Por: Juan Manuel Estarrón
A punto
de arrancar las campañas con fórmulas completas (gobernador, presidentes
municipales y diputados) los únicos partidos políticos que iniciarán a tambor
batiente con el impresionante derroche de recursos serán el PRI y PRD, porque
hemos visto que el PAN –que paradójicamente sugiere comida- no quiere
invertirle ni a su candidata a gobernadora Martha Elena García cuantimás en sus
demás candidatos. En pocas palabras la campaña albiceleste es de lo más piojo a
la vista de los nayaritas.
Sabido es que cada partido recibe
religiosamente sus prerrogativas por parte del IFE que son proporcionales a los
resultados de su última elección federal; en este caso el PAN recibió un poco
más que el PRD y esto no se ha reflejado en la campaña de Martha Elena y sin
embargo su posicionamiento de acuerdo al intención del voto ya es superior a
los demás adversarios.
Esto no quiere decir que la tendencia
ganadora pueda sostenerse durante el mes que falta de campañas si falta la
etapa más difícil donde el posicionamiento de los candidatos a regidores,
presidentes municipales y diputados son esenciales para fortalecer a los
candidatos a gobernadores por su penetración en el pueblo; sobre todo la nueva
modalidad de elección por demarcaciones para regidores.
De acuerdo a la tendencia que lleva la
campaña de Martha Elena con una austeridad que raya en tacañería es de
suponerse que así continúe hasta el final: el PAN colgado de su candidata esperando
que gane para apropiarse las medallas o si pierde frente a la “Ola Roja” al
menos subir al segundo lugar como fuerza electoral, es decir que también
perdiendo se ganan plurinominales.
Todo esto es muy extraño porque viendo la
inercia triunfadora de Martha Elena y su discurso también de triunfo, el
comportamiento de su partido se percibe extremadamente tibio y reservado cuando
debiera ser todo lo contrario como corresponde a un partido que presume ir
arriba en las encuestas.
Si a los albicelestes les cayó del cielo
una buena candidata lo menos que se espera es que sea arropada no solamente con
buenos discursos y asesoramientos, sino que requiere de una fuerte inversión de
recursos económicos y logísticos para hacerle frente a dos partidos que están
sobrados de eso y más, incluyendo las mil mañas de cada tres años.
Por ejemplo, el PRI y PRD en sus
precampañas movilizaron a miles de gentes en cientos de autobuses por lo que
era impresionante ver grandes concentraciones y marchas gracias a la enorme
inversión en medios de transporte; aquello fue apenas una probadita de lo que
serán capaces en la mera madre de las campañas de cada seis años.
Y así como dejaron a la entonces
precandidata Martha Elena sin espectaculares nada más porque –dicen- se tardó
en contratar su elaboración, lo mismo puede ocurrir enseguida que quieran
contratar autobuses en líneas locales cuando se encuentren con la sorpresa que
están todos contratados; esto ya ha ocurrido anteriormente.
Es que los que juegan chueco ni la ley
electoral “estricta” los amedrenta, lo han hecho siempre brincándose los topes
de campaña y la única sanción que reciben es económica para el partido
“infractor” que, a la vez, es descontada en abonos de sus prerrogativas;
seguramente que el PAN ha recibido por esta vía algunas sanciones fuertes de
ahí su extrema precaución que hasta el jocoque le sople.
Sin embargo Acción Nacional aquí en
Nayarit tendrá que hacer a un lado todos los prejuicios y miedos si es que
quiere ganar la gubernatura; sencillamente porque su candidata está en el
centro del huracán por ser la mejor posicionada de todos los candidatos y eso
la convierte en blanco de los peores ataques hasta personales.
Es tanta la desesperación de algunos que no
se detendrán en nada por tal de bajarla de las preferencias electorales; por
ahí ya surgieron ataques con tendencias misóginas y discriminatorias que hablan
mal de la equidad de género, y es así porque de los cinco candidatos a
gobernador sólo Martha Elena es representativa de su género y la primera en
hacerlo en este Estado.
Entonces es explicable que la candidata
por la paz y el trabajo cargue con un doble lastre: dos caciquismos dispuestos
a eliminarla y un machismo ancestral que para sus adentros se repite “cómo
vamos a permitir que una mujer nos gobierne”, “Cómo voy a declinar por ella,
primero dejaría de ser hombre”.
Si los panistas, que no cantan malas
rancheras en cuanto a posturas de género, siguen como los avestruces esperando
nada más el fregadazo pueden irse
despidiendo de la gubernatura y presidencia municipal de Tepic, como segunda
posición en importancia, además de Bahía de Banderas como el segundo enclave
económico de la entidad.
Con la insurgencia desatada al interior
del Revolucionario Institucional que tiene tufo a fractura y división, además
de un sol con ciertos nubarrones que le impiden brillar, el PAN tiene todo a su
favor para ganar la gubernatura y con un poco de inteligencia el PRD y las
izquierdas podrían dominar el Congreso para que los tres poderes quedaran
debidamente equilibrados.
Pero repetimos, para cosechar primero hay
qué sembrar; y en este juego –como en todos los demás- el que quiera
albiceleste que le apueste.
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