CARTA A LOS CANDIDATOS MANUEL HUMBERTO COTA, ANTONIO
ECHEVARRÍA, RAÚL MEJÍA Y MIGUEL ÁNGEL NAVARRO (En orden alfabético)
CANDIDATOS A LA GUBERNATURA DEL ESTADO
Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Estimados Candidatos:
Les escribe esta misiva
un ciudadano nayarita, que tiene los mismos derecho que cualquier otro en esta
hermosa tierra, para expresarse y mostrar su sentir ante la confrontación
electoral que hoy tenemos todos encima; el mismo derecho que tiene Ustedes para
buscar, a través de una decisión popular, la gubernatura del Estado de Nayarit,
ni más ni menos. Mi deseo es hacerles ver mi muy particular punto de vista del
Nayarit que quieren gobernar y mostrar un poco, algo que no deben desconocer:
los sentimientos y deseos del pueblo al que su servidor pertenece.
Antes que nada debo decir
que esta carta solo va dirigida a Ustedes cuatro, de los ocho contendientes
porque pienso que son los que mayores probabilidades de triunfo tienen,
contrario a los candidatos Zapata, Ayón y Chávez, a quienes les explico, con
todo respeto, pero siendo realistas, que no les veo posibilidad alguna por muy
diversas circunstancias, algunas de ellas tan básicas, como el hecho de que no
se les conoce lo suficiente o pertenecen a “minipartidos” que solo se han
dedicado a medrar del erario público, en beneficio de unos cuantos, que han
confundido el quehacer político, con negocios oscuros que dejan pingües
ganancias, a expensas de una población que carece de los más básicos servicios
y derechos, a veces tan esenciales como el diario alimento. Del octavo contendiente,
un individuo conocido con el remoquete de “Layín” por mal nombre, convencido
estoy que no merece mención alguna que ensucie estas páginas, porque aún me
cuesta trabajo pensar que una entidad como la nuestra, con 100 años de vida
constitucional, en pleno siglo XXI, tenga un candidato de tal jaez. "Layín", es
de esas aves que cruzan el pantano y ensucian el pantano. Sin duda es una
vergüenza para Nayarit y una mancha para el pueblo de San Blas, que al parecer
se conformó con decir lo que siempre se ha mencionado: “los pueblos tienen los
gobernantes que se merecen”. Aquí sí, que el respeto se vaya al cuerno.
Advierto que no soy
nacido en Nayarit, pero desde que tengo uso de razón vengo a esta región de
grandes hombres y tierra fertilísima, de un inmenso patrimonio cultural y
natural; puedo decir que hoy ya estoy “nacionalizado” acaponetense después de
30 años de radicar en la Ciudad de las Gardenias, además de que mi señora
madre, era nacida aquí, y de estar casado con una mujer oriunda del lugar, a
más de haber procreado tres hijos nacidos, por nuestra decisión de que así
fuera, en la tierra de Alí Chumacero; y de decidir, desde hace algunos años a
no ser tan solo un crítico de café o de Facebook, sino de aportar desde mi
trinchera acciones que vayan a favor de esta tierra que me ha adoptado, por lo
que considero tengo autoridad de dirigirme a Ustedes, siempre en el marco del
mayor de los respetos.
Desde que llegué a radicar
aquí, supe que estaba clavando raíces en una entidad federativa que “no
pintaba” en el concierto nacional; que éramos un Estado más bien “tirando” a
pobre. Quizá equivocadamente ya que era el punto de vista de alguien que había
radicado toda su vida en la capital del país, esa macro urbe, que se traga
vidas y haciendas a cada minuto. Si bien comprendí que en Acaponeta yo pasaba
de ser una estadística entre millones de seres humanos en la Metrópoli, a una
ciudad, la de las Gardenias, donde de
golpe y porrazo me convertí en una persona de carne y hueso, con nombre e
historia, lo cual era y sigue siendo una gran ventaja y una enorme satisfacción;
también, de inmediato entendí que Nayarit era de tercer mundo en un país al
cual los políticos –como Ustedes—siempre nos pintan en “vías de desarrollo”,
lindo eufemismo, precisamente para eliminar, el peyorativo concepto de “tercer
mundo”, o más coloquialmente, jodido.
