Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: No soy hombre que crea mucho en las coincidencias,
casualidades o al azar, en ese sentido hago mía la frase del poeta inglés John
Milton: “…no creo en la casualidad ni en
la necesidad…mi voluntad es el destino”. Y si se trata de chiripadas en la
grilla totonaca —“pior”— de la 4T, ¡menos!
Solo me resta decir que en política las casualidades no existen, simplemente
son simulaciones que buscan manipular y tender “cortinas de humo” para ocultar lo verdaderamente importante o darle
una maquillada a los yerros y las acciones percudidas de gobierno.
En los últimos días se han dado, varias de esas raras coincidencias en el diario andar de México, por ese surrealista mundo manoseado por Morena y el macuspano invisible de Palenque, Chiapas, quien se encuentra más activo y lleno de poder que nunca.
Esas casualidades que he notado son las siguientes: donald trump (siempre con minúsculas) truena contra las migraciones y su paso por México, y de repente —¡qué casualidad! — el instituto de migración, endurece sus acciones, retienen a los migrantes del mundo que llegan a tierra azteca, entrando por tierra maya; viola sus derechos humanos, les mienten a los que van en tránsito hacia la frontera norte, trepándolos en camiones o camionetas tipo Van, con el pretexto —mentiroso por supuesto— de “darles un aventoncito” solo para irlos a “tirar” —realmente eso es, tirar— a Yucatán, Acapulco o Michoacán, donde los abandonan a su suerte y los desvían de su camino y sueños.
Se queja nuevamente trump, ahora del fentanilo y misteriosamente la secretaría de seguridad a cargo de Omar García Harfuch, anuncia el decomiso gigantesco de mil 100 kilos de fentanilo —lo cual fue un récord—, lo que equivale a 20 millones de dosis en pastillas, listas para entregar a los cientos de miles de zombis drogos de los Estados Unidos, esos que exigen una gran demanda de enervantes, que por supuesto, los capos de acá están dispuestos a proporcionarla. Por supuesto, ese fentanilo es el que no se produce en México, según gritaba a los cuatro vientos el emperador que tuvimos en el gobierno anterior.
Vuelve a tomar la palabra el “pelos de elote”, ahora amenazando con
imponer aranceles a los productos mexicanos que crucen la frontera con los “primos”, y sale como de rayo el
canciller Juan Ramón de la Fuente a buscar alternativas en los consulados
mexicanos allende el río Bravo. El miedo no anda en burro.
Otro berrinche del hocicón
trump, quien se queja de los productos chinos en México y ¡Zas! —otra
coincidencia—; el gobierno de la CDMX clausura un enorme negocio lleno de
productos chinos, en la plaza de Izazaga.
Pareciera que el gobierno
federal o Morenista o de Claudia Sheinbaum o de AMLO —como guste usted— está
más atareado en seguir la agenda del loco racista presidente electo de Estados
Unidos, que hacer la tarea de casa.
DE
DULCE: Uno de los grandes “legados”
que Andrés Manuel López Obrador dejó a la presidenta —con “A”— Claudia Sheinbaum, es el de soltar terribles y
desafortunadas declaraciones al mundo.
AMLO no se tocaba el corazón o
conectaba dos neuronas para escupir perlas maravillosas como aquella que
amenazaba a los criminales, esos que sin ningún escrúpulo degüellan o decapitan
al prójimo, o meten cadáveres en tambos con ácido para deshacerlos, o se
enfrentan a balazos con enemigos y amigos no importando si se atraviesa por ahí
un niño: “los voy a acusar con sus mamás
y sus abuelitas”; y en esa misma idea, lanzó otra que poco a poco se
convirtió en “estrategia”: “Yo sigo llamando a todos a portarnos bien, a
que sean abrazos, no balazos”. Y qué tal aquella que lo pinta de cuerpo
entero: “Dinamarca es mi ejemplo a
seguir… como no hay corrupción, pues no hay pobreza”. ¡Ajá!
