domingo, 21 de agosto de 2011

«LA ESCUELITA DE MENTIRITAS»


Por: Rocío del Carmen López Medina
«Mi mamá se llamaba Esmeralda, era drogadicta y tenía muchos granos en los pies». Me dice Yaissiris mientras le enjabono la cabeza para después ponerle gotas en los ojos y curar los granitos.  ¿Te gusta leer? Le pregunto a la niña de 10 años. –Sí-, me contesta de inmediato. Completamente aseada, con vestido rojo a cuadros, el pelo recogido en cola de caballo, la siento a mi lado y me lee dos páginas de La casa de papel de Carlos María Domínguez. La lectura es medianamente fluída. Dos son las frases que en su lectura se quedaron para siempre: «Los libros cambian el destino de las personas» «Los libros son peligrosos». Al día siguiente Yaissiris se presenta acompañada de dos amiguitas. Me pide que también a ellas les ponga gotas en los ojos y acto seguido me pregunta: ¿Verdad que también ellas pueden venir a leer? –Claro que sí-, respondí más que convencida.
A las 17 horas del día 8 de agosto ya estaban tres niños a mi lado. Me acompañaron a recorrer toda la colonia mientras yo recogía las firmas de los vecinos para solicitar al director de COPLADEMUN se corrigiera el problema del empedrado de las calles Aldama y Juan Escutia. Mientras caminábamos la tarea de los niños era observar el entorno, abrir bien los ojos y grabar todo aquello que les resultara de interés. Mientras tanto los vecinos del barrio firmaban entusiastas y amablemente las hojas de la solicitud esperando que las autoridades hicieran caso a nuestras peticiones. Los niños escuchaban con atención. Los vecinos hablaban de lo mal que están las calles, del poco apoyo que se recibe, del “mugrero” en el que vivimos.  Y fue con esta expedición con la cual inicia nuestra «Escuelita de Mentiritas».
¿Por qué es la escuelita de mentiritas? Porque la primera actividad después de observar nuestro entorno fue aprender a describir todo lo que veíamos. La memoria de los niños se puso en práctica tras la tarea de leer algunos cuentos en sus casas y dibujar lo comprendido. Al siguiente día todos los niños hicieron su tarea, leyeron su cuento y entregaron sus dibujos, yo comencé preguntando a Osvaldo, el pequeño de la clase quien agachó la cabeza y no quería hablar. Su prima Litzi lo motivó con la siguiente frase: -Osvaldo dile a la maestra todo lo que me platicabas anoche, quialcavo esta no es una escuelita de verdad, esta es una escuelita de mentiritas, acto seguido el pequeño levantó su mirada, me observó tranquilamente y yo le dije, que no era una maestra de verdad, entonces Osvaldo narró ordenadamente el contenido del cuento “el patito feo”. «Maestra al pobre patito no lo quería ni su mamá ni sus hermanos sólo porque era diferente, él era de color blanco y todos los otros eran amarillos. Pero es que él era hijo de otra familia que eran Gansos y que son más grandotes. »
Trabajamos 6 clases, con actividades completamente lúdicas. No era una escuelita de verdad. Era una escuelita de mentiritas. Barrimos el patio mientras repetíamos poesías. Caminamos por las calles con nuestras mochilitas como antropólogos, en busca de la edad del estadio, la edad del santuario, la edad del colegio, la edad de nosotros mismos. Descubrimos que las clases de historia, que son “batallosas” como dijo Litzi, pueden ser divertidas si se quiere.
Nos fuimos a recorrer la calle Rayón y vimos todos los charcos, las aguas negras saliendo del drenaje, vimos toda un área de oportunidad, de trabajo y urgente apoyo, pero los ánimos nunca decayeron, porque detrás de un charco gigante, las malvas crecidas resguardaban a los “tibiriches” que los niños amarraban de la cola y traían volando como mascotas exóticas, detrás de cada arbusto, flores de cinco colores diferentes fueron cortadas por Simoné la vecinita de cuatro años del barrio quien con una sonrisa nos regaló un ramillete cuando nos vio cruzar la calle del Estadio.
Esta es una escuela de mentiritas pero que nos enseña muchas verdades. La verdad de la solidaridad y el trabajo colaborativo, la verdad de la urgente atención en las colonias periféricas. Acaponeta también son sus orillas. Verdades como la necesidad de gestores, organizadores, y sobre todo la verdad urgente de ser tomados en cuenta, de ser tomados en serio.
Los 5 integrantes de la escuelita de mentiritas son: 