Me daba coraje ver la
televisión y escuchar en los noticieros nacionales que se acercaba un huracán
que amenazaba las costas de Michoacán, Colima, Jalisco y Sinaloa, saltándose a
Nayarit, como si en el mapa hubiera un hueco o fuéramos todavía un
insignificante “cantón” de Jalisco. Y eso debido porque nuestro querido Estado,
ese del que Ustedes quieren ser gobernador, no aportaba nada significativo a la
federación, si acaso muertos y hechos delictivos ocasionales. Por supuesto, en
descargo de todo el mundo y de los nayaritas, cosas como esas más bien tienen
que ver con el nivel cultural de los productores de programas televisivos o
noticieros, que de geografía a veces saben lo mismo que su servidor de mecánica
cuántica.
Sin embargo, nos quedaba
claro que éramos los nayaritas prescindibles y a nadie o a pocos les importaba
lo que en la tierra de Amado Nervo sucedía y a los que ahí vivíamos.
Lamentablemente quedaba atrás, muy atrás una entidad rica y fértil, que fue
nombrada en alguna ocasión el granero de la nación, donde se daba la caña de
azúcar y el tabaco más importante del mundo. No fue capricho ni chiripada que
Maseca viniera a montar una planta harinera en Acaponeta, no, de ningún modo
fue así, se debió a que el maíz, no solo era abundante en la región sino que
tenía características apropiadas para la fabricación de una harina de calidad, que
fue construyendo un gran consorcio o emporio empresarial, hoy icónico en el
país.
El motivo de la presente,
y se los digo con todo respeto, es de hacerles notar que ese Nayarit, hoy se
encuentra perdido, pues la obtención de esos tres productos –entre otros muchos—se
han venido al suelo. Si bien no han desaparecido, sí hemos dejado de ser el
granero del país y las enormes hileras de camiones y tráileres que hacían
larguísimas filas para acceder a la Maseca en Acaponeta, llevando maíz y
regresando con toneladas de sacos de harina, hoy son tan solo anécdota
alrededor de una vieja fotografía que muestra que así era. El tabaco nayarita
perdió calidad y producción y la caña no es, ni por mucho lo que llegó a ser.
Y fíjense por favor candidatos
como digo: “lo que llegó a ser”. Es
decir, no se trata de algún improbable proyecto para conseguir que Nayarit
reafirme su economía por medio de la agricultura; no estamos hablando de un
sueño, de un “ya veremos”, de una triste probabilidad o, como muchas veces
sucede, ocurrencias. No, Señores Cota, Echevarría, Mejía y Navarro, se trata de
algo que ya sucedió, que ya vivimos en Nayarit, que ya fue nuestro y lo dejamos
ir, porque el campo hoy luce desolado y el desierto crece a cada minuto. Yo no
les sé decir qué sucedió con bases científicas, porque esa no es mi área, pero
como ciudadano que, como a la mula hicieron arisca, solo puedo intuir que
malos, muy malos gobiernos estatales, año tras año, lustro tras lustro, sexenio
tras sexenio que se convirtieron en décadas, dieron al traste, por malas
decisiones, por incapacidad o negligencia; por actos de corrupción,
compadrazgos y amiguismos; por apatía, por mala suerte o por lo que Ustedes
gusten o manden, con aquel paraíso agrícola; mucho se perdió o, en el mejor de
los casos, vino irremediablemente a menos.
En esa relación de
“bajas” hay que anotar, la del campesino trabajador, eminencia del agro,
aquellos de las manos callosas y resquebrajadas, sabía sacarle a la tierra su
riqueza, e incluso mejorarla; ellos también se perdieron o murieron de
tristeza, en muchísimas ocasiones lejos de la patria chica y del país, en otra
nación extraña a donde se fueron a servir a “los güeros” poniendo todos sus
conocimientos del campo en pomposos jardines donde acabaron de podadores de
rosas y mirtos, cortando el césped al ras y sirviendo para lo que se ocupe y
les manden. Cómo en la canción, Nayarit terminó siendo el lugar “donde las
gentes se aconsejan y se van”. Y peor aún, de los que se quedaron, muchísimos
de ellos son una suerte de huevones a los que los gobiernos acostumbraron a
estirar la mano para darles migajas que la mayoría de las veces quedaban en las
cantinas y centros botaneros. De agricultores pasaron a ser alcohólicos
perdidos.
