Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: Vaya polémica que se armó con motivo de la inauguración de
los Juegos Olímpicos de París, con aquella escena que algunos interpretaron
como una fuerte ofensa al pasaje de la cristiandad que trata de la última cena
de Jesús con sus discípulos o apóstoles, que tan bien retrató el gran Leonardo
da Vinci en el refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie, en Milán,
y que se convirtió en un icono significativo para los creyentes
católico-cristianos.
Quiero dar aquí, con todo el respeto a las creencias de todo el mundo, mi humildísima opinión al respecto. En el párrafo de arriba inserté la palabra INTERPRETARON, y creo que los que protestaron con tanta —y a mi juicio exagerada— vehemencia, eso hicieron, interpretaron a su manera, esa escena que, ya explicaron los organizadores y productores del espectáculo con que abrieron las olimpiadas, que fue una alegoría griega representando al dios Baco, a quien los griegos le organizaban largas fiestas en su honor, que tomaron de su nombre el vocablo: “bacanales”.
Olvidan, los que se
sintieron afectados en su fe que, en la antigüedad, los juegos se iniciaron
—aquí los autores difieren— como homenaje al propio dios Zeus, o bien a los
grandes héroes de la nación helénica y se prolongaron hasta el año 393 D.C.;
hay que hacer notar, que la importancia, tanto de las fiestas a Baco como de
las competencias olímpicas, eran tan importantes para los griegos, que los
mismos escritores Homero, Hesíodo escribieron al respecto, o el poeta Píndaro,
dedicó sus versos, tanto a los héroes deportistas, como a los placeres de la
vida, en el marco del vino, la buena comida y las mujeres; así como a las
bacanales del buen Dionisio.
Cuando el imperio romano, tras la adopción del cristianismo, se fijó en el significado político-religioso de estas notables actividades, prohibió toda celebración pagana, incluidos los Juegos Olímpicos —vaya paradoja—. Esos mismos hoy se rasgan las vestiduras.
El pasaje de la última cena, se ha interpretado en mil
maneras, el internet es testigo de ello, y nadie o muy pocos se enteraron. Yo
recuerdo uno del genial caricaturista Eduardo del Río “Rius”, quien, en una
larga mesa colocó a muchos de sus personajes, y no recuerdo que haya sucedido
nada y eso que Rius era un declarado ateo, socialista de hueso y enemigo jurado
de la iglesia.
Fue una respuesta exagerada,
pero, repito, a mi juicio equivocada; Más me gustaría, que así con esa misma
fogosidad, ímpetu y pasión, protestáramos por los 80 o más asesinados diarios
en México.
Lo que sí debo decir, es que, en lo personal, no me gustó la inauguración de los juegos, no por ese hecho, sino quizá porque soy conservador —pero nunca de la 4T—, pero no del tipo de lo religioso, sino que prefiero lo de antes, el desfile de las naciones desde un estadio olímpico, con la participación de la fanaticada asistente, y el encendido del pebetero olímpico.
Esta inauguración en París, fue diseñada y
producida para la televisión y me dio la impresión de que los asistentes, a
orillas del río Sena, nada o muy poco vieron, ya que los diversos escenarios
estaban muy lejos unos de otros y no les quedó más que ver todo, a través de
las grandes pantallas. No me agradó esta inauguración, lo que me hizo recordar
la de México en 1968, que fue espectacular y de mucho calor humano.
DE
DULCE: Se le hizo bolas el engrudo al viejito dueño del palacio
nacional, y su inútil dizque “consejo de
seguridad” con el tema de la detención en Estados Unidos de los capos
Ismael “Mayo” Zambada y el hijo del Chapo —este hoy en chirona de por vida en
la Unión Americana—, fue tal la ventaneada que los gringos le aplicaron al
presidente y su gente “preocupada”
por la seguridad en México, que llevan, hasta el momento de escribir estas
líneas ocho días sin tener la más remota idea de lo sucedido. Es más, si “los primos” no le informan al gobierno
mexicano, seguirían en babia.
Por supuesto, cuando algo no queda claro, las historias vuelan y se van convirtiendo en leyenda, de ahí la existencia de “la llorona” u otros cuentos que alborotan la imaginación popular. Por ello, salieron una y mil versiones: que si el Chapito con engaños se llevó al Mayo; que no fue con cariño, que se lo llevó a punta de pistola y hasta asesinó a sus guardaespaldas; que fueron agentes de la DEA y del FBI quienes se metieron a México y lo secuestraron; que la aeronave no salió de Hermosillo, que no, que sí voló desde ahí; que si patatí que si patatá. Han llegado al extremo de enviar un cuestionario a las autoridades gringas, preguntando todos los detalles de lo sucedido, por lo que me imagino a estos trinches güeros doblados de la risa. Es decir, el presidente que tanto presumió en la matiné diaria, que el primer mandatario de la nación era el hombre mejor informado del país, pues simple y llanamente se le fue esta. Lo cierto es que los gringos no confían en las autoridades tan honestas de la transformación de cuarta, por eso nada les dijeron, no fueran a dar el pitazo.
