tacados en Nor-teamérica llevaron consigo sus piñatas, cubriéndolas con papel de colores, que les otor-gaba una apariencia terrorí-fica, con el objetivo de atraer feligreses a sus ceremonias religiosas. Eventualmente, la piñata adquirió significación religiosa, ya que, al decorarla, se intentaba representar con ella a Satanás, a quien se atri-buía el uso de máscaras atrac-tivas para inducir a la gente a convertirse en pecadores.
La piñata adoptó una forma de satélite: una esfera con siete conos sobresalientes, cada uno con una banderola en su extremo. Dichos conos repre-sentaban los siete pecados capitales: avaricia, gula, pereza, odio, envidia, vanidad y lujuria. Ade-más, las frutas y caramelos en su interior eran símbolos de las tentaciones que implicaban la riqueza y los placeres terre-nales.
Los participan-tes, vendados, recibían la or-den de golpear la piñata, en un esfuerzo por combatir las fuerzas demo-níacas. El ga-rrote para destrozar la piñata, por su parte, simbolizaba la virtud. Una vez rota esta, el contenido de la misma era la representación del premio a los participantes por ser fieles a su fe. Lentamente, la piñata fue perdiendo su asociación religiosa, y en la actualidad, se considera un símbolo de diversión y entretenimiento aunque conserva en diversas regiones su significación reli-giosa. Puede usarse en la tem-porada navideña o en fiestas de cumpleaños, y ya no se re-serva a la cultu-ra latina, pues personas de to-das las naciona-lidades y proce-dencias se tur-nan para gol-pear la piñata.
En México, la piñata adoptó la forma colorida con que la cono-cemos hoy en día. Para hacer una piñata se necesita una olla de barro que se unta con una capa de en-grudo (harina de trigo cocida) para que la cu-bra por comple-to; luego, se le pegan trozos de papel perió-dico. Después, la imaginación y la destreza determinan las formas y los colores: estrellas, flores, barcos, loros, pavos reales, patos, borregos, bu-rros, toros, elefantes, pesca-dos, frutas y vegetales. Tam-bién podemos encontrar ne-gritas, reyes, aeroplanos y payasos. Hay frutas especia-les para rellenar la piñata: tejocotes, naranjas, limas, jí-camas, cañas y cacahuates, sin olvidar los dulces y listo.

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