lunes, 12 de junio de 2023

VISITA A AMATLÁN DE CAÑA, NAYARIT

 


Una vez más, aprovechando, junto con mi esposa Cecilia, hacer uso adecuado y lúdico del tiempo que nos regala la bendita jubilación, nos trepamos al carro y "nos pelamos" rumbo al sureño municipio de Nayarit, la bella población de Amatlán de Cañas. Ahí, nos enteramos que el nombre de Amatlán, proviene del náhuatl "amatl" que significa amate, que es el árbol "ficus" de cuya corteza se elabora el papel. Lo de "cañas" es porque en ese municipio había grandes y productivos trapiches del cual quedan restos muy atractivos como el gigantesco "chacuaco" de la población de Tepuzhuacán.


Chacuaco de Tepuzhuacán

El camino para llegar a Amatlán es muy parecido a los caminos de los pueblos mágicos de San Sebastián del Oeste, Mascota y Tala de Allende en Jalisco, o el que lleva a Compostela en Nayarit, es decir,  muy sinuoso y en ratos peligroso por el desprendimiento de piedras y rocas de las laderas de las rocosas montañas por donde circula la carretera, pero no deja de tener su atractivo por los regios paisajes desde lo alto.


Presidencia municipal de Amatlán de Cañas.

Sin embargo, el viaje vale la pena porque los pequeños pueblos que están dentro de la jurisdicción de ese municipio, del que por cierto su servidor nunca había pisado, son muy atractivos como el mencionado "chacuaco" o bien, la conservación de la arquitectura típica tanto en la comunidad de Barranca del Oro, como El Rosario, La Estancia de los López o el ya mencionado Tepuzhuacán. Por llevar el tiempo medido, solo alcancé a visitar la comunidad de Barranca del Oro y por supuesto Amatlán. Quise entrar al famoso balneario de El Manto, y cuando una persona me recomendó ir al balneario de El Salto, me perdí y ya no regresé al Manto, prometiendo hacerlo en una visita dedicada solo a este esplendido lugar de la naturaleza nayarita.


Barranca del Oro

Ambas comunidades me gustaron por la conservación de su arquitectura y algo notorio, la limpieza de calles, plazas y mercados no se parece en nada a lo que vemos con tristeza por estos rumbos. Hay orden en sus calles y no se ven banquetas invadidas. Atractivos son los callejones que abundan, que suben y bajan en esas pendientes muy comunes en estos pueblos del sur de Nayarit y norte de Jalisco. El clima caluroso pero más tranquilo que la ardiente zona norte, pues de camino se notan amplios bosques de coníferas y vegetación de zonas altas y frías. Quizá en invierno sea fresco como en Xala. 


Bellos callejones


Empedrado y calles limpias.

Por supuesto, seguimos la ruta de la vieja carretera libre a Guadalajara, donde se hace obligado desayunar en "La Sierra", la sabrosa barbacoa de borrego.



En Amatlán y las comunidades vecinas hay mucho cacahuate que elaboran en diferentes formas, así como sabrosas tablillas de chocolate y otros dulces. Abunda la guanábana, la zarzamora y hasta el mamey, del que compré un kilo para una sabrosa nieve que ya tengo en el congelador. 


Basílica Lateranense

Por supuesto recomiendo visitar estos bellos pueblos, que bien pueden llegar a ser considerados para el programa de Pueblos Mágicos.



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