Lo que sabemos o más o menos
se intuye, es que resulta que el pasado jueves 25 de julio (ahora sí que mayo
cayó en julio) a las 10:30 horas "el
güerito" hijo del Sr. Guzmán (como llama AMLO al Chapo), ya iba camino
a rendirse a las autoridades estadounidenses. Alegan, que a las 14:35 horas, ya
el vuelo había salido con rumbo a EEUU, pero que los "primos" nada sabían del “Mayo” y ni se las olían. Cinco
minutos más tarde, la autoridad "de
allá" es informada que, abordo de la nave, va el “Mayo” Zambada.
"¡OMG!" gritaron los pecosos cherifes y salieron como de Rayo Macoy
al "aigropuerto" de Santa
Teresa, Nuevo México, cerca de El Paso, Texas.
A las 16:24 aterriza el
avioncito en aquella terminal aérea donde ya los esperaban la DEA, la CIA, el
FBI, el Agente de CIPOL, CSI El Paso, la NBA, la NFL, la FIFA, Batman, Robin y
Chupermán, así como Tom Mix, Buck Jones, Bill Boyd y Tim McCoy.
Aquí en este punto de la
narración, la asustada, patidifusa y confundidilla, Rosa Icela, casi gritó:
"lo sucedido no fue planeado por
agencias estadounidenses, eh", algo así como cuando Pedrito Infante,
cantaba: “…yo te lo juro que yo no fui…”
Las unidades policiacas arriba
mencionadas, supuestamente quedaron sorprendidas, porque en el avión, que
literalmente les cayó del cielo, venían tan altos perfiles del narco y,
corrieron hasta la caseta de telefónica más cercana, a avisarle al gobierno de
la transformación de cuarta, diciendo: "¿Qué creer you? A que no saber a quién
tener nosotros aquí en los Yunaites..." Y alegaron: "Perou nosotros
advertir que nou ser culpables, ni habernos metido a your garden, my friend.
Ser recibidos del cielou por my god, you know: in god we trust."
Y el gobierno mexicano
contestó: ¡Cuídamelos mucho, dales abrazos, no balazos! ¿A quién hay que
creerle?
DE
MANTECA: Uno de los grandes males que, a lo largo de su
historia ha sufrido América Latina, es la repentina aparición de gorilas
gobernando, sin duda, la mayoría de las veces por la criminal injerencia de los
Estados Unidos de América. Cosa rara, es el simio que hoy desgobierna la pobre
nación hermana de Venezuela, el chango peludo e ignaro Nicolás Maduro, ese que
parió, en mala hora, ese otro antropoide llamado Hugo Chávez, quien ya se
cocina a fuego lento en el mismísimo averno.
Pero también la historia, nos ha enseñado, que esos macacos siempre acaban mal. Aquí una somera relación: la dinastía Somoza en Nicaragua, otra pobre nación bananera que hoy está en poder del mico traidor a la revolución sandinista Daniel Ortega y su esposa la changa que pretende vestirse de seda, pero mona se ha quedado. Los “Tachos” Somoza, reinaron ese desdichado país centroamericano durante 43 años, hasta que el pueblo los sacó a patadas en 1979, huyendo a Miami y luego a un periplo que lo llevó a varias naciones, asilándose en Paraguay, donde un comando sandinista se lo cargó al infierno a punta de balazos. Fulgencio Batista de Cuba, fue otro gorilón que gobernó la bella isla, convirtiéndola en un burdel gringo, hasta que Fidel Castro y sus barbones lo echaron fuera, solo para, posteriormente convertirse el guerrillero en otro primate, al que siguió su hermano Raúl y hoy, su heredero Miguel Díaz-Canel, émulo a su vez de King Kong, lo cierto es que Cuba no ha gozado de libertad a lo largo de más de 500 años. Por cierto, Batista, murió exiliado en España.
Pinochet en Chile; la familia
Duvalier de Haití; Strossner, el paraguayo a quien volaron de un bazookazo;
Videla de Argentina, Getulio Vargas en Brasil, y muchos otros, cayeron de su
nube, a veces de manera violenta, pero siempre odiados por sus compatriotas y
el mundo. Eso le espera, sin lugar a dudas, al sátrapa venezolano. Al tiempo.
¡Salud y hasta la próxima!
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