viernes, 8 de julio de 2011

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Concluyó --Gracias Dios-- el larguísimo e incomprensible proceso electoral 2011, donde sucedió de todo y no se explica uno nada o, en el mejor de los casos, pocas cosas. Sin meternos en los berenjanales de la elección estatal, me referiré solamente a lo sucedido en la tierra de Alí Chumacero, donde fue inobjetable el triunfo del PRI y todos sus candidatos, lo que dan en llamar "carro completo", pues se llevaron de calle la presidencia y sindicatura, la diputación local, los votos para el gobernador y las siete demarcaciones para los regidores. Sin margen para que los contrarios alegaran o, peor, impugnaran la elección, el "Gallo" Efraín Arellano Núñez y todos los que componían el equipo tricolor se alzaron, para sorpresa de algunos, con una diferencia de más de 3 mil votos a su más cercano contendiente, en el caso de la presidencia municipal.

¿Por qué ganó el PRI? Sin duda porque este partido tiene la mejor estructura electoral, la cual ni siquiera sueñan los partidos derrotados, principalmente el PAN y el PRD, los minipartidos, esos ni mencionarlos, están ahí trienio tras trienio, para rascar algunos billetes que gente sin escrúpulos se embolsa sin ningún rubor, como le sucedió al candidato del PT y Convergencia, al cual, "un operador" le daba migajas y se llevaba para su casa --con dinero tuyo y mio lector, que le regalamos a través del IFE--, las grandes rebanadas del pastel.
El Revolucionario Institucional, sigue teniendo firme y decididamente jefes de acera, de manzana, de seccional, de demarcación, tiene representaciones confiables en las casillas, operadores electorales bien preparados y con experiencia, gente que hace talacha desde el comisariado ejidal, los llamados sectores del partido (CTM, CNOP, CNC y otros), desde los comités de acción ciudadana. Conforman rutas. Luchan a lo largo de tres años para ocupar los liderazgos de los distintos grupos sociales y laborales: maestros, obreros, campesinos, ganaderos, grupos femeniles, jóvenes, etc. En ratos vi incluso escenas que más se ubican del lado de la fe que del prosaico poder; un ejemplo: el día de la elección, ya por la noche, cuando se esperaban los resultados, pregunté a una señora, qué por quién había votado en su demarcación, ya que sabía yo, que ella traía pleito cerrado y personal con el candidato priista en ese sector; no exagero si digo que lo odia, pues le "debe" varias. Sin embargo, ella me contestó que había votado por su acérrimo enemigo, simple y llanamente porque esa era la instrucción de su partido. Pudo hacer "como que votaba por fulano del PRI" y darle su sufragio a otro, o de plano no votar; pero no, a pesar de todo su resentimiento, le dio el voto al priista enemigo. Contra eso mis amigos, no hay nada que hacer, dijera el Mago Septién en el béisbol: "contra la base por bolas no hay defensa".
Por supuesto alguien dirá que la señora es un "garbanzo de a libra", pues mientras hay una como ella, existen decenas que son todo lo contrario; como los traicioneros de cada tres años, quienes buscando el "hueso quincenal", no dudan hacerla de Judas y trocar sus colores e "ideología" al mejor postor, tal como todas esas señoras que sin empacho llevaron al Ing. Rubén Arteaga, a un PAN descompuesto, desconocido, violado y abandonado a su suerte por los panistas de hueso azul. Algunas de ellas ex regidoras que en su momento gozaron de las prerrogativas y triunfos del partido de Humberto Moreira.
Por eso ganó el PRI, con su maquinaria apabullante que no pudieron contener los demás. Además, hay que decirlo como es, Efraín Arellano Núñez, sigue teniendo un arrastre y popularidad digna de un artista musical de esos que arrollan multitudes, eso también contó muchísimo.