Nombres de culpables hay
muchos, del ayer y del hoy, y en estos momentos Ustedes tienen la posibilidad
de ser el Gobernador del Estado, para convertirse en uno más de los culpables o,
por el contrario, trabajar por un Nayarit, rico y próspero, una entidad que
merece, por su riqueza natural, por su historia y su gente, su cultura
ancestral y contemporánea un destino promisorio y sin culpa; un futuro
esperanzador que nos sorprenda y nos haga, como ciudadanos, recuperar la
confianza, que los sucesivos políticos perdieron a base de corruptelas,
trastupijes e impunidad.
Les escribo, porque
quiero decirles que todos los nayaritas, los del sur y los del norte; los de la
costa, los del llano y los de la sierra; los que tenemos la gracia de vivir con
un empleo, los desempleados, los subempleados; las mujeres, los hombres, los
jóvenes y los niños; los de la tercera edad, los que tienen capacidades
diferentes; los indígenas eternamente depauperados, los de las zonas urbanas o
de las rurales; los capitalinos y los que vivimos en “el interior”, todos
Señores Candidatos, los nacidos aquí o los que a Nayarit llegamos en el flujo
migratorio, queremos un mandatario que no se convierta en un virrey que como en
la colonia, llegaron tan solo con el peregrino objetivo de “hacer la América”, es decir, a llenarse las manos con el oro de
los verdaderos propietarios de la tierra o a cambiar, cuentitas de vidrio por
el preciado metal amarillo.
Ustedes, amigos
Candidatos, son gente acomodada, viven que buenos sueldos y tienen ya
conformado un patrimonio, muy por arriba de la media nacional; no son como
algunos que llegaron al poder con una mano adelante y la otra atrás a,
sardónicamente, “hacer gobierno”, y salieron con enormes propiedades; son gente
que poseen esa perversa obsesión de hacerse de ranchos o haciendas majestuosas,
donde la prosperidad agrícola en nada se parece a la de los campesinos de
cualquier municipio, donde únicamente se producen remolinos de polvo, milpas de
dolor y olvido, o enormes plagas que devastan las esperanzas de decenas de
familias que al final de todo ese doloroso proceso migran rumbo al incierto
“sueño americano”, montados en la “punta de fierro”, hoy bautizado como “la
bestia”, mientras esos virreyes montan ostentosos caballos que ya quisieran los
emires del medio oriente.
Señores candidatos, no
queremos los nayaritas, Gobernadores montados sobre esos equinos maravillosos,
de alto registro con costos enormes de millones de pesos que vienen a ser una
bofetada a una cada vez más golpeada ciudadanía, mirando a los demás con
desprecio. Simplemente deseamos o aspiramos a ver en el gobierno hombres que
sepan cumplir su palabra, que no tengan a la ética como lindo adorno del
discurso, que no tengan a la corrupción como atributo de poder y a la mentira
como libro de cabecera. Queremos Señores, un gobernante que escriba su nombre,
no con doradas letras en un frío muro, sino como escrito con pirógrafo, en la
mente de cada hombre y mujer de Nayarit, esos que quieren trabajar a brazo
partido con alguien honrado y decente, alguien que nos haga decir: “esta obra la hicimos todos” y no como
hoy que quedan en manos de perversos contratistas o amigotes del gobernador en
turno que sabemos se enriquecen a manos llenas, incluyendo obviamente al
mandatario estatal quien acepta de manera vergonzosa el deshonroso “diezmo” en
un desprecio total por la transparencia y rendición de cuentas.
Tienen Ustedes la
oportunidad histórica de ser diferentes, aplicados a la chamba, conscientes de
su responsabilidad, hombres con honor, palabra esta que viene del latín
honoris, que describía sanas cualidades como rectitud, dignidad, decencia,
respeto, fama y gracia; cosa que muchos gobernantes de esta tan maltratada
nación, ni de broma tienen, como esos “reyezuelos” como los Duarte, Borge,
Padrés y demás alimañas que hoy debemos inscribir en el Museo de los Horrores.
Tienen Señores la oportunidad histórica de servir en verdad, que es el espíritu
de la tarea política y no caer en la tentación de grilla rupestre que se
incrusta en la mentalidad de algunos funcionarios, convirtiendo su labor en un
simple hueso que hay que roer en un sexenio y los que vengan. Tienen la
oportunidad histórica de hacer verdadera democracia representándonos a todos y
no solamente el momento para rotar de un puesto a otro con toda la sarta de
seguidores, muchos de ellos simples lambiscones y arrastrados que también van
por el hueso, oscuros compromisos políticos que solo llenan cuentas bancarias.