Yo me llamo Yaissiris Alexandra Romero Ortega,  tengo 10 años. Mi papá se llama Juan Romero y mi mamá se llama Eulogia Romero Ortega. Mi papá mata puercos y mi mamá trabaja en la cocina. Me mandan siempre, siempre, siempre a los mandados. Ahorita me mandaron al repollo, en veces, me mandan a la crema, a la sal, a la cebolla, lechuga, chorizo para los frijoles. Diario voy a la tienda y hago los mandados. Me chingan cuando me vengo pa’ las casas y me regañan. Mi mamá me dice "hija de la chingada", en veces sólo en veces se le sale decirme "hija de la verga". Me regaña todas las veces cuando me vengo para con usted. No sé que quiero ser de grande no lo he pensado. Lo que me ha gustado aprender son cosas de historia, que nos hagan preguntas y leer. Mi escuela se llama H. Ayuntamiento de 1955 y mi maestro se llama Ramón Enrique Mejia Curiel. Me gusta mucho ir con mis amigas a jugar, tengo de amigas a la Argelia, a la Juliana, a la Litzi, a la Citlalli, y a la Danna. Cuido a mi hermanito YanCarlo Bernales Rosas que tiene 5 años, yo lo quiero porque me hace caso, cuando le digo: "ponte lo zapatos se los pone y se ríe bonito".  Quiero ser licenciada porque me gusta y porque puedo usar computadoras y todo eso. Me gustaría mucho tener una computadora para escribir y para hacer tareas. A Quinto pasé con 7.4. Soy poquito burra y poquito aplicada en la escuela. No me da miedo subirme a las bardas ni a los árboles, porque puedo cortar limones, flores y ramas para hacerle la limpia a la maestra. Me gustan los nopales cocidos y guisados con huevo. Todo lo que escucho se me pega porque pongo atención para cuando nos pregunten. Por ejemplo, cuando veo cosas se las cuento a las personas, me gusta mucho hablar con la gente.

Me llamo Osvaldo Ernesto Salas de Jesús. Mi papá se llama Ernesto Salas Carrillo. Yo tengo 6 años. Mi mamá 25. Yo tengo una hermana de 2 meses que se llama Maurita. Yo nací el 31 de octubre del 2005 y voy a la escuela "Carmen Serdán", pasé a segundo con 8.4, me gusta leer los cuentos del «Patito feo» y el «Gato con botas», me gusta leer y quiero aprender cosas para ser licenciado. Mi mamá trabaja en la cantina “El Campesino”, mi papá trabaja en la obra. Me gusta jugar a las escondidas. Mi casa tiene ventanas, puertas, paderes, sillas. Tengo un tío que le dicen Pillo él es drogadicto y a veces se pone loco, avienta todas las cosas y nos quema las libretas, la ropa de nosotros y de mi abuela. Mi abuela lo regaña, pero nos avienta cosas y nos pega. El se droga con algo así que parecen hojitas verdes.

Yo me llamo Litzi Guadalupe nací el 9 de noviembre 2001. Tengo 10 años y 2 hermanos. Yo vivo con mi abuela Bruna. Mi papá está en Tijuana. No me gusta vivir con mi mamá porque me regaña mucho porque soy vaga, le pego a mis  hermanos, a veces me subo arriba de las bardas. Tengo más hermanos pero todos son bien vagos. Me gusta escaparme de mi casa para jugar en otras casas, es que mi casa me aburre. En mi casa vivimos, mi abuela Bruna, mi tío Salas, mi Tía Gloria, mi primo Osvaldo y mi tio Pillo. Mi primo Osvaldo es hijo de mi tía Gloria. Como soy tan vaga me pegan con una tabla y un chicote por eso siempre quiero salir a jugar a otros lados.

Yo me llamo Juliana Guadalupe Viera Meza. Tengo 8 años vivo en una casa morada. Me gusta jugar a las muñecas con mi prima Argelia, mi mamá hace el aseo en mi casa. Mi papá trabaja en los tacos. Pasé a cuarto año B con 7.6 en la escuela H. Ayuntamiento. Me gusta venir a la escuelita, porque nos enseñan cosas ¿cómo…cómo se llaman? Ya no me acuerdo…me acuerdo que nos quedamos encerrados en un lugar y que a mi me dio miedo y lloré, es que soy bien asustona, pero luego la Yaissiris escaló una barda y nos salimos por la casa de una señora.

Yo me llamo Argelia Guadalupe Viera Durán, tengo 10 años pasé a quinto en la escuela Ayuntamiento. Mi amá no trabaja, mi apá es "pión". Mi mamá me chinga porque me salgo sin permiso a las casas a jugar. Mi mamá me pone a barrer y a recoger cosas en la casa porque no se puede agachar. Tengo tres hermanitos más chiquitos, yo los cuido, pero a uno se lo chingan porque juega a las maquinitas. A mi me gustó ir a la escuelita porque cuando fuimos a la plaza la Juliana compró un vaso de elotes y se ganó una virgencita jugando en las canicas. En la Casa de la Cultura había mucha gente, pero la Yaissiris no quiso hablar y se fue a sentar y todos nos reímos, luego en el carro rojo nos dejaron en la casa. Yo quiero estudiar para ser maestra.

0 comentarios: