viernes, 19 de agosto de 2011

PIONEROS DE ACAPONETA


Hay niveles...
Por: Héctor Algarín.
 
"Pienso que una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada, y es a eso a lo que he dedicado la mía"
Luciano Pavarotti (1935-2007) Tenor italiano.
 
Con paso lento, subiendo penosamente las escaleras del atrio se sentaba frente a su órgano.
El hermoso templo de La Asunción estaba lleno, el calor sofocante de diario no era impedimento para... ¡Las corbatas! Las notas se escuchaban fuerte, la marcha nupcial de Wagner nos decía y nos recordaba...¡qué había boda!

¡Se sudaba a mares! las miradas se entretejían viendo los atuendos de cada uno de los presentes: qué si el vestido largo era bonito, muy escotado o con la espalda descubierta, la corbata mal anudada, el cuello salido; eso sí, los zapatos recién boleados por una rápida parada en el parque antes del evento, ¡los que alcanzaron!

Uno de los Chávez (eternos y profesionales fotógrafos de Acaponeta), se paraba frente a alguno de nosotros y pa ‘cuando es tarde, poníamos el pecho salido, la panza pa’ dentro (hasta donde se podía) y nuestro mejor perfil… pensando: ¡Chin! Me agarro sudado (a), con los lentes en la cabeza o sonriendo tontamente. Nunca estábamos ciertos de cómo íbamos a salir…hasta que nos buscábamos en las vitrinas del negocio de la calle Veracruz, ahí es donde confirmabas tus sospechas: ¡saliste mal!
La misa seguía… ahora el Ave María. Las dimensiones: de 40 mts de longitud por 10 de anchura (400 metros cuadrados) no impedían que esta nave con bóveda de medio cañón y de 14 metros de altura, que la hace esbelta y majestuosa con cuatro altares laterales y el central o Altar Mayor y un espacioso coro…de donde surgían estas solemnes notas musicales fueran suficientes.
La música traspasaba sus muros hasta ser escuchadas por aquellos que no alcanzaron lugar…o no quisieron entrar.La majestuosa interpretación no podría ser de nadie más, la Señora terminó empapada en sudor pero satisfecha, las miradas de aprobación y admiración así lo manifestaban. Era parte fundamental de las celebraciones eucarísticas dominicales. Esposa, madre y organista, la Sra. Yolanda Alduenda supo inculcar a todos y cada uno de sus hijos el amor por la música, contaba con una espaciosa sala en su residencia ubicada en la calle Allende en donde celebraban conciertos -ella y sus hijos- dignos de las grandes capitales y para beneplácito de una población siempre ávida de eventos culturales cubría con creces las expectativas de los Acaponetenses.Yola, (como muchos le decían de cariño) supo amalgamar a su prole con su arte. El Ateneo Cultural en sus inicios en Acaponeta no podía concebirse sin un concierto de cuerdas de la familia Quintero Alduenda. Dirigido y bajo la batuta de Yola. Ella, no se encuentra físicamente más con nosotros pero si en el recuerdo… en su música.

Al fondo de la gran nave se levanta artístico retablo que besa lo mas alto de la bóveda y en medio de bien lograda alegoría aparece una hermosa escultura barcelonesa de la Virgen de la Asunción (Obsequio de Don Mariano Ruiz, General intervencionista) y coronándole la Santísima Trinidad.

La Virgen de la Asunción es la Reina y Patrona de la Parroquia de Acaponeta en donde cada que puedo la visito en mis esporádicas idas a mi tierra, todavía (para beneplácito de quién en esa época vivió) escucho un poquito en el corazón y otro tanto en mi memoria las notas musicales del Ave María de Yola Alduenda.  

Digo…nomás como comentario.

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