¿Por qué perdió el PAN? Primero porque la gran mayoría de los que ahí cayeron, no eran panistas, eran priistas resentidos, algunos "chaqueteros" profesionales y uno que otro ingenuo que se la creyó (De hecho, de los tres candidatos más fuertes, los tres son de extracción priista). Aquellas personas, salieron de una caja para meterse en otra sin mucho orden, desplanzando en el intento a los verdaderos panistas: ¿dónde quedó el Dr. Nicolás Sánchez Rodríguez? ¿Dónde el Dr. Porfirio Soto, la Dra. Esther Castillo o aquel señor Félix Palomera, que fue candidato en la elección pasada? ¿Donde Felipe Pineda? Vamos, hasta el Profe Escobedo, aquel de La Guásima que fue candidato a la presidencia,  coqueteó con el PRI, aunque alcanzó con las uñas una regiduría plurinominal por su instituto político, de esas que alegremente el sistema regala a los más vivos. Hoy el blanquiazul, está en manos del mencionado grupo de señoras, todas ellas priistas de ocasión, pues no lo dude Usted amable lector, dentro de tres años volverán a hacer grilla desde las mismas oficinas del PRI en la calle Oaxaca, pues no habrá nadie que les reclame nada. Eso lo puedo apostar. Al tiempo.
El Ingeniero Rubén Dario Arteaga Ortiz, me recuerda un poco la historia mitológica de Odiseo, aquel marino griego Rey de Ítaca, quien tuvo que cruzar en barco, cerca de las islas de las Sirenas, seres mitad mujer, mitad aves, las cuales con sus cantos embelezaban a los hombres provocando su perdición. En la narración Odiseo, previno a sus compañeros marinos sobre este peligro y los conminó a usar tapones de cera en los oídos para no escuchar los cantos malditos y, como él sí tenía que oirlos, ordenó lo amarraran fuertemente del mástil, evitando a toda costa se pudiera zafar. En la vida real acaponetense, Odiseo, encarnado en el Ing. Arteaga, no tuvo tiempo de atarse al mástil y sucumbió ante los cantos perversos de las señoras sirenas, que si bien no eran Caribdis, ni Escila, si responden a los nombres por todos conocidos, que entregaron el cuerpo del desafortunado candidato a los cíclopes de la contienda, dos expresidentes municipales, uno profe y otro empresario, que por esta vez no acertaron a pegar golpe y quedaron sepultados en lo más profundo del inframundo gobernado por Hades. Hubo por supuesto otros, que no se colocaron los tapones de cera y buscando las regidurías y otras prebendas, fueron muertos al menos políticamente hablando en esos procelosos mares de la rupestre grilla local. Aunque en descargo de todos ellos, hay que decir, que Odiseo no tuvo que pasar por el gran filtro elector que hasta en el mismo Himno Nacional se menciona: "que en el cielo tu eterno destino, por el dedo de Dios se escribió". Muchos de ellos, con merecimientos para lograr puestos de elección popular, simplemente vieron otra oportunidad fallida e ida, por eso se lanzaron de cabeza de la barca priista y siguieron el canto de las ya famosas sirenas.

