domingo, 18 de marzo de 2012

DE LOS MALES, EL MENOR...



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Es común escuchar en Acaponeta, o en otros lugares donde el problema es grave, como en Tepic o Mazatlán, el caso de los graffitis que luego "ensucian" los muros y fachadas de comercios, oficinas y casas habitación. 

Estos van desde simples garabatos sin forma e ininteligibles a verdaderas curiosidades donde brilla el talento de artistas que no han sido tomado en cuenta ni por las autoridades, ni por otros artistas plásticos y menos por la población que los conceptúa como "dañeros".
Y es que no es nada agradable salir en la mañana y ver las paredes, cortinas o portones de nuestras propiedades, más que grafiteadas, mal tatuadas por gente que amparada en la oscuridad de la noche, le da rienda suelta al spray y a su imaginación.
En días pasados, sobre un muro de la calle Oaxaca apareció esta obra, no sé si de anónimo autor o bien, el dueño de la propiedad le dio permiso al artista de plasmar ahí este dibujo que denota talento y conocimiento plástico.
No lo sé de cierto --como dijera Jaime Sabines--, pero su servidor preferiría ver esto en el muro de la casa de todos Ustedes, que simples garabatos en un idioma que solo los grafiteros entienden.
Y voy más allá, el muro de esa propiedad ahora luce mejor que como estaba... nomás no le digan al INAH.

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