domingo, 27 de marzo de 2011

MI MERCADO EN ACAPONETA


Por: Blanca León

Hola, hoy, como tantos otros días que amanezco en Acaponeta, al hacer el recorrido hacia la terminal del autobus para volver a Tecuala, me doy una vuelta por el mercado a saludar amigos y recordar... recordar cuando desde niña iba acompañando a papá, a comprar los diferentes productos para la tiendita de abarrotes.
Papá, con su o sus canastos a cuesta; iba por papas, tomates, cebolla, eso  siempre, en ocasiones ya dulces, quesos, chiles, manteca, en el negocio de Cande Rodríguez que después sería su compadre Cande. 
Y también llevaba carne, comprada en varias carnicerías, entre las que recuerdo, la del señor que le llamaban el Toro, aunque también llevaba de varios otros, porque había que tener el hígado que le encargó la clienta, o el mejor lomo de res, o las costillitas de puerco, o el antojito para la casa. Antes de irnos, siempre, pasaba por con mi tío Min, por sus riquísimos churros.


El Toro, ya me conocía que yo le pedía a papá, "aunque sea un tostón" de churros, pero que me comprara. Tiempos aquellos.
Entonces se iba tan de mañanita, creo que 4 o 5 de la mañana, pero cada vez más tarde ahora. Queremos ir a cualquier compra a cualquier hora del día, tarde o noche y en estos pueblos, los negociantes no se hacen a la idea de tener la carnicería todo el día abierta, o la verdurería o la venta de pollos.
Ahora pasé y me llamó la atención música, se escuchaba como el amigo Villa, quizá  algún disco del amigo Villa a todo volúmen. Llegué con mis primos, los Mines, que ahora, terminaron tempranito. Platiqué un poco con Humberto Min, mi primo, que ahora, terminó temprano la venta y comentó que había música, hoy 21 de Marzo, pretexto para las actividades Culturales de CECAN. Entré, y sí, estaba cantando Villa con su compañero al teclado, desarrollando un programa que alegraba la zona donde venden  menudo, pan, tamales colorados, nopales. Saludé a los amigos, me quedé un ratito y tuve que marchar, a volver a Tecuala, al trabajo y la rutina. Bonita forma de empezar el día, ver ese ajetreo de todos en el mercado, llevando, trayendo, surtiendo la casa, preparándose para los alimentos en casa o el estreno de ropa. Un buen día en Acaponeta, se empieza mejor pasando por su Mercado Corona. Saludos a todos los amigos y conocidos que ahí laboran, en buenas y malas, al contado o fiando. Ni se te ocurra, abandonarlos por las grandes negociaciones, el aire que ahí se respira, además, es el de hermanos de un mismo pueblo, digan lo que digan.

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