Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Por este medio acuso de recibido el libro del amigo Cosme Cázares Burgueño, oriundo él de la vecina población de La Concha, Sin. No tengo el gusto de conocer al amigo Cosme personalmente, y solo nos hemos "tratado" por medio del Facebook donde me contactó y entablamos una amistad que esperamos sea duradera. Por lo pronto me envía un ejemplar de su libro "Río de las Cañas" (Homenaje a forjadores del siglo XX) el cual es un compendio de historias, anécdotas y situaciones comunes de su pueblo natal y en el que aparecen una gran cantidad de personajes populares del pueblo de La Concepción.
Por supuesto, no he tenido tiempo de leerlo como debe de ser, sin embargo me gustó la anécdota del paso del tren presidencial donde viajaba el primer mandatario de la nación Adolfo Ruiz Cortines, mismo que transcribo para que el amable lector se dé una idea del contenido de esta obra de Cosme Cázares... "...Cierta vez llegó un aviso de que el Presidente de la República Adolfo Ruiz Cortines, pasaría en uno de los tres trenes en un día indefinido, mas no decían en cuál de los tres y ni hora, así es que desde muy temprano en la fecha indicada los patriotas integrantes de los "Rurales" se apostaron a la orilla de la vía de hierro. Pronto se escuchó el silbato de la locomotora que arrastraba el primer tren, obligando a los rurales a ponerse de pie y orgullosos en posición militar con su fusil a un lado dispuestos a saludar nada menos que al Señor Presidente de la República.
Con la vista muy aguzada, nuestros guardianes del orden observaron como el primer tren pasó a gran velocidad y sin novedad alguna.
Ya para medio día, aquellos buenos hombres "Rurales" se pusieron nuevamente de pie al escuchar el silbato del segundo mastodonte de hierro que ya se acercaba, puesto que, aplicando el sentido común, sospecharon que el tren presidencial tendría por lógica que ser el de entremedio, así que procuraron mostrar su buen humor. Al parecer sucedió igual que el primero, ya que no se vislumbró la figura presidencial.
Ahora sí, ya no había duda, el Señor Presidente venía en el tercer tren. Dicha lógica motivó a que se convocara al pueblo entero a arrimarse a la vera del ferrocarril para saludar al Señor Presidente, acto histórico que honraría a cualquier ciudadano el poder decirle "adios" al primer mandatario de la nación, acto que quedaría grabado en la memoria de los concheños para toda la vida y que, a través del tiempo, contarían a sus hijos y estos a sus nietos el haber vivido esa gran experiencia.
Con el astro sol de verano dirigiendo sus rayos a la concurrencia y sin importar tal inclemencia y más cuando alguien dijo que eran las tres y media de la tarde, todavía con la resolana del estío, una persona puso su oído en la caliente vía, que era una forma de calcular la proximidad del tren y, que en efecto, pronto se hizo distinguir con el clásico silbato y el gran reflector que por lámpara anunciaba su inminente llegada o más bien pasada. Volvieron los "Rurales" a formarse en fila de honor. Ya para entonces, los niños que estaban en clases fueron convocados bajo la supervisión de sus ya emocionados maestros.
Muchos niños no escolares, algunos en cueros o con pura camisita. No recuerdo si había alguna bandera nacional pero si llegaron bastantes mujeres y hombres, hasta quienes vivían retirados de la vía, excitados que hasta la respiración se les interrumpió al ver todo el tren que, a gran velocidad amenazaba por pasar y con los ojos muy listos sobre las veloces ventanillas de los vagones para ver a la ansiada figura presidencial. Tenían la impresión que si respiraban no divisarían al Jefe de la Nación. Tal parecía que eran los últimos estertores de su vida.
