Por: César Delgado Martínez
La semana pasada. Entre otras cuestiones. Comenté la carencia de una escuela profesional donde se formen los cuadros del teatro que se requiere en el Estado. Expresé que la problemática de esta expresión artística en Nayarit se encuentra unida indisolublemente a la situación de las diversas manifestaciones del arte.
Ahora. Con asombro. Me entero. Que el jueves Ana Lilia López de Sandoval, presidenta del DIF-Nayarit, conocida como “primera dama del Estado”, en un acto público anunció que en la ahora llamada “Ciudad de las Artes Unidas”. (¿De quién sería la ocurrencia de eso de “unidas”?). Se construirá la Escuela de Danza.
El anuncio es sorprendente. Porque el exgobernador Ney M. González Sánchez, acompañado de su esposa María del Rosario y del entonces secretario de Cultura Sergio Eugenio García Pérez, en la inauguración de la Ciudad de las Artes (¿desunidas? je je). Puso la primera piedra de la Escuela de Danza.
Las preguntas que surgen inicialmente. ¿Los programas culturales son de la incumbencia de la Presidenta del DIF? ¿La Secretaría de Cultura depende directamente del Gobierno del Estado o de la instancia mencionada?
El anuncio de la construcción de una Escuela de Danza en Nayarit es algo extraordinario. Si entre sus planes está fomentar el desarrollo profesional del arte. Sobre todo para salir del atraso en que se encuentra esta manifestación terpsicoreana, especialmente en los terrenos de los géneros clásico y contemporáneo.
Para realmente fundar una escuela profesional de danza “con todas las de la ley”. Se requiere de personal altamente calificado. De la normatividad correspondiente, que haga a un lado la designación de los cuerpos directivos por cuestiones políticas. Es decir, “de dedazo”. Algo a lo que también hice referencia en mi colaboración pasada.
Es una de las prioridades en que debería trabajar la secretaria de Cultura Catalina Ruiz Ruiz. La normatividad de las instituciones profesionales de educación artística. El establecimiento del perfil del director. La duración en el cargo. La selección del personal docente. La elaboración de planes y programas de estudio. Los objetivos. Los perfiles de los que ingresen y de los que egresen. Entre otras cuestiones.
Fundar una Escuela de Danza. En términos coloquiales no es: “¡Enchílame otra, Petra!" Crear una institución profesional amerita acabar “con el dedazo” en los nombramientos. Podría suceder lo que pasó recientemente. Nombraron directora de la Escuela Estatal de Bellas Artes (EEBA), (que ha venido trabajando en los últimos años con acierto en la profesionalización en los campos de las artes plásticas y la danza) a Cindy Nataly García Ávila. Sin contar con una licenciatura ni experiencia dentro de la educación artística. Mientras que dentro de la institución y fuera de ella, hay profesores y/o artistas altamente calificados. Por supuesto, con grados académicos. Que van de la licenciatura al doctorado.
¡Estamos en pleno siglo XXI! ¡Ya basta de jugar a la escuelita de arte!
csardelgado@yahoo.com.mx
El anuncio es sorprendente. Porque el exgobernador Ney M. González Sánchez, acompañado de su esposa María del Rosario y del entonces secretario de Cultura Sergio Eugenio García Pérez, en la inauguración de la Ciudad de las Artes (¿desunidas? je je). Puso la primera piedra de la Escuela de Danza.
Las preguntas que surgen inicialmente. ¿Los programas culturales son de la incumbencia de la Presidenta del DIF? ¿La Secretaría de Cultura depende directamente del Gobierno del Estado o de la instancia mencionada?
El anuncio de la construcción de una Escuela de Danza en Nayarit es algo extraordinario. Si entre sus planes está fomentar el desarrollo profesional del arte. Sobre todo para salir del atraso en que se encuentra esta manifestación terpsicoreana, especialmente en los terrenos de los géneros clásico y contemporáneo.
Para realmente fundar una escuela profesional de danza “con todas las de la ley”. Se requiere de personal altamente calificado. De la normatividad correspondiente, que haga a un lado la designación de los cuerpos directivos por cuestiones políticas. Es decir, “de dedazo”. Algo a lo que también hice referencia en mi colaboración pasada.
Es una de las prioridades en que debería trabajar la secretaria de Cultura Catalina Ruiz Ruiz. La normatividad de las instituciones profesionales de educación artística. El establecimiento del perfil del director. La duración en el cargo. La selección del personal docente. La elaboración de planes y programas de estudio. Los objetivos. Los perfiles de los que ingresen y de los que egresen. Entre otras cuestiones.
Fundar una Escuela de Danza. En términos coloquiales no es: “¡Enchílame otra, Petra!" Crear una institución profesional amerita acabar “con el dedazo” en los nombramientos. Podría suceder lo que pasó recientemente. Nombraron directora de la Escuela Estatal de Bellas Artes (EEBA), (que ha venido trabajando en los últimos años con acierto en la profesionalización en los campos de las artes plásticas y la danza) a Cindy Nataly García Ávila. Sin contar con una licenciatura ni experiencia dentro de la educación artística. Mientras que dentro de la institución y fuera de ella, hay profesores y/o artistas altamente calificados. Por supuesto, con grados académicos. Que van de la licenciatura al doctorado.
¡Estamos en pleno siglo XXI! ¡Ya basta de jugar a la escuelita de arte!
csardelgado@yahoo.com.mx
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