viernes, 8 de julio de 2011

EL CULTO A LA PERSONALIDAD


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Hace ya algunos meses, supe, por el Director de la Casa de la Cultura "Alí Chumacero", Francisco Aguilar Flores, que iban a remodelar el feo patio que tenían en la parte posterior el referido inmueble. Conociendo el talento de Pancho para esos menesteres, no tuve duda de que haría un magnífico trabajo en ese espacio abandonado por muchos trienios y que no era más que un terreno baldío que servía las más de las veces como improvisada bodega de toda clase de cachivaches de las administraciones municipales.

Alguien me dijo alguna vez, que el proyecto original de la Casa de la Cultura, marcaba la construcción de un teatro en ese lugar, cosa que nunca se hizo. Así permaneció abandonado por años y la gente ni siquiera se acercaba pues no había nada que ver ahí, incluso en algún tiempo, los arcos de los pasillos que llevaban a aquel muladar amenazaban con derrumbarse sobre la humanidad de algún desgraciado que tuviera la mala fortuna de estar en el lugar preciso en el instante menos conviente.


Durante el trinio de Don José Chávez Rodríguez, se tuvo la infeliz ocurrencia de construir ahí mismo, los juzgados que hoy se encuentran por la calle Corona; sin embargo, un grupo de valientes ciudadanos encabezados por el Dr. Elías Chan Castañeda y la gente de la Junta Vecinal, con el apoyo del INAH, pararon tal desguisado y evitaron que el viejo curato franciscano, se convirtiera en cárcel.
En el gobierno del Prof. Enrique Jiménez Lopez, se construyó ahí un cuartucho infame, dizque para contener los archivos municipales, conviertiéndose finalmente en otro cuarto de tilichis y basura. Construcción que Pancho Aguilar, en buena hora echó para abajo, transformando ese sitio inútil en un agradable, tranquilo y muy bello jardín cultural, que invita a la lectura, a pasar un rato agradable, a organizar en evento bohemio, la presentación de un libro o a un encuentro de poetas.


Llenó Francisco Aguilar ese páramo estéril con plantas y flores; macetas, verde grama, las viejas y tradicionales bancas del jardín municipal, pisos, empedrados y adoquines, una fuente y hasta dio utilidad a una escultura que hace años donó Vladimir Cora, y que permanecía oculto en algún oscuro rincón de la antigua escuela "Zaragoza". Todo le alcanzó a Pancho para dar vida al lugar y hasta recicló las vigas de madera que fueran cambiadas de los techos recientemente, para construir una bella pergola que ahora soporta macetas y plantas de ornato. Ahí hay vida, luz y color ahora, pues se instalaron varios arbotantes típicos y, la remodelación llegó a la sala Agapita Jordán y las pertenencias del siempre bien recordado Guillermo Llanos Delgado.

Lo que se hace bien en nuestro pueblo, hay que aplaudirlo y felicitarlo. Fue una excelente idea y un magnífico trabajo, que desde esta tribuna aplaudo.


El prietito en el arroz, fue la mala decisión de ponerle nombre al jardín cultural. Siempre será difícil escoger un nombre, lo mismo para una calle, un edificio, una biblioteca, una aula cualquiera, o lo que el lector guste y mande. Se dice, y así lo creo que los homenajes deben hacerse en vida a las personas que lo merecen y se lo han ganado; sin embargo, me agrada como hace el Servicio Postal de Estados Unidos, de nunca imprimir un sello postal de una persona con vida, siempre que han hecho esa distinción, lo han ofrecido a un personaje que ya falleció.
Nadie en el mundo es monedita de oro; desde el presidente de la nación, el líder más admirado, el Papa más alabado, la figura mítica y de fe en cualquier religión, todos, todos, todos no tienen a la totalidad de la gente a su favor. Siempre habrá alguien que se moleste porque se le endilgó determinado nombre a un parque, una avenidad, una colonia o un estadio.
Pero, lo que nunca nadie ve bien, es que se haga el culto a la personalidad de un individuo que se encuentra en funciones de poder.
En el jardín de marras, en un evento del cual no muchos se enteraron, se inauguró el jardín y develaron una placa con el nombre de ese lugar, placa que dice con grandes letras: "LA INVERSIÓN EN LA CULTURA ES PARA EL FUTURO DE NUESTROS HIJOS. JARDÍN CULTURAL DR. SAULO ALFONSO LORA AGUILAR. H. XVIII AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL DE ACAPONETA, NAYARIT. 18 DE JUNIO DE 2011.

Yo no sé, si el presidente municipal merezca o no ese reconocimiento. Si bien es cierto que en este trienio se invirtió en cultura, la verdad es que todo se redujo a una eventitis que trajo destacadas figuras al municipio, cosa que debe de agradecerse, pues la presencia de Betsy Pecanins, Sonia Amelio o Alma Muriel, entre otros muchos quedarán en el recuerdo de todos. También es verdad que no se consiguió, ni se propuso una acertada política cultural o actividades que dejaran algo en verdad trascendente en el ámbito cultural del municipio. Reconozco, y sé que muchos no estarán de acuerdo conmigo, que el primer festival cultural en el trienio saulista, fue uno de los mejores en la historia de estas fiestas, debido a que se conformó un Consejo Municipal que le echó muchas ganas, a pesar del anterior Director de Cultura, que a cada paso regaba flagrantemente el tepache. Sé, y me consta que al Dr. Saulo, le hubiera gustado hacer más al respecto, pero no se le apoyó desde la dirigencia cultural y se perdió la oportunidad histórica de haber sacado algo digno de recordar, al hecho de tener en la Presidencia de Conaculta a una paisana.
Quizá se le quiso agradecer con la placa al primer edil, como un gesto de gran amistad, la remodelación de ese espacio, pero creo y espero que este comentario no moleste al amigo Pancho, se exageró con ponerle su nombre al lugar, ya que, pienso, se le debió haber tomado parecer al pueblo, quizá a través del cabildo, ya que finalmente, esa Casa de la Cultura es de la comunidad, siendo este uno de los pocos espacios que se tienen con lugares comunes de convivencia y construcción de significados.
Todo esto me recuerda aquella brevísima fábula donde el Rey de una ciudad estado preguntó a un sabio: "¿Cómo se llama el animal más temible?", este respondió: "los salvajes le llaman tirano, los mansos, adulador". Quiero creer que no es el caso.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

La neta no entiendo el resto de los comentarios en este post o entrada.

Con respecto a los nombres de luautorgares, coincido en parte con el autor de la nota, pero difiero en algo, ese no es un prietito en el arroz, ES UNA MANCHA ENORME.., No digo que el presidente mpal, no lo merezca, pero considero que aprovechar los puestos publicos para agenciarce alguna con su nombre en un lugar publico no habla de una buena educación, mejor le hubieran puesto jardin Cultural Amado Nervo inaugurado por el presidente Mpal Dr. Saulo.. eso hubiera dejado huella.. pero dicen por ahi que el hubiera no existe...

Aclaro, es solo una opinión

Carlos Aguirre