* Se trata de una muestra de 287
piezas procedentes de sitios ubicados en la planicie costera
* La restauración y curaduría de este
acervo permitirá montar una exposición temporal sobre la cultura regional
Aztatlán
Derivado de un largo proceso de gestión, el Centro INAH
Nayarit recuperó recientemente una de las más importantes colecciones arqueológicas
del septentrión costero mesoamericano, que durante años se mantuvo en posesión
de un coleccionista particular residente en la ciudad de Acaponeta, cabecera de
uno de los municipios del norte del estado. Esta muestra, integrada por un
total de 287 piezas manufacturadas en diversos materiales, fue entregada al
INAH por el artista plástico Vladimir Cora, quien a lo largo de más de 25 años
reunió y conservó esta colección con la intención de que este importante
acervo, culturalmente vinculado con el desarrollo Aztatlán de las tierras bajas
noroccidentales de Nayarit, no fuera traficado ni comercializado fuera del
estado.
La colección está integrada principalmente por objetos cerámicos
entre los que destacan elaboradas vasijas decoradas con diseños alusivos al
sacrificio ritual y al culto solar, por artefactos de cobre (cascabeles),
cuentas de concha y de piedra verde finamente labradas, urnas zoomorfas de tecali, sellos, malacates lisos y
decorados, puntas de proyectil y figurillas de los periodos Clásico y Postclásico,
entre las que sobresalen cuatro ejemplares de figurillas antropomorfas estilo
Mazapa que conservan todavía residuos de pigmento adheridos a su superficie.
El arqueólogo Mauricio Garduño Ambriz, adscrito al Centro
INAH Nayarit (INAH-Conaculta), quien se ha especializado en el estudio de la arqueología
de la zona nuclear costera Aztatlán, señaló que la recuperación de este
patrimonio arqueológico “reviste de gran relevancia para la arqueología
regional, pues constituye una excepcional muestra de la cultura material
representativa de estas poblaciones a través del tiempo y es reflejo de la
experiencia social acumulada a lo largo de por lo menos quince siglos de
ocupación continua en la fértil planicie aluvial localizada en la franja
costera, abarcando un largo periodo desde el Formativo Terminal hasta el
Postclásico Tardío”.
Dentro de los diseños simbólicos identificados en las
vasijas del complejo Aztatlán (850/900-1350 d.C.) recuperadas dentro de esta
colección se encuentran bandas celestes, cuchillos sacrificiales, plumas,
caracoles seccionados, crótalos, serpientes de fuego (xiuhcóatl) y grecas escalonadas. Además, fueron representados personajes
de alto rango ricamente ataviados portando máscaras de Tláloc, así como
numerosos cráneos asociados a bolas de zacate (zacatapayolli) que servían para incrustar los huesos largos y las espinas
de maguey que eran comúnmente utilizadas en las ceremonias de autosacrificio
dentro del ciclo ritual anual, elementos que por primera vez son identificados
dentro del repertorio iconográfico Aztatlán, al igual que el glifo del planeta
Venus.
“Con este cúmulo de información será posible conformar un
esquema más completo sobre las concepciones religiosas y prácticas rituales
vinculadas con el complejo ceremonial Aztatlán”, apuntó el especialista.
El inventario preliminar y el embalaje de las piezas
estuvieron a cargo de la
Rest. Paula García Reyes y de la Arqlga. Geylú
Valderrama. El traslado oficial de dicha colección desde la ciudad de Acaponeta
se ejecutó siguiendo estrictas normas de seguridad, contando con el apoyo de
una escolta permanente por parte de la Policía Federal de
Caminos a todo lo largo del trayecto, hasta alcanzar su destino final en la
ciudad de Tepic. Esta colección se encuentra actualmente resguardada en la
bodega de bienes culturales del Museo Regional de Nayarit y a partir de su registro,
restauración y curaduría ya se tiene contemplado el diseño y montaje de una
exposición temporal sobre la arqueología costera Aztatlán, proyectada para
finales del 2012.
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