Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE CHILE: Dos hechos extraordinarios se dieron en esta semana que recién transcurrió. Uno me sorprendió y el otro lo aplaudí. El que me sorprendió —y gratamente— es que Claudia Sheinbaum, por primera vez, en los años que llevan de campaña —sí, dije años— contradijo a su creador Andrés Manuel López Obrador, al decir que: “en materia de corrupción, aunque AMLO es un presidente muy honesto —así lo catalogo—, hay aún pendientes”. ¡Waooo! ¿No le irán a quitar la candidatura por andarse saliendo del huacal?
Pero no nos confundamos, ese decir de la representante de Morena y partidos rémora que lo acompañan, no es, de ninguna manera “el veo un México con hambre y sed de justicia” del asesinado Luis Donaldo Colosio. Sin embargo, a mi parecer, pudiera ser la primera señal de una hoy candidata, que manifiesta su velado deseo de ser independiente, tarde o temprano.
Otro hecho extraordinario y
digno de vítores y aplausos, es el mensaje de la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller,
esposa de López Obrador, quien salió a defender al hijo de Xóchitl Gálvez, y
condenó que, por razones políticas, la guerra sucia —en este caso asquerosa— se
metan con la familia, como vienen haciendo los seguidores y coordinadores de la
campaña de la Dra. Sheinbaum y expresó: “Un
favor a los políticos en campaña y a sus equipos: jueguen limpio. Quizá es
mucho pedir. Pero, como mexicana, rechazo que los familiares sigan siendo
‘daños colaterales’”.
Recuerdo hace años, cuando me invitaron a participar en la campaña para presidente municipal de un personaje, hoy encumbrado a nivel estatal, que nos llegó un manual que enviaba la dirigencia del PRI, para buscar en los opositores, elementos que pudieran ser utilizados en su contra: denuncias de cualquier cosa, robos y malos manejos económicos, escándalos sexuales, amantes y hasta el pedacito de plastilina que quizá se “robó” del kínder, con tal de dañar la imagen y su candidatura. Yo les dije, muchas gracias por la invitación, pero a esto no me presto.
Aplaudo entonces a la esposa del
presidente, que además como madre, sabe de qué se trata esta cochinada que es
la grilla, pues ya su hijo, ha sido agraviado para dañar la imagen de López
Obrador. Esto habla muy bien, de una mujer brillante que ha estado un poco —o
un mucho— a la sombra de su ególatra marido.
DE DULCE: Una de las grandes desgracias que tenemos los mexicanos son las obras “que tienen a bien” realizar nuestros gobernantes. Cuando no nos roban e inflan hasta el cielo los presupuestos para dichas construcciones, inventan empresas fantasmas o, como ha hecho AMLO, el campeón contra la corrupción, es no licitar las obras y ofrecer adjudicaciones directas a los compas y cuates del barrio.
No es difícil hallar obras que ya se pagaron, pero nunca se hicieron como dicen que sucedió con el hoy candidato nayarita a senador Nacho Flores, quien hasta huyó del estado, luego de ser presidente municipal de La Yesca, y quien sin rubor y ningún empacho, quiere seguir mamando y dando de topes a la rica y generosa ubre presupuestal que tanto le ha dado y lo vemos muy orondo y lirondo haciendo campaña como si fuera el adalid de la honestidad y el non plus ultra de la ética. Así la impunidad en el país, donde según el presidente de la república, ya no existe la corrupción.
Acabo de hacer un viaje al hermosísimo pueblo de Puerto Vallarta y para evitar la mortal y llena de curvas carretera 200 entre Tepic y ese bello y tradicional lugar, opté por tomar la nueva y costosa autopista, que, si bien es una maravilla que nos ahorra tiempo y dificultades, también es un ejemplo de lo que no se debe hacer.
