Por: Blanca León
Hola, hoy, como tantos otros días que amanezco en Acaponeta, al hacer
el recorrido hacia la terminal del autobus para volver a Tecuala, me
doy una vuelta por el mercado a saludar amigos y recordar... recordar
cuando desde niña iba acompañando a papá, a comprar los diferentes
productos para la tiendita de abarrotes.
Papá, con su o sus
canastos a cuesta; iba por papas, tomates, cebolla, eso siempre, en
ocasiones ya dulces, quesos, chiles, manteca, en el negocio de Cande
Rodríguez que después sería su compadre Cande.
Y también llevaba carne,
comprada en varias carnicerías, entre las que recuerdo, la del señor que
le llamaban el Toro, aunque también llevaba de varios otros, porque
había que tener el hígado que le encargó la clienta, o el mejor lomo de
res, o las costillitas de puerco, o el antojito para la casa. Antes de
irnos, siempre, pasaba por con mi tío Min, por sus riquísimos churros.
El Toro, ya me conocía que yo le pedía a papá, "aunque sea un tostón"
de churros, pero que me comprara. Tiempos aquellos.
Entonces se
iba tan de mañanita, creo que 4 o 5 de la mañana, pero cada vez más
tarde ahora. Queremos ir a cualquier compra a cualquier hora del día,
tarde o noche y en estos pueblos, los negociantes no se hacen a la idea
de tener la carnicería todo el día abierta, o la verdurería o la venta
de pollos.
Ahora pasé y me llamó la atención música, se escuchaba
como el amigo Villa, quizá algún disco del amigo Villa a todo volúmen. Llegué con mis primos, los Mines, que ahora, terminaron tempranito.
Platiqué un poco con Humberto Min, mi primo, que ahora, terminó temprano
la venta y comentó que había música, hoy 21 de Marzo, pretexto para las
actividades Culturales de CECAN. Entré, y sí, estaba cantando Villa con
su compañero al teclado, desarrollando un programa que alegraba la zona
donde venden menudo, pan, tamales colorados, nopales. Saludé a los
amigos, me quedé un ratito y tuve que marchar, a volver a Tecuala, al
trabajo y la rutina. Bonita forma de empezar el día, ver ese ajetreo de
todos en el mercado, llevando, trayendo, surtiendo la casa, preparándose
para los alimentos en casa o el estreno de ropa. Un buen día en
Acaponeta, se empieza mejor pasando por su Mercado Corona. Saludos a
todos los amigos y conocidos que ahí laboran, en buenas y malas, al
contado o fiando. Ni se te ocurra, abandonarlos por las grandes
negociaciones, el aire que ahí se respira, además, es el de hermanos de
un mismo pueblo, digan lo que digan.
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