jueves, 25 de octubre de 2012

LOCALIZAN IMPORTANTE PETROGRABADO VINCULADO A LA RED AZTATLAN





Recientes trabajos de reconocimiento por parte de arqueólogos del Centro INAH Nayarit (INAH-CONACULTA), realizados en la zona montañosa del altiplano meridional de Nayarit, permitieron localizar un petrograbado iconográficamente vinculado con la tradición pictórica del complejo cultural Aztatlán (850/900-1350 d.C.) del Occidente de México, cuya zona nuclear de desarrollo se ubicó en las tierras bajas costeras del norte de Nayarit y del sur de Sinaloa.


 El sitio referido, conocido localmente como “El Cantil de las Animas”, se localiza en la zona de transición entre la subprovincia fisiográfica de las sierras neovolcánicas nayaritas y el declive de la Sierra Madre Occidental, cerca de la localidad de Jesús María Cortés perteneciente al municipio de Tepic, a una altitud promedio de 225 m.s.n.m.

Lo anterior fue dado a conocer por el Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz, investigador de base adscrito al Centro INAH Nayarit, quien comentó que el sitio se encuentra en una zona prácticamente inédita para la arqueología regional, lo que le confiere un valor histórico y antropológico adicional. “Salvo los trabajos de salvamento arqueológico que fueron llevados a cabo en la cuenca de los ríos Santiago y Huaynamota con motivo del proyecto de construcción de la Presa Hidroeléctrica de Aguamilpa a principios de los noventa, no se han llevado a cabo trabajos sistemáticos de prospección en los valles y lomeríos contiguos desde entonces”, señaló.


El especialista precisó que se trata de un complejo panel de representaciones de carácter simbólico trabajadas en bajorrelieve, que cubren una superficie de casi 4 m. de largo por 2 m. de ancho, cuyo frente se encuentra orientado hacia el sur. Todos los diseños se distribuyen a lo largo de una banda horizontal dispuesta sobre un soporte pétreo de rocas ígneas extrusivas (basaltos) del Terciario que forman un plano vertical o cantil de aproximadamente 10 m. de altura sobre su talud.

Dentro de su composición resalta el hecho de que existe una marcada división dicotómica del espacio en términos del contenido simbólico de las representaciones, ya que en la mitad oriental del panel se concentran diseños relacionados con la fertilidad (nubes de lluvia, caracoles seccionados y vulvas femeninas), mientras que en su contraparte occidental aparecen de forma recurrente representaciones de cráneos de perfil, cuyo frente en todos los casos apunta hacia el horizonte oriental, precisamente hacia la salida del sol. Sobre este punto precisó que por el momento no es posible afirmar si estos cráneos corresponden a personajes ritualmente decapitados, a cráneos trofeo o a la representación de Mictlantecuhtli, deidad regente del inframundo, que representaría a las entidades antagónicas de las fuerzas solares orientales. 


“Ciertamente, se conocen en la arqueología regional Aztatlán del período Postclásico al menos tres casos -dos en los sitios costeros de Chacalilla y de Coamiles y uno precisamente en la cuenca del río Santiago, adyacente a Jesús María Cortés- en los que han aparecido cráneos de personajes decapitados en contextos culturales claramente vinculados con el culto solar”, apuntó el especialista.


Cabe resaltar que resulta sumamente significativo que el plano vertical sobre el que fueron plasmados los diseños se encuentra orientado sobre un eje oriente-poniente, por lo que eventualmente será necesario realizar observaciones arqueoastronómicas para determinar la fecha precisa del paso cenital del sol por el lugar, con la finalidad de definir la probable función que desempeñó esta localidad dentro del ciclo ritual anual de carácter propiciatorio y dentro del ámbito de la esfera de interacción Aztatlán entre comunidades de la sierra, la costa y el altiplano. 

“La regionalización simbólica del espacio y su vinculación con estudios arqueológicos de patrón de asentamiento es una de las líneas de investigación que necesita desarrollarse en la arqueología de Nayarit, aunque debemos reconocer que este es un campo de la investigación antropológica que ya ha sido plenamente desarrollado por los etnólogos que desde finales del siglo XIX han estudiado a las comunidades indígenas de la región cultural conocida como Gran Nayar”, precisó.

Además, el arqueólogo señaló que dentro del conjunto de petrograbados del “Cantil de las Animas” es posible reconocer dos estilos pictóricos claramente diferenciados dentro de la iconografía Aztatlán, el de las representaciones realistas (figurativas) caracterizadas por sus trazos curvos -que son distintivas de la fase Cerritos (900-1100 d.C.) del Postclásico Temprano- y el de los diseños de corte esquemático que se distinguen por sus trazos angulares rígidos, que se presentan fundamentalmente en cerámica y manifestaciones gráfico rupestres de la fase subsecuente Ixcuintla (1100-1350 d.C.) del Postclásico Medio.

“Lo anterior sugiere que el uso ritual del mural como espacio sacralizado se mantuvo a lo largo de las dos principales fases de ocupación del complejo cultural Aztatlán, abarcado un periodo de por lo menos 450 años que coincidiría con el apogeo económico, político y comercial de las sociedades asentadas en las fértiles tierras bajas inundables del septentrión costero mesoamericano”, concluyó.

Ante la importancia del hallazgo, el delegado del Centro INAH Nayarit, el Arq. Othón Yaroslav Quiroga García, anunció que será necesario implementar un programa emergente de reconocimiento, registro e investigación arqueológica en los valles intermontanos del altiplano con la finalidad de diseñar estrategias concretas a favor de la protección del patrimonio arqueológico regional.

La inscripción oficial de este sitio en la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas del INAH, así como el levantamiento detallado de la totalidad de los diseños con la finalidad de lograr su interpretación integral, tendrá lugar en el transcurso de los próximos meses.

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