Esculcando en el arcón de las cosas viejas, encontré esta fotografía, que si bien no es una reliquia, si data al menos de hace 35 años aproximadamente, no tiene importancia histórica pero si un valor intrínseco dada la coyuntura actual, el ella podemos apreciar un grupo de rapaces bestezuelas, chiquillos que en aquellos tiempos eran el terror de su barrio las Mojoneras, hoy la misma manada sigue unida, de izquierda a derecha, con pantaloncillos cortos y botas vaqueras el niño Francisco Aguilar, dezcalso y con la playera desabotonada el niño Santoyo, quien abraza al niño Saulito Lora,
junto al él, el niño prietito y mirando para el suelo es Catón quien a su vez abraza efusivamente al niño que se encuentra de perfil, como sacandose de un piquete, y que identificamos como Héctor Bañuelos, inmediatamente atrás de él se encuentra el niño Gil Abad, al descamisado de pantaloncillos rojos que adoptó la pose de mono araña a punto de pegar el brinco no lo logramos identificar, sospechamos de muchos, pero no queremos aventurarnos a la ligera, seguiremos investigando.
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