PIONEROS DE ACAPONETA
"La amistad es una igualdad armoniosa"
Pitágoras
Por: Héctor Algarín
No importa el lugar de origen, sino dónde decidas pasar tu existencia, dónde se establezca una familia, dónde se busque el sustento de una vida decorosa, dónde se compartan experiencias, anécdotas, historias, penas...Acaponeta se ha engrandecido por personas que por alguna circunstancia del destino se han quedado a vivir entre nosotros; cuando esto sucede por cuestiones de trabajo, salud, económico, familiar, o estudios es algo entendible propio de esta vida que nos tocó vivir bajo ciertas situaciones que muchas veces no tenemos alternativa pero, cuando lo haces por amor...la magia de Acaponeta aflora de nuevo y embriaga a las personas...con su aroma de gardenia.
El Dr. Ignacio Corona Martinez fué uno de ellos, nacido en el vecino estado de Jalisco y prendado con la hermosura de una mujer nacida en Rosario Sinaloa llamada Gloria Castellanos Trucios a la postre, de Corona.
Procrearon a 7 vástagos: Nacho, Eligio, Anny, Manuel, Gabriel, Francisco y Gloria todos nacidos en Acaponeta...menos los ultimos dos, y amigos entranables de todos los que los conocemos...
El Dr. Corona, tenia un "ritual" para aquellos amigos que frecuentaban la casa de uno de los mas chicos de sus hijos, el famoso Kiko Corona (residiendo actualmente en Mexicali, B.C.) y consistía en pegarle una patada (despacio y de manera cariñosa) en el trasero a quién llegaba a su domicilio, ubicada en la esquina de las calles Oaxaca y Juan Espinosa Bavara esto, lo hacía en señal de camaradería con los amigos de su hijo y aparte, por la pasión por su deporte favorito: el fútbol; él sí sabía de equipos buenos...¡le iba a las gloriosas chivas del Guadalajara!
Hombre serio y reservado, pero cuando uno entablaba conversación se trasformaba en una persona simpática y bastante agradable, caballeroso y de buen físico, siempre llevó una vida ordenada y sana (le encantaba la sandía de la región).
A su inseparable esposa Gloria, le encantaba cocinar y entre los platos favoritos de su familia era un lomo de cerdo mechado con salsa de ciruelas. Ella, toda una dama y muy bella, formaron juntos una familia con calidad humana, propia de esta tierra Acaponetense que envuelve con su sutíl magia a todos aquellos que pasan por su entorno....y se quedan a vivir en ella.
Ellos dos, no nacieron aquí....pero vivieron toda una vida y murieron entre nosotros.
Muchas personas actualmente residen en Acaponeta, pero no viven como Acaponetenses...Ellos dos, son recordados siempre, hicieron camino en su vida, fueron Acaponetenses por adopción y ¡queridos por todos nosotros con convicción!
Personas como el Dr. Corona y su Sra. esposa Gloria fueron, son y serán siempre un ejemplo de como vivir una vida plena, una vida digna, una vida llena de amor...con su aroma de gardenia.
Digo....nomás como comentario.
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