miércoles, 7 de noviembre de 2012

MAS ALLÁ DEL MURO DE LA VERGÜENZA... ¿CUATRO AÑOS MÁS DE LO MISMO?



Por: Juan J. Gaspar G.

EL SUPERMARTES ESTADOUNIDENSE… Para algunos el sueño; ¡para otros la rabia!

Como en cualquier campaña de publicidad, las elecciones federales en los EEUU, fueron un acontecimiento de alto impacto en los medios… 
    Se publicitó la imagen del primer negro entrando triunfal a la Casa Blanca, como una promesa de cambio para las mayorías empobrecidas; pero también, los reflectores de los mass media dejaron caer sus fulgurantes destellos sobre otro superhéroe (¿o villano?) el paladín de la extrema derecha, Mitt Romney, que en su argot familiar, sacó a relucir mil veces sus raíces ultranacionalistas y su evidente conexión con las jaurías ultraconservadoras del moderno Tea party  norteamericano.

De principio a fin la transferencia de señales se daba desde las calles, entrecruzaba los barrios, se colaba a los complejos industriales y pasaba por las universidades y los centros comerciales, hasta llegar a las torres más altas de los ultramodernos edificios de los centros financieros…

Entre las modernas democracias, la norteamericana conserva sus anacrónicos vestigios de voto selectivo y cupular…   La jugosa mercancía no es de votos; es de apabullante invasión en los medios… En este supermartes, los grupos multimillonarios mostraron al mundo su rostro inconmovible.  Para ellos nada grandioso ocurrió, triunfó el azul sobre el rojo … Pero a las grandes mayorías, la victoria de Obama los llenó de emoción, de júbilo inmenso, de una incontrolable euforia… cuando menos se logró aislar de los centros de poder a los grupos más radicales de la derecha norteamericana, defensoras plenipotenciarias del neoliberalismo salvaje, y el  freno vulgar a la movilidad social y las impostergables libertades  civiles del pueblo estadounidense.

Para las grandes mayorías el sueño continúa, entre  los enemigos del progreso, más que la tristeza o desaliento, ¡se percibe la rabia!

TEMAS CANDENTES. ¡Entre los latinos, hay entusiasmo… pero también desencanto!

Se hablaba de la era Obama, como si se tratase de una nueva frontera de la historia y todo quedó enmarcado como la posibilidad de que cualquier ciudadano con una vertiginosa acumulación de poder, puede llegar a uniformar consensos frente a los grupos de poder, para invadir las redes de poder mediático, para empoderarse dentro de los clubes de millonarios de un partido, de ajustar los intereses pluriclasistas, de tronarle los dedos a los cabilderos de Washington, de darle apertura y funcionalidad a la oficina oval, de darle un nuevo sesgo al tratamiento de la guerra contra el terrorismo  y darle al pueblo norteamericano otra presea de metal, para su medallero olímpico: el premio nobel de la paz

Todo eso.  La muerte de Bin Laden, el asunto carcelario de Guantánamo, su tolerancia hacia los movimientos anti imperialistas en América latina y la furiosa política de deportaciones, son asuntos que aún se muestran entre líneas, en un discurso ingenioso, ágil y cargado de alegorías, frases del sentido común y todo lo que apasionadamente hoy puede llegar a pronunciar con su vehemente estilo, el primer presidente identificado con los sectores más participativos de la clase media norteamericana.

Cosa especial, la del electorado latino que dividió su votación… Mayoritariamente se volcaron en apoyo de Barak Obama, pero visiblemente contrariados y molestos por los magros avances de su administración… 

LATINOS… A pedir más queso o ¿a salirse de la ratonera?

Y conviene por esto, decir que entre las minorías la simpatía hacia los candidatos se manifestó en forma dividida.  En el caso de los latinos, aún con todo el entusiasmo con el que fue recibida la noticia sobre el triunfo de Obama, se hizo notoria la mueca de desdén que nuestros connacionales indocumentados y los ciudadanos de origen mexicano le patentizaron al afroamericano… Entre estos sectores es evidente el descontento ante las medidas de segregación, represión y exclusión que se está dando a partir de las duras medidas anti inmigrantes, que  han golpeado a nuestra gente, sobre todo a las de mayor vulnerabilidad

Tiene cuatro años más, la bancada que controla a la mayoría del Senado, cuatro años más para la minoría demócrata en la Cámara de representantes, cuatro años más para el hombre fuerte de la Casa Blanca… Cuatro años más para la comunidad latina y sus grupos representativos… 

Y como decimos vulgarmente, a los latinos ya no les acomoda la idea de pedir más queso, sino de mantenerse quietos, dentro de la ratonera…

MÁS QUE ESTE TRIUNFO EVENTUAL,  ¡la  dignidad del México que está más allá de esa frontera!

Y  ya expresado, con ciertos aires de solemnidad (por si alguien se incomodara por el dicho), diré que no importan tanto esos triunfos eventuales, los que se han ganado en tierra ajena; deben calar más hondo  las victorias de los buenos mexicanos, aquellos que tuvieron el atrevimiento de caminar hacia el norte, jurando más que por fidelidad, por hambre y dignidad, su amor a la bandera imperial americana.

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