lunes, 19 de marzo de 2012

LA HACIENDA DE SAN CAYETANO AYER Y LA LA HACIENDA DE SAN CAYETANO HOY

La Hacienda de San Cayetano en los años 70 del siglo XX
Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

En la exposición "La Fotografía. Lecturas Múltiples" que se está exhibiendo en la Casa de la Cultura "Alí Chumacero", hay una foto tomado no hace mucho, pues indica que se realizó en los años 70 del siglo XX, misma que muestra la vieja Hacienda de San Cayetano, población que se encuentra en el municipio de Tecuala y que muchos conocen porque es paso obligado para llegar a un centro botanero llamado  “Los Otatitos” que cuenta ya con cierta fama entre los que gustan del marisco ricamente condimentado con ambarinas a gélidas temperaturas.


Las ruinas de la Hacienda de San Cayetano hoy.


Llegar a San Cayetano no tiene pierde, se encuentra a unos metros del ejido El Novillero, prácticamente bajando del puente y el crucero que lleva a la comunidad está a mano derecha. Por un camino de terracería de regulares condiciones es posible arribar a este pueblo de pescadores ubicado no del lado del mar sobre la playa del Novillero, sino del lado de la barra o del llamado Estero de Cuautla, largo brazo de aguas salobres que se extiende desde esa población en la punta sur de la isla del Novillero, considerada parte del municipio de Santiago Ixcuintla (y aun más allá, pues forman parte de la enorme laguna de “Agua Brava”), hasta la comunidad de Teacapán en la parte continental de Sinaloa o bien “La Puntilla”, el extremo opuesto de la misma isla, pertenecientes todos a las llamadas “Marismas Nacionales”, localizadas en la costa norte de Nayarit, desde el municipio de San Blas hasta las Marismas Las Cabras en Sinaloa. Estos humedales, como también se les llama, se encuentran alimentados por los ríos Santiago, Acaponeta y arroyos tributarios, incluyendo el delta del río San Pedro y conforman el más extenso y productivo bosque de manglar del Pacífico mexicano y casi la cuarta parte de todos los manglares de México.

Al llegar a la población que refiero, de golpe aparecen de manera casi mágica, las ruinas de esa antigua hacienda que según me dicen es la de San Cayetano, la cual fue fundada aproximadamente en el año de 1820, alcanzando gran fama por su excelente ganado, que aun se ve pero muy decaído a las orillas del camino de tierra, y por su abundante producción de algodón, así como por su excelente cecina, la cual se comerciaba en Tepic, Guadalajara, Tuxpan y Santiago. Fue importante también la producción de las salinas, donde trabajaban muchos de los peones de las haciendas que existían en Nayarit en aquellos años del siglo XIX en el norte de la costa de Nayarit, donde se encuentra una franja de tierra de más de 100 km de longitud que comprende maravillosas playas y exóticas comunidades, como Rancho Nuevo, San Andrés, Santa Cruz, Puerta de Palapares, Palmar de Cuautla, El Novillero y San Cayetano, entre otras. Desde principios del siglo antepasado se estableció ahí una importante industria ganadera que funcionó con enorme éxito por varias décadas, periodo durante el cual se construyeron tres haciendas; de éstas sólo la de San Cayetano no ha sucumbido al paso del tiempo, como sucedió con las de Santa Cruz y Palmar de Cuautla, que prácticamente han desaparecido; sin embargo, los lugareños siguen refiriéndose a la región como “Las Haciendas”. Estas ruinas en San Cayetano, esperan su final triste y definitivo, pues ahora no es más que un cúmulo de ladrillos, habitaciones vacías y arcadas muy deterioradas por el paso del tiempo y sus inclemencias. 





Estos retos con 192 años de antigüedad se van a derrumbar, pero, de ahí la importancia de la fotografía antigua, en la exposición se aprecia todo el lujo y boato que tenía ese espacioso lugar. Sus tabiques de un rojo intenso muy notable, brillan y se multiplican a la vista, conformando los viejos arcos del añoso casco de la hacienda, donde aún se ve parte de su cocina, habitaciones en la parte baja y el piso superior, la escalera que lleva al segundo piso y lo que debió ser un jardín central tipo claustro, todo asentado en una base de concha de ostión muy común en toda la región, ya que los antiguos pobladores de esta zona del país, acostumbraban a basar el piso en el que habitaban con millones de concha de ostión y otros mariscos, formando lo que hoy se llaman “concheros” y son algunos de ellos considerados sitios arqueológicos. De hecho en una habitación de la hacienda hay una excavación de donde se sacaron cientos de conchas de ostión, lo que nos convence de que esta construcción ahí fue levantada sobre esa superficie con restos de la concha del molusco, muy abundante en toda el área que se menciona, como los de Boca de Camichín, tan famosa área ostionera, otra marisma que hay que visitar.
El pueblo de San Cayetano, no tiene gran atractivo en si, es un pueblo común como tantos otros de Nayarit, Sinaloa o cualquier entidad del país, donde campea la pobreza y la necesidad de los lugareños. Tiene como todos su iglesita, una plazuela y el caserío. 
Muestro al amable lector las fotos de la Hacienda de San Cayetano de ayer y fotos de la Hacienda de San Cayetano del siglo XXI, con la noble y onírica intención de que alguien de Tecuala se preocupe por levantar esa ruinas como un espacio digno de admiración y de atracción turística. 




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