Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Seguramente el amable lector ha escuchado hablar –quizá leído o visto la obra de teatro—de “Fuenteovejuna”, la inmortal obra dramática de Félix Lope de Vega y Carpio. La historia se lleva a cabo en una pequeña comunidad española, llamada precisamente así: Fuenteovejuna, donde gobernaba el fiero e intolerante Comendador Fernán Gómez, quien era contrario a los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. El caso es que a Fuenteovejuna, lo gobierna ese señor Fernán Gómez, con despotismo y prepotencia, convirtiéndose en enemigo del pueblo al que ve como inferior suyo y constantemente tortura y veja. En las diferentes escenas de la obra aparecen personajes que van construyendo la trama, entre ellos la bella Laurencia, quien incesantemente es acosada por el Comendador, que entre sus muchas “gracias” tiene la de creerse un garañón con derecho a tomar y gozar, por la fuerza si es necesario, la doncellez de las damas de Fuenteovejuna. En un momento de la historia, Gómez, ataca a Laurencia en un rincón oscuro de la calle, ante la sorpresa de otro personaje que es Frondoso, joven labrador prendido de la hermosa mujer, a la cual defiende del sátrapa, quien es humillado por el que lo considera humilde e inferior. Fernán, que no es hombre que se trague las injurias, promete venganza y la consigue, precisamente cuando se realiza la boda de aquellos dos, aprehendiendo a Frondoso y secuestrando a Laurencia a la cual termina violando. El pueblo, ante tantas infamias y malas determinaciones del Comendador, se reúne para tomar acciones, y al final de la historia, no solo se derrumba el gobierno tiránico de Fernán Gómez, sino que una revuelta popular acaba con la vida del Comendador. Tiempo después, por órdenes de los Reyes, se lleva a cabo una investigación encomendada a un juez, quien cuestiona al pueblo sobre la muerte de Fernán Gómez, en ocasiones incluso hace los interrogatorios bajo tortura, hallando siempre la misma repuesta a la pregunta: --¿Quién mató al Comendador? --¡Fuenteovejuna, Señor! Algo similar le ha sucedido al Presidente Municipal Dr. Saulo Alfonso Lora Aguilar, con el tema de la Unidad Deportiva, obra a la cual hemos bautizado como la “cereza del pastel” y que sin embargo, ha quedado en el abandono y la decepción total de una comunidad deportiva, desesperada, confundida y que se siente engañada, principalmente porque no han salido las explicaciones de la vieja casona de la calle Morelos.