lunes, 29 de agosto de 2011

¿INCONGRUENCIAS O PROGRESO?


Hace tan solo tres semanas, personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) acompañado por autoridades del Ayuntamiento de Acaponeta encabezadas por el Presidente Municipal Dr. Saulo Alfonso Lora Aguilar, mostraron a la ciudadanía el avance que lleva el Plan Parcial de Conservación del Centro Histórico de Acaponeta, el cual ha venido a ser una nueva esperanza de recuperar buena parte del patrimonio arquitectónico e identidad de nuestra ciudad y la posibilidad de cambiar significativamente la imagen urbana de la cabecera municipal con un magno proyecto que se encuentra en una etapa avanzada tal, que ya no es posible echarse para atrás.
Una plasta de cemento sostiene la estructura

Por supuesto debemos entender que el primero en encabezar esta magnífica e irrepetible oportunidad que entre otras cosas contempla la remodelación de 587 inmuebles principalmente en el Centro Histórico, bajo distintas niveles de afectación, entre ellos el marcado "Ramón Corona", es la autoridad municipal a través de la Dirección de Obras Públicas, encargados de otorgar permisos de construcción, remodelación o adecuación de cualquier tipo a quién así lo solicite y cumpla con lo que marca la normativa, con más razón si se trata de un monumento histórico catalogado por el INAH, que es el caso de la máxima plaza comercial del municipio. Por todo lo anterior causa extrañeza ver que sobre la orilla del banquetón del mercado "Corona", en el ala poniente que colinda con la calle Veracruz, han aparecido unos tubos de metal que dan la apariencia de ser el soporte para colocar ahí carpas que vendrían a echar por tierra los objetivos del mencionado Plan Parcial.
Dos cosas preocupan y son el motivo del título de esta nota: ¿es incongruencia o progreso? Incongruencia porque si el Ayuntamiento es la que los está colocando, difiere del Plan Parcial de Conservación del Centro Histórico que como se dice incluye adecuaciones a este inmueble inaugurado en 1938 por el Gobernador Francisco Parra, ya que de colocarse esas lonas o cubiertas, se afecta al proyecto que no sabemos si lo contempla. Además, para cualquier tipo de obra en el mercado es necesario el permiso del INAH por las razones ya expuestas. Ahora bien, si no las ha autorizado el Ayuntamiento, caemos de nueva cuenta en uno de los viejos vicios de la ciudadanía, despreciar olímpicamente a la autoridad y hacer sin su consentimiento y este que no hace valer los reglamentos. Esos tubos, para empezar reducen el ya de por sí muy disminuido acceso de la clientela al banquetón y se corre el riesgo de convertir a este lugar en un auténtico zoco marroquí y aumentar el caos en ese sector del mercado Corona. 

Ahora bien, si esa obra corresponde a un ordenamiento a la anarquía del banquetón y a proteger a comerciantes y clientes de los inclementes rayos del sol y la lluvia, todo con el acuerdo del Centro INAH Nayarit y bajo un esquema que respete las normativas de dicho Plan Parcial, mejore además la horrible imagen del edificio y sus alrededores, se adecúe al tipo de arquitectura, tenga el consentimiento de todos los locatarios, entonces y solo entonces, lo llamaremos progreso. 
Por lo pronto, sería bueno que el Ayuntamiento informara de qué se trata o si simplemente fueron sorprendidos como ya lo hicieron otros con anterioridad y montaron carpas enormes similares a la de los circos de pueblo.

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