martes, 18 de enero de 2011

ESCASA MOTIVACIÓN DEPORTIVA EN JOVENCITOS

Por: Juan Manuel Estarrón

 Otro de tantos males de nuestro tiempo es la escasa motivación deportiva derivada de muchos factores a los que también –como sociedad y gobierno- hemos sido omisos; como el tema da para muchas páginas nos enfocaremos con toda la brevedad posible tocando los rasgos más importantes, pero más que otra cosa hurgando en las causas que motivan esta desmotivación esencial en el ser humano.
     De unos años a la fecha se viene observado una tendencia entre niños y jóvenes de ambos sexos hacia el sedentarismo propio de la vida urbana que empieza con la televisión y llega hasta nuestros días con los sofisticados equipos electrónicos de entretenimiento con música, juegos y mensajería.
    Hoy en día nuestros jovencitos no conocen el aburrimiento que antes los obligaba a salir a patear una pelota aunque fuera de hilachos o andar por los alrededores apedreando algo, la pandilla jugaba y se divertía con las cosas más simples con una convivencia más sana.
    Ahora sin salir de casa, del televisor le brincan al nintendo y cuando éste agota su entusiasmo se “cuelgan” del Internet a chatear con una lista larga de contactos y ahí, despachándose bolsas de fritangas, les amanece y oscurece aplastando sus tubérculos contra cualquier mueble que para el caso es igual porque en su ensimismamiento bien pueden sentarse en la penca de un nopal y ni cosquillas sienten.
    Pero ya antes habían acudido a clases y a la hora del recreo el nene se atiborró de comida chatarra porque otra vez no almorzó en casa en lugar de agarrar un balón igual a él de inflado para echarse una “cascarita” ¿Con quién? Con nadie, sus cuates están entrados en lo mismo porque tampoco almorzaron y de esta forma hasta con las relaciones interpersonales estamos acabando.
    Es que desde las cúpulas del poder están fomentándose políticas consumistas dañinas para la población, especialmente entre el estudiantado; la SEP a cargo de Alonso Lujambio primero ordena crear los Consejos Escolares de Participación Social a modo y después les abre las escuelas a las industrias de comida chatarra para enfermar a escolapios con receta en mano; es decir, amparados en la ley.
    Por su lado el Dr. José Ángel Córdova Villalobos, Secretario de Salud, fue quien extendió la nueva receta a los viejos lobos quienes hacen raciones más pequeñas pero igual de caras dizque para reducir los impactos sobre la obesidad y el sobrepeso; sin embargo, quién impide que los gorditos y gorditas compren las raciones que quieran a través de otros amiguitos.
    Ya sabemos entonces quiénes son los ganones en esta feria de intercambio de concesiones y licitaciones y que en lugar de velar por la salud de los escolares están más alertas sobre sus bolsillos y sus gustos a base de saborizantes, edulcorantes y conservadores, todo artificial con riesgo de cánceres aparte de las lonjas y pellas por grasas saturadas.
    El problema ahora con los niños y jóvenes excedidos de peso es que en no pocos casos ocupan u ocuparán trabajadoras sociales quienes dediquen tiempo a terapias para espantar los complejos que les impiden desarrollar algunas actividades porque les avergüenza hacer casi todo, ya que la obesidad y sobrepeso también son problemas de salud mental.
    Aparte de los complejos que los limitan hacer vida social, también les dificulta a los obesos hacer deporte como apoyo a sus dietas; es lamentable pues que todos estos factores se combinen para incidir en la autoestima en edades tempranas y de rebote afecte la motivación por las actividades lúdicas y deportivas.
    Tenemos un país –todavía infortunadamente- limitado en infraestructura deportiva debido al bajo presupuesto destinado a este rubro que debiera tener la misma importancia que educación y salud porque sin deporte no hay salud y sin ésta la educación camina con dificultades.
    No basta con sacarse de la manga un programa sexenal casi emergente para “poner en activación física” a millones de mexicanos por unos cuantos minutos a la semana o al mes, a veces ni eso; lo que ocupa urgentemente México son programas de educación física y deportiva que sean masivos para poder revertir los índices de obesidad que nos colocan en un deshonroso primer lugar.
    Impulsar los deportes masivamente para revertir también los índices de alcoholismo y drogadicción entre niños y jóvenes que al paso del tiempo los convierte –en un buen porcentaje- en criminales o escorias humanas; los países democráticos y socialistas son el mejor ejemplo por sus grandes logros en medallas y también porque en ellos no anidan la vagancia, mal vivencia ni la delincuencia; todo el estudiantado está en las aulas, en campos deportivos o haciendo actividades artísticas o lúdicas.
    Cuba, un país pequeño, pobre debido al bloqueo económico decretado por Estados unidos y sin grandes recursos naturales, ha dado lecciones de heroísmo a todo el mundo con su Revolución: cientos o miles de maestros, médicos y entrenadores físicos cubanos están en muchos países de Latinoamérica, Asia y África apoyando en desastres naturales o sirviendo en programas gubernamentales como ayuda internacionalista; eso habla de sus adelantos técnicos que adquirieron en sus universidades y como estudiantes de intercambio.
    México es un tigre dormido por sus domadores que les aterra la sola idea de que despierte algún día, porque así es más cómodo su manejo y saqueo aunque gasten millonadas dizque curando enfermos –que no debieran estarlo- y enterrando miles de muertos por esta guerra inútil y sangrienta, que no debieran estarlo tampoco.
    Pero acaba de declarar el Secretario de Salud que el gobierno eliminará la obesidad en seis años. ¡Órale!



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