Por: Raúl Andrés Méndez Lugo
raulmendez.lugo@gmail.com
A LA MEMORIA DE EMILIANO ZAPATA, VILLA Y FLORES MAGÓN Y AL MILLÓN DE MUERTOS.
Muchos
mexicanos que nacimos y crecimos en la segunda mitad del siglo XX,
nunca supimos a fondo lo que realmente fue el movimiento revolucionario
que derrocó al gobierno dictatorial de Porfirio Díaz. En la escuela, en
la familia y en las calles nos enseñaron y aprendimos que la revolución
fue un movimiento social y político “emancipador y redentor de los
pobres” del campo y la ciudad. La revolución y sus logros estaba en
todos lados, en los libros de texto, en el arte mural, en la música y
sus corridos, en la danza regional, en la poesía, en la salud, en la
energía, en las leyes, en las efemérides, en el cine, en la radio, en la
televisión, en los días festivos, en la política exterior, en la
bandera nacional, en los museos, en el ejido, en los sindicatos, en el
petróleo, en las clase media, en los indígenas, en la arquitectura, en
el deporte, hasta en la comida y en las iglesias.
También
nos enseñaron que los malos de la historia eran los caciques, los
terratenientes, los explotadores, los cristeros, los sinarquistas, los
conservadores, los comunistas y los traidores del partido
revolucionario, en fin, todos los que se atrevieron a oponerse al
partido en el poder, partido que creía y nos hizo creer que representaba
legítimamente la herencia ideológica de Madero, Carranza, Zapata,
Villa, Obregón, Calles y Cárdenas, incluso, no vacilaron en rescatar
para su conveniencia los ideales de los anarco-sindicalistas hermanos
Flores Magón, como precursores del movimiento revolucionario con las
huelgas de Cananea y Río Blanco.
Durante
todos estos años, fuimos testigos que en nombre de la revolución y las
instituciones se asesinó a sangre fría a Rubén Jaramillo y su familia,
líder campesino de Morelos en la época de Adolfo López Mateos; se
persiguió, torturó y desaparecieron a cientos de luchadores sociales, se
reprimió a ferrocarrileros, médicos, maestros, mineros, indígenas y
estudiantes, por eso muchos seguimos diciendo hasta nuestros días ¡¡ 2
de octubre, jamás se olvida!!
Cuando
la revolución se hizo gobierno nació y creció el país de las siglas:
PNR, PRM, PRI, PPS, PARM, PAN, PDM, PST, PMT, PCM, PSUM, PMS, PRD, CNC,
CTM, CNOP, CROM, CROC, SNTE, CNTE, CONAMUP, CNPA, SEP, SRA, SAG,
BANRURAL, ANAGSA, SSA, FFCC, PEMEX, SOP, SAHOP, SEDUE, SEDESOL, INI,
INAH, INBA, CONACULTA, SCT, SECTUR, ISSSTE, IMSS, UNAM, IPN, UPN, CFE,
RAN, PA, INEGI, IFE, PGR, BANOBRAS, SEDENA, SRE, SAGARPA, SEMARNAT,
TELMEX, BANAMEX, CEMEX, BBVA-BANCOMER, SANTANDER, CITY BANK, FORD,
NISSAN, CRYSLER, WOLKSWAGEN, HONDA, TOYOTA, JOHN DEERE, HOLLAND,
COPARMEX, CANACO, CANACINTRA, CANIRAC, ICA, COPPEL, SORIANA, WALMART,
SEARS, VIPS, SAMS, BURGER KING, Mc DONALDS, SHERATON, HOLIDAY INN, etc.
En
nombre de la revolución y las instituciones, Luis Echeverría se manchó
de sangre las manos nuevamente el 10 de junio de 1971 y acabó con el
“milagro mexicano”; José López Portillo nacionalizó la banca, devaluó el
peso y al país entero; Miguel de la Madrid la privatizó de nuevo e
inició el neoliberalismo mexicano; Carlos Salinas de Gortari nos engañó a
todos y se enriqueció junto con una veintena de magnates y Ernesto
Zedillo, de una vez por todas, enterró la gloria, el infierno y el mito
de la revolución mexicana y le entregó el poder a la derecha y a Vicente
Fox, personaje frívolo y ridículo de quien nos ocuparemos en otra
ocasión.
Con más de
setenta años de “revolución mexicana” o de “dictadura perfecta” y, sin
negar sus virtudes y sin solapar sus defectos, quiero denunciar
públicamente que el gobierno “revolucionario” hasta el año 2000 nos dejó
un México con las siguientes características:
1. 50 millones de pobres, es decir, la mitad de la población total.
2. Un campo arruinado, empobrecido y sin esperanza.
3.
Instituciones públicas federales obsoletas, caras e ineficaces, como es
el caso del ISSSTE, IMSS, CFE, SRA, SAGARPA, SECTUR, SEMARNAT,
PROFEPA, PGR, etc.
4. Monopolios y cacicazgos
fortalecidos en muchos ámbitos de la sociedad mexicana, como es el caso
de la radio, prensa y televisión privada; sindicatos, partidos
políticos, empresas nacionales y trasnacionales, etc.
5.
Ilegalidad y corrupción en todo el país, como es el caso del crimen
organizado y el narcotráfico; drogadicción en gran escala, piratería en
todos los ámbitos; prostitución creciente, efecto del desempleo y la
pobreza; música y venta de alcoholes como enajenante social; agentes
aduanales con licencia para robar, cuerpos policiacos corruptos como la
federal de caminos, la policía judicial y agentes de tránsito,
burocratismo excesivo en los tres niveles de gobierno.