Desde
Vallarta hasta Compostela no hay un baño digno en las casetas de cobro y como
en la ruta no hay gasolineras, pues a apretar los dientes o de plano hacer una
peligrosa "parada técnica" para cortar margaritas en despoblado. Uno como varón,
no tiene problema, pero las damas es otro boleto. Fue hasta la caseta llamada
Amado Nervo, donde abrieron un baño mal hecho, o a medias o mal diseñado o todo
junto, ya que solo eran dos espacios “unisex”,
entraban damas y caballeros por igual, con un excusado cada uno, que lo mismo
usan hombres que mujeres y, por supuesto, la fila era larguísima donde todos
nos quejamos del mal servicio, a pesar de lo carísimo que es transitar por estas vías. Pero luego presumen las obras como de primer
mundo. Yo a los autores de estos desaguisados les mando los cinco sonoros y conocidos trompetazos:
¡TA-TA-TA-TA-TA!
DE MANTECA: En la historia nacional, como en todo en la vida, existen chismes y mitotes, que, como todo cotilleo, son igual de sabrosos que el de los vecinos o los compas de la chamba, pero son poco conocidos…uno de ellos es el de la apreciable señora María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón de Domínguez, conocida como Josefa Ortiz de Domínguez, esposa del pomposo corregidor de Querétaro Don Miguel Ramón Sebastián Domínguez Alemán.
JOSEFA Y MIGUEL DOMÍNGUEZ
Doña
Josefa, ha pasado a la historia como uno de los personajes principales del
inicio de la guerra de independencia. Ella nació con ascendencia mulata, por lo
que sufrió discriminación, sobre todo porque era hija natural de la una dama
mulata y de un militar español de la nobleza hispana, sin embargo, la futura
Doña Josefa era criolla, es decir, los hijos de españoles que ya nacieron en
México.
Josefita —como la conocíamos por aquellas moneditas de cinco centavos— quedó huérfana a muy temprana edad y, la recogieron y prácticamente la encerraron en el Colegio de las Vizcaínas en la ciudad de México, donde la conoció Don Miguel, en una visita que hizo a ese lugar con otros miembros distinguidos de la ciudad. Al ver, a Josefa, se enamoró de ella y hasta pidió permiso para visitarla, iniciando una irregular relación porque Miguelito, ¡Válgame la Virgen! era casado.
Pero como dicen por ahí: “gracias a Dios enviudó” y se le metió la
idea de casarse con Josefa, de la cual alguien opinó que era: "Viva de ingenio, gentil de maneras, verbosa
de palabra, nutrida de entendimiento, ágil de imaginación, resuelta de carácter
y enamorada apasionadamente de los ideales que podían hacer la gloria de
México”, doña Josefa Ortiz Domínguez, decían, tenía una personalidad fuerte y
majestuosa. No como la de las emperatrices –aseguraban— sino como la de las “matronas romanas”, las “auténticas señoras de su
hogar”.
Este hecho fue un gran
escándalo en la mojigata sociedad hispana de la época, por lo que, para acallar
los mitotes y no herir la moral y las buenas costumbres, el virrey Félix Berenguer de Marquina, nombró a Miguel, corregidor
de Querétaro para mantenerlo lejos de la ciudad y del escarnio popular. El Sr.
Domínguez era doce años más grande que Josefa.
JOSEFA E IGNACIO ALLENDE
Como los criollos siempre
fueron considerados ciudadanos de segunda, Josefa simpatizó con el movimiento
independentista y hasta logró convencer a su esposo —como corregidor,
funcionario de la corona española— de unirse a la causa y conspirar contra los
europeos. A regañadientes, aceptó en medio de mucho riesgo y temor. La conjura
se descubrió, ella, con muchos trabajos mandó a un propio a prevenir al cura de
Dolores, Miguel Hidalgo, quien acompañado de Ignacio Allende, iniciaron la
guerra de independencia y lo demás es historia. Parte del chisme es que Josefa y Miguel
tuvieron 14 hijos, y se dice, cosa que nadie ha probado, por eso esto cae en
el terreno de los mitotes, es que ella tuvo amoríos con el insurgente Ignacio
Allende y hasta dicen las malas lenguas que uno de esos 14 chilpayates era de este
militar, hoy héroe nacional. ¡Qué cosas!
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