En 2022, López Obrador anunció una nueva fase con medidas adicionales para ahorrar en el gobierno federal y se atrevió a decir: “Austeridad republicana pasa a ser pobreza franciscana". “Lo que diga mi dedito”, “yo tengo otros datos”, “vivo bien con 200 pesos en la cartera y no uso tarjetas de crédito”, “No mentir, no robar y no traicionar evita coronavirus” y mil linduras como estas que arrojaron sus belfos a lo largo de casi seis años.
Muy desafortunadamente, la actual presidenta Claudia Sheinbaum, optó o recibió la orden de seguir con las demagógicas mañaneras y, lo peor, ha dado la doctora en continuar la perversa costumbrita de soltar barbaridades, que, a pesar de que hicieron pasar a AMLO como un babotas, o más bien, que él creyera que los pobladores de esta pobre nación éramos una manada de burros que todo se traga, así sean soberanas pendejadas.
En los últimos días, la
Sheinbaum ya se aventó dos joyitas al aire y ninguna la dejó bien parada.
Primero —según ella— trump (siempre con minúsculas) le preguntó que cómo le
hacíamos los mexicanos para evitar el consumo de ese veneno fentanilo que tiene
en jaque al gobierno y sociedad norteamericana, puesto que se calcula que cada
año mata a 100 mil viciosos estadounidenses (ellos ponen los drogadictos y
nosotros a los muertos de enfrentamientos). Claudia le contestó que se debía a
que las familias mexicanas se cuidaban unas a otras, por eso no había consumo
en el territorio nacional. Por supuesto, además de ser una burda mentira, como
aquella que expresó su padre putativo Andrés Manuel, que en México no se
producía el fentanilo, es una expresión que podría haber sido: “es que le pedimos con fervor a los Reyes
Magos, que nos quite los vicios y lo cumplieron”.
La segunda, igual de populista, tratando de exaltar el nacionalismo más arraigado en los corazoncitos tricolores de cada mexicano; resulta que, alguno de esos periodistas de la mañanera, le lanzó la bolita para que la Sheimbaun la bateara, preguntando, qué pasaría si los gringos nos invadieran buscando acabar y aprehender a los narcos de la nación. Ella, la presidenta con “A”, respondió sin ningún rubor: “…no va a haber una invasión, no es un escenario que tengamos en mente…y de todas maneras tenemos nuestro himno nacional…” ¡Ándale pues! ¿A qué se refirió? ¿A aprestad el acero y el bridón? ¿Quizá a “masiosare”, un extraño enemigo? O ¿un soldado en cada hijo te dio? Pensé que todo lo habíamos visto con el reyecito de Macuspana, pero no, sigue la mata dando.
DE
MANTECA: Tengo la fortuna de conocer medio centenar de
ciudades que tienen el nombramiento de “Pueblos Mágicos”. Comunidades que, por
sus características de belleza, limpieza, respeto a su arquitectura vernácula o
típica, así como otros activos culturales, sociales, naturales, etc. les han
permitido a acceder a este calificativo de “Pueblo
Mágico”, programa federal que además ofrece recursos económicos a los
ayuntamientos galardonados.
El gobierno municipal de
Acaponeta, está buscando hacerse de este nombramiento, lo cual es bueno, pero
debo hacer alguna consideración que públicamente emitimos en el pasado
conversatorio de la Junta Vecinal de Acaponeta A.C. durante el Festival
Cultural.
Tercer culpable: el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encargado de vigilar que todo lo arriba expresado se cumpla, caso contrario se sancione a los infractores. Sin embargo, de un tiempo a la fecha, el INAH sufre terribles carencias económicas y recortes presupuestales, al grado que no recursos ni para los viáticos para las visitas a los municipios. Son como las visitas de los obispos, allá cada mil años se asoman por esta tierra. Hace años, el INAH —muchas veces en coordinación o con la gestión de la Junta Vecinal— daban capacitación a los encargados del ayuntamiento, lo cual era bueno; o bien se daban una vuelta para comprobar cómo se desarrollaban las cosas, hoy ya no. Es una lástima y las consecuencias están a la vista.
Ante ese panorama, la
posibilidad de que Acaponeta sea un “Pueblo Mágico”, es lejana…veremos y
diremos. ¡Nos saludamos en la próxima entrega amigos!
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