En fracción de segundos como si fuera más que el "tren bala" pudimos ver hasta el último carruaje o vagón, más conocido como arcabuz y vieron una solitaria persona que levantando la mano en plan de saludo, el cual fue correspondido por todos los que estábamos atestiguando. No obstante mi temprana edad, siempre quedó la duda de que el saludo que recibimos no era del Presidente sino de un inspector del tren..."..............Seguimos escuchando las propuestas de los distintos candidatos que tenemos que sufrir en estas largas campañas --se hacen más largas por lo tediosas, repetitivas, insulsas y superficiales-- y nos queda la duda de haber oído algo que realmente valga la pena o suene a nuevo. Ni la derecha, ni la izquierda, ni los de enmedio han logrado hacer palpitar el corazoncito de la población meshica, que sigue esperando que les llegue un rayo de credulidad. Peña Nieto, conforme con lo que marcan las encuestas, hasta hace de la vista gorda cuando lo invitan a debatir, pues no tiene caso arriesgar un derrape --como el de la FIL de Guadalajara--, si lleva amplia ventaja sobre los otros tres. Se dedica el mexiquense a administrar sus puntos en las encuestas. Josefina, va en picada y ni sus mismos compañeros de partido le ven espolones para la contienda final del primero de julio y hasta Vicente Fox, siempre tan bruto, dijo ahora una gran verdad: "solo de milagro ganará Vásquez Mota" (No me ayudes compadre). AMLO, por las mismas, y lo peor, en un lejanísimo tercer puesto que vendría a ser un gran fracaso personal y de la izquierda. Del cuarto contendiente, solo se me ocurre escribir (?) un signo de interrogación. ............Siguiendo con os candidatos que a nivel nacional recorren con nuestros recursos el país y ante los distintos actos de corrupción, las obras que dicen que hacen pero no terminan; la danza de millones y millones de pesos para dilapidarse en las campañas, mientras las escuelas y universidades sufren por los méndigos presupuestos miserables; ante la supina demagogia en el discurso y la acción; ante la somnolencia de los legisladores federales que, si no duermen en sus curules, faltan porque una mosca voló o simplemente quiebran la sesión para no votar para que se declare que no hubo quorum. Por supuesto, tan finas personas se la pasan diciendo estupidez, tras estupidez; ante la vista de políticos chapulines que saltan de un puesto a otro, de una elección a la siguiente, no hay muchas ganas de votar. Por ello, ante todo esto decía, me resulta una joya leer la carta que el nayarita Amado Nervo le envío al entonces Ministro de Relaciones Exteriores de México Don José López Portillo y Rojas, mientras el bardo tepicense era Secretario de la Legación Diplomática de México en España y Portugal y a causa de la invasión norteamericana en 1914. De esos mexicanos son los que queremos los ciudadanos de este país, no de los que estiran la mano, reciben mucho y no producen nada --léase políticos de nuevo cuño--. Dice así la misiva:
Amado Nervo |
Sr. Lic. D. José López Portillo y Rojas
México.
Muy distinguido jefe y amigo:
Le ruego ordene a la Tesorería de la Nación que me deduzca, de cada una de las mensualidades que por concepto de Secretario de nuestra Legación en España me corresponden, la suma de sesenta pesos, con los que deseo contribuir mensualmente a la paga de dos de nuestros soldados, en tanto dure la guerra con los Estados Unidos, en el concepto de que aceptaré asimismo, gustoso, cualquier otra deducción pecuniaria que la Nación pudiese juzgar oportuna, además de esta que voluntariamente me impongo y cuya modestia es tan desproporcionada con mi deseo de ayudar a la Patria. Inútil es añadir que mi pluma y cuanto puedo, está a la disposición del Gobierno y del país y que, aunque mi salud precaria no sea una garantía de todo el vigor que anhelara poner al servicio de México, no me impedirá, en caso extremo, prestar además de mi modesto concurso pecuniario y de mi concurso intelectual, el de mi brazo para su defensa.
Acepte, mi distinguido jefe, con esta nueva oportunidad, las seguridades de la vieja estimación y de la respetuosa deferencia con que quedo suyo afmo. amigo y subordinado.
q.l.e.l.m
AMADO NERVO
Hoy la realidad es otra, nuestros políticos, no tienen empacho en entregar el país a los extranjeros a cambió de un "cañonazo de billetes", como sucedió recientemente con el caso de Wall-Mart. Que por cierto, no se dieron cuenta los de aquí, sino que fue el New York Times, quien destapó la cloaca, pues acá "nadie notó nada". Ande pues......
Para terminar, esta foto de un envase de crema de Lala --y no es comercial-- simplemente una falta de redacción, dice el vasito: "Crema de vaca acidificada". ¿Qué es lo que está acidificada? ¿la vaca o la crema? A este tipo de vicios del lenguaje se le llama anfibología..........Salud amigos
1 comentarios:
Jajajaja buena observación... pero es crema de vaca? o crema de leche de vaca?
Bueno, ya no entendí.... Saludos
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