Por su parte el PRD --partido en verdad imcomprensible--, se debetió en una lucha por el poder supremo de la gubernatura que dividió los esfuerzos de miles, quienes tuvieron que elegir por la señora Martha García o el perredista Acosta Naranjo. El escenario político estatal se me figuró por momentos a aquel pasaje del genial Don Quijote en el encuentro de la posada: "...cuando al ventero se le apagó el candil, y como quedaron a oscuras, dábanse tan sin compasión todos a bulto, que a donquiera que ponían la mano no dejaban cosa sana..." Se dieron hasta con la cubeta y la soberbia de ambos, acabó con el tinglado que podía haber dado fiera batalla al candidato tricolor, pero todo acabó en "aquí se rompió una taza y cada quien para su casa". En Acaponeta, esto llenó de confusión a un perredismo que finalmente no pudo romper el cascarón y salir al mundo, pues el presidente municipal no pudo, no quiso o no supo cómo hacer de su gobierno --el gran vencedor del PRI, aunque esto haya sido un enorme engaño--, no solo un paso de alternancia democrática, no, el pueblo y el ámbito político acaponeteco, necesitaba un verdadero proceso de transición: es decir, pasar de un modelo o paradigma a otro totalmente distinto. Esa es la gran falla del Dr. Saulo Lora, quien prefirió y dio pie a que su cabildo se debatiera en una grilla estéril que se dividió en dos, los adeptos y cercanos a él y los "contras", quienes ahora de manera patética señalan y lanzan al mundo un tardío e inútil "yo acuso" que los deja mal parados, pues manifestaron su poco talento político. El gobierno saulista, se vio inmerso en fuertes acusaciones de corrupción y negligencia, las cuales nunca supo explicar: el caso de la Unidad Deportiva, la poca o nula transparencia en el manejo de los recursos públicos y las licitaciones, la intolerancia total y represiva a la crítica, el penoso fusilamiento del Plan de Desarrollo Municipal, nepotismo que hoy se extiende en el vergonzoso robo de una regiduría plurinominal para su señora esposa, protagonista principal en esta tragedia cuasi griega; dama cuya frivolidad la convirtió en la Marta Sahagún del trienio. Lora Aguilar, permitió que su círculo de colaboradores más íntimo, se cerrara de tal modo que lo alejó del pueblo, pues para llegar su oficina, el ciudadano común y prosaico tenía que pasar por varios filtros que encabezó el plomo de su secretario particular, varios regidores lambiscones y algunos directores privilegiados, harto celosos todos de su deber. Todos esos males, que el pueblo no esperaba en un gobierno de "cambio", fueron lastres más que suficiente para que el candidato perredista, Dr. Rodolfo García Pardo, con una trayectoria, preparación y personalidad sin tacha ni mengua avanzara penosamente y no levantara pasiones por este camino lleno de espinas en que se convirtió el proceso 2011. Más aún, muchos se fueron con la finta, creyendo que este escenario era el mismo o similar al del 2008; craso error, hace tres años, los diferentes grupos priistas se volcaron en contra de Blanca Yesenia Jiménez y del Gallo Arellano, en un "Tucob" (todos contra Blanca), regalándole el voto al ciudadano Saulo Lora, igualmente hombre sin tacha ni mengua, de recia personalidad y que venía a representar --así lo creímos muchos-- a los ciudadanos y profesionistas que no tienen cabidad en la baraja política de ningún partido. No ganó el PRD, perdió el PRI, dijera Perogrullo. Todas estas circunstancias dieron al traste con las ilusiones y esperanzas de García Pardo y sus seguidores.
Lo malo es el dispendio enorme de dinero que hicieron todos los partidos políticos: aparte de las consabidas camisetas, calcas, gorras, mandiles, paraguas, uniformes deportivos, balones y redes, tripticos y pendones, miles de pendones en las calles, muros, comercios y casas; hubo cantidades indistriales de plásticos, banderas, espectaculares, amén de cientos de spots y espacios en tele, radio y prensa escrita; desayunos, comidas y cenas como para alimentar a todo el ejército estadounidense en medio oriente. Carretas de tacos, llovieron del cielo como el sagrado maná. Medicamentos, consultas médicas, cortes de cabello, láminas de cartón, renta de equipos de sonido, luces con espectaculares estructuras, templetes; vales de gasolina como para desfalcar a PEMEX, renta de decenas de camiones y cientos de artículos y apoyos de todo tipo. Como si eso no fuera suficiente todo eso, alcanzó aún para "alegrar" el ambiente con decenas de perifoneos que nos llenaron los tímpanos de aberrantes melodías, todas escandalosas y hasta cursis, como los de Martha Elana, que provocaban hasta lágrimas. Por supuesto los cierres masivos con artistas de primerísimo nivel que cobran cifras escandalosas, como La Banda del Recodo, Julio Plascencia, Huichol Musical, Joan Sebastian, "Cheque" Peña, Bebeto o como sucedió en Acaponeta, las bandas de la región quienes la pidieron al PRI, dejara ese dinero y "el jale" para ellos. Billetes, billetes, billetes y más billetes, para culminar con una elección onerosa, carísima y dispendiosa.
No queda otra que aceptar lo que el pueblo votó. Me parece excesivo los que se han pasado los últimos días llamando idiotas, ignorantes e imbeciles a aquellos que votaron por candidatos que no fueron los suyos. No todos pensamos igual, yo no voté por algunos candidatos y eso no me hace el más pendejo de la comarca. Ese es el logro de la democracia, el pueblo se equivoca o no, pero al fin es decisión de él. A veces, en el calor de las campañas hasta las familias se rompen, los compadres se separan, los entrañables amigos acaban rompiéndose el hocico y los candidatos, a gusto en un bar o en un pomposo restaurante, hacen arreglos, trastupijes y componendas, acabando abrazados y sonrientes. No vale la pena dividirnos, ya lo dijo Confucio, el que domina su cólera domina a su peor enemigo. Salud amigos.

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