6.
Desempleo, bajos salarios y desigualdad laboral. Mientras algunos
funcionarios gubernamentales ganan salarios normales y justos, como es
el caso de jefes de departamento, subdirectores y directores, también
existen salarios exagerados e inaceptables, como es el caso de
regidores, diputados, senadores, gobernadores, secretarios de estado,
magistrados y presidente de la república; por otra parte, existe el
México de los obreros, empleados, campesinos y jornaleros que viven con
minisalarios de hambre, generando esto el enriquecimiento de unos
cuantos capitalistas, con el visto bueno de las autoridades y la
legislación a favor de los medianos y grandes inversionistas.
7.
Privatización de la mayor parte del quehacer gubernamental, bajo el
pretexto de que el gobierno no es buen administrador, pero que en
realidad es el mecanismo mas efectivo para la corrupción y el
enriquecimiento de políticos y funcionarios y sus familiares.
8.
Desprecio gubernamental por la organización social y el conocimiento de
la historia y la cultura de México, dos elementos básicos para el
desarrollo integral de los pueblos y las regiones.
9.
Destrucción permanente y progresivo del patrimonio natural y cultural
de los mexicanos, para el beneficio de los grandes inversionistas
nacionales y extranjeros, en contubernio con autoridades municipales,
estatales y federales.
10. Pérdida progresiva de
la identidad de los pueblos y las culturas regionales, por la acción
conjunta de gobierno y empresarios, como es el caso de la televisión
privada, las compañías cerveceras y los organizadores de espectáculos,
que desde hace muchos años tienen el monopolio del enajenamiento de las
familias mexicanas.
Ahora
bien, si esos son los saldos de la revolución mexicana ¿qué podemos
esperar de los principales beneficiarios de esa revolución que en estos
momentos han tomado el poder político? ¿ Acaso los obreros,
campesinos, empleados, profesionistas y pequeños empresarios tendrán
esperanzas de que los grandes ricos de este país se solidaricen con
ellos para mejorar su calidad de vida ? Sinceramente no lo creo,
históricamente las clases dominantes nacionales y extranjeras jamás han
compartido un centavo de sus enormes ganancias para el desarrollo
regional y nacional; ellos nos han hecho creer que son buenos ciudadanos
creando empleos con sueldos miserables, como es el caso de Walmart,
Ley, Soriana o cualquier empresa nacional o extranjera, como es el caso
de hoteles, fábricas, agroindustrias, etc. Lo único que ellos hacen (y
muchas veces ni eso) es pagar impuestos, como cualquier trabajador lo
hace, para medio mantener a la burocracia gubernamental y hacer algunas
obras que son vitales para que el pueblo se mantenga en aparente calma, ¿y los que no trabajan en el sector gubernamental? es ahí, de ese
sector no gubernamental tan amplio, precisamente, donde surgen los
grandes ejércitos de desempleados, subempleados, marginados, braceros y
delincuentes de todo tipo, pues a los grandes empresarios capitalistas
les conviene enormemente que siempre haya dichos ejércitos para seguir
ofreciendo minisalarios, pues según ellos dicen, lo que sobra es mano
de obra barata y deseosa de un empleo que le permita al menos, no morir
en la calle.
México como
muchas naciones del mundo, está en los albores de una nueva revolución
social y política, pues muchos compartimos el sentimiento de que este
sistema económico, político y social donde el gran capital privado, el
gran empresario y los gobernantes a su servicio, que están generando
cada día más pobreza y marginación, no podrá sostenerse si no mejoran
las condiciones de vida de los sectores mayoritarios. Dicho con otras
palabras, si el actual gobierno de México no asume su verdadero papel de
ser el rector del desarrollo sustentable que está exigiendo la
sociedad, deberá atenerse a las consecuencias que nos ha enseñado la
historia de la humanidad.
Lo
que requiere México es justicia, igualdad, democracia, paz y bienestar,
estoy seguro que el pueblo votó por eso y le dio la espalda a los que
nos gobernaron por más de 70 años y no pudieron sostenerse porque
equivocaron el camino, si los que ganaron no aprenden esa lección,
seguramente otros les ganarán y siempre éstos y los otros, estarán
condicionados por la decisión soberana de las mayorías.
Conclusión:
En México no deben seguir existiendo ricos tan ricos, ni pobres tan
pobres, un gobierno democrático y legítimo tiene la obligación y el
deber histórico de acabar con el capitalismo salvaje, tiene la
obligación y el deber histórico de dirigir y encabezar la verdadera
transformación de la sociedad-pueblo, donde cada individuo y cada
familia tenga un trabajo digno, una casa verdaderamente humana, una
educación gratuita, un cuerpo sano y una convivencia creativa y feliz.
El
2012 puede ser el escenario de un nuevo intento para perfeccionar y
mejorar la democracia en México, si ello se cumple estaríamos en la
antesala de una nueva etapa que procure mayor justicia y bienestar para
las grandes mayorías de la sociedad mexicana, si esto no se logra por
errores, egoísmos y ambiciones perversas en el ejercicio del poder, es
probable que el pueblo mexicano seguirá los pasos de Libia, Egipto,
Siria o Grecia, ojalá no sea nuestro caso, pero todo dependerá de quien
gane la contienda y lo que sea capaz de hacer por este país en proceso
de descomposición, de ello, no tengo la menor duda.
0 comentarios:
Publicar un comentario