Tienen la oportunidad histórica de, una vez por todas, gritar a los cuatro
vientos, sin tapujos, sin restricciones, sin compromisos perjuros que Nayarit
sufre de una política disfuncional, y que por ello no avanza la economía, ni
mejora el bienestar de los nayaritas, y el tema de la seguridad se convierte en
una pesadilla; que los últimos gobernadores se han dedicado tan solo, y muy mal
por cierto, a administrar errores y proyectos fallidos, como sus esfuerzos, si
es que los hubo. Tienen la oportunidad histórica de dejar de honrar a sus
partidos políticos y comenzar a hacer la corte a los ciudadanos, esos que los
van a llevar a la máxima silla del Estado, al poder. Hay que decirlo claro y
fuerte, los ciudadanos mexicanos y claro los nayaritas, estamos hasta la madre
del PRI, PAN, PRD, PT, Morena, Movimiento Ciudadano, Encuentro Social, Panal,
Verde Ecologista, PRS y todos los que vengan en mala, malísima hora, porque
sabemos que injusta, en forma abusiva e irrazonable reciben el dinero que
nosotros aportamos a manos llenas, mientras los hospitales carecen hasta de
curitas, las escuelas se caen sobre sus cimientos, la carreteras se cobran a
precios de oro, los sistemas hidráulicos de los pueblos son obsoletos y
precarios, los indígenas en la sierra se mueren de hambre y un sinfín de males
que solo se remedian con el dinero que se da a esos dizque “institutos
políticos” que ya ni ideología tienen, porque sus integrantes se acuestan de un
color y sin rubor, se levantan de otra tonalidad. Tienen la oportunidad histórica
de dejar de creer que los presupuestos son la gallina de los huevos de oro, a
la cual matan cada sexenio, de no guardar silencio ante lo que está mal y saben
que va a perjudicar al pueblo, de decirle sus verdades al presidente de la
República si eso es necesario; que no vayan a los municipios a construir obras
que nadie pidió porque van a sufrir el repudio de la mayorías. Esa oportunidad histórica,
ahora está en sus manos…
Por el contrario, si
deciden ser iguales a los anteriores, contribuirán una vez más por la
permanencia del inefable y nefasto status quo; su única construcción será un
Nayarit empobrecido, desconocido para el resto del país; a una entidad
federativa que no aporta, que no figura, que es una mancha de color en el mapa
y nada más. Entonces sí, inscribirán su nombre en el muro de horror del cual
cuelgan antiguos y no tan antiguos gobernadores que solo pasaron para hacerse
multimillonarios ante los ojos, ya no tan impávidos de una sociedad harta de
una clase política nacional, sea del partido que sea, y de la cual, nos guste o
no, Ustedes forman parte.
Por supuesto que mucha,
muchísima culpa hemos tenido los ciudadanos que nos hemos conformado con ver de
lejos a los toros, que pasan raudos destruyendo todo a su paso. Tan
conformistas somos que decimos: “a mí no me gusta la política, por eso no me
meto”; “todos los políticos son iguales, todos roban y no hay nada qué hacer”;
mentamos madres, subimos memes a las redes sociales, inventamos ingeniosos
chistes o historietas, pero no actuamos, no hemos aprendido a vivir con la boca
abierta; no los demandamos a pesar de que al tomar posesión todos los
gobernantes protestan cumplir y hacer valer la Constitución y las leyes que de
ella emanen, pero nada hacemos, nada les reclamamos, no los demandamos como
Ustedes mismos nos pidieron, y la impunidad crece, ese que es el terrible y
peor mal de este país, a nadie se castiga y Ustedes Señores Candidatos poco han
hablado del dañadísimo “Estado de Derecho”. Repito, hoy tienen la oportunidad histórica
de ser no solo un buen gobernador, sino de ser EL GOBERNADOR.
Señores candidatos,
ustedes tienen la palabra y el futuro de los nayaritas.
Con todo respeto
L.D.C. JOSÉ RICARDO MORALES Y SÁNCHEZ HIDALGO
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