Por: Juan José
Rodríguez Tejeda
E
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n días pasados, leí no con cierta alarma, en el muro del facebook de mi amigo Julio Briones, quien nos hace el
favor de traducirnos al español, parte
de las noticias más sobresalientes del mundo. Y ahí
que me enteré que la noticia decía: "Nos
estamos preparando para una guerra civil masiva," dice un informante de la
Seguridad Nacional de Estados Unidos." (Posted by Dominique
de Kevelioc 03/may/2012) Y esto me hizo reflexionar
lo siguiente:
El grupo de INDIGNADOS está creciendo tanto,
de manera que pone en alerta a la Seguridad Nacional de todo el mundo
globalizado. A países que basaron su economía en el Neoliberalismo,
que no fue otra cosa más que un capitalismo voraz que como un uróbolo (serpiente
que se devora a si misma) se ha ido consumiendo, ha creado tanta indignación que ahora no
hallan como detenerlo sin perder las abundantes ganancias que este modelo
económico les ha proporcionado. De seguir dejando tan tranquilo este modelo,
sería aceptarnos como "EL HOMBRE ABSURDO".
Prometeo, después de demostrar que era
más inteligente que los Dioses, aceptó absurdamente su pena, aceptó pasivamente
su castigo de que, infinitamente sus entrañas fueran devoradas por un buitre.
Sísifo; otro personaje de la mitología griega, fue igualmente castigado por los
Dioses; completamente ciego, tenía que subir una enorme roca a la cima de una
montaña y desde ahí dejarla caer, para posteriormente volverla a subir, así,
infinitamente. Estos son los hombres ABSURDOS. Que mansamente aceptan su
castigo hasta el infinito (y más allá, dijera Buzz Lightyear).
En contraparte existe el hombre
rebelde que un filósofo, dramaturgo y ensayista francés (Nobel de Literatura en 1957), Albert Camus,
en su libro titulado precisamente "EL HOMBRE REBELDE" dice:
"... ¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre
que dice no. Pero negar no es renunciar: es también un hombre que dice sí desde
su primer movimiento. (...) El rebelde (es decir, el que se vuelve o revuelve
contra algo) da media vuelta. Marchaba bajo el látigo del amo y he aquí que hace
frente. Opone lo que es preferible a lo que no lo es...”
En México, se está presentando esta
disyuntiva; seguiremos como EL HOMBRE ABSURDO, o nos convertiremos en EL HOMBRE
REBELDE, que ya no acepta que nuestro patrimonio se siga dilapidando con el
modelo disfuncional neoliberalista que
ha entregado las riquezas
patrimoniales a empresarios voraces que
ya encabezan la lista de Forbes. Cuando antes de comprar alguna paraestatal no
eran más que empresarios (algunos) medianamente exitosos, otros ni siquiera figuraban
como empresarios (verbigracia; los hijos, o mejor dicho jijos de…
Martita). Al pueblo de México se le
presenta la oportunidad de escoger por la vía pacífica; de seguir con el mismo
modelo neoliberal (votando por PRI o PAN, que es lo mismo) o votar por un
modelo más nacionalista, austero en su gasto, honesto, justo, ocupado en la
superación de la educación, del empleo, de la ecología, de la pobreza; como lo
demostró el “peje” a su paso por la gubernatura del D.F.
Algunos con el afán de denostar al
líder de Macuspana, argumentan que es una persona violenta, intransigente e
intolerante por la toma del centro histórico de la ciudad de México. Que de no
haberlo hecho, hubieran pasado dos cosas; o estalla violentamente el enojo
incontenido por el fraude o hubiera pasado, ese movimiento al anonimato, como
le ocurrió al de Cuauhtémoc Cárdenas.
Ya que ese movimiento sirvió para mitigar el enojo de los que nos sentimos
defraudados por la decisión de las “autoridades electorales” que resolvieron
mañosamente por un “aiga sido como aiga sido” que llevó al país a una guerra
cruenta contra el crimen organizado, demostrando con creces que el espurio se convirtió en el verdadero
peligro para México. Pues a estas
alturas de la criminalidad nos damos cuenta que esta ola criminal es organizada pero por algunos grupos en el
poder.
Pertenezcamos al HOMBRE
REBELDE y cuidemos nuestro voto.
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