El Arqueólogo Mauricio Garduño Ambriz, titular de los trabajos en Pozo de Ibarra, municipio de Santiago Ixcuintla |
Con el apoyo del H. XL Ayuntamiento de Santiago Ixcuintla, el Instituto
Nacional de Antropología e Historia, a través del Centro INAH Nayarit, lleva a
cabo importantes trabajos de investigación arqueológica con motivo de la
introducción de la red de drenaje sanitario dentro de la zona urbana de la
localidad de Pozo de Ibarra. Desde el pasado mes de mayo y hasta la fecha se
llevan a cabo labores especializadas de salvamento arqueológico tanto en la
red de drenaje proyectada dentro de la segunda etapa como en la parcela donde
será construida la planta de tratamiento de aguas residuales.
Introducción de drenaje en Pozo de Ibarra, con la intervención del INAH para el rescate de sitios arqueológicos |
Según el Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz, responsable académico del
proyecto arqueológico referido, los sondeos controlados a lo largo de la línea
del drenaje proyectado han aportado datos muy significativos sobre la historia
prehispánica regional, específicamente sobre el desarrollo cultural que tuvo
lugar durante el periodo Clásico (200-900 d.C.) en la costa central de Nayarit.
Las excavaciones permitieron localizar en capas profundas del depósito
explorado niveles de ocupación muy antiguos, recuperándose diversos materiales que
atestiguan que los primeros grupos de agricultores aldeanos se establecieron en
este lugar hace por lo menos dos mil años.
Los sondeos revelaron la presencia de un depósito arqueológico bien
estratificado conformado por al menos cinco capas superpuestas, con lo que fue
posible corroborar que la sucesión cultural en el sitio cubrió un rango
temporal de por lo menos catorce siglos, identificándose materiales
representativos del complejo cultural Chinesco (100 a.C.-250 d.C.) y de las
fases Gavilán (250-500 d.C.), Amapa (500-800/850 d.C.), Cerritos (850/900-1100
d.C.) e Ixcuintla (1100-1350 d.C.).
Los datos preliminares sugieren que el apogeo del asentamiento
prehispánico en Pozo de Ibarra tuvo lugar durante la fase cultural Amapa
(500-800/850 d.C.), ya que la mayor parte de los montículos y plataformas
exploradas pertenecen a esta fase. Al parecer se trataba de un núcleo de
población del orden de una aldea nucleada, ubicada en un punto estratégico de
comunicación entre la planicie agrícola y las zonas bajas inundables de la
marisma, en una posición ribereña donde confluían dos importantes cursos
fluviales interiores, el estero El Tanque y el estero Sentispac.
Por otro lado, los contextos excavados revelaron que existía entre la
población residente en el sitio una especialización en el trabajo artesanal, ya
que fueron localizados materiales residuales -es decir, desechos de trabajo y
objetos en proceso de manufactura- vinculados con la manufactura de cuentas
discoidales de piedra. En otro sector del asentamiento fue localizado un
basurero que contenía residuos de pigmento, fragmentos de recipientes con
pigmento rojo que sirvieron como contenedores de esta materia prima y metates
con la superficie pintada de rojo donde se trituraban los pigmentos, materiales
que se encontraban asociados a cerámica, figurillas y a arcilla cruda, lo que
sugiere que estos materiales de desecho estaban asociados a un taller alfarero.
se pudieron recuperar con anticipación numerosos materiales arqueológicos |
Las investigaciones de campo fueron realizadas en perfecta coordinación
entre el Centro INAH Nayarit, la empresa constructora y el Comité de Planeación
para el Desarrollo Municipal (COPLADEMUN), de manera que todos los trabajos de
sondeo arqueológico antecedieron a la excavación mecanizada de las zanjas, con
lo que fue posible registrar, proteger y recuperar con anticipación numerosos
materiales arqueológicos -principalmente fragmentos de vasijas, figurillas,
malacates, silbatos, puntas de proyectil de obsidiana, sonajas, huesos de
origen animal, conchas, carbón, barro quemado y hasta espinas de pescado- que
de otra manera hubieran sido removidos de su contexto original y destruidos por
la maquinaria. El arqueólogo señaló que afortunadamente el patrimonio cultural
de la nación está protegido por la ley federal competente en la materia, que
protege la integridad de los monumentos arqueológicos y sanciona su comercialización
y tráfico ilícito.
Dichos trabajos fueron ejecutados sin contratiempos gracias al apoyo de
la población en general y en particular por el invaluable apoyo de la Junta
Vecinal Pro-Conservación del Patrimonio Cultural de Pozo de Ibarra, organización
no gubernamental coadyuvante del INAH, cuyo objetivo prioritario para el
presente año es el montaje y apertura del Museo Comunitario de Pozo de Ibarra,
donde serán exhibidas las colecciones que fueron recuperadas en el transcurso
del salvamento arqueológico, así como diversas piezas que fueron entregadas
recientemente por coleccionistas locales y que ya fueron inscritas en la base
de datos del registro público federal correspondiente.
Por su parte, el Arq. Othón Yaroslav Quiroga García señaló que se encuentra
en la etapa de planeación la estrategia de intervención que el Centro INAH
Nayarit implementará con motivo de la eventual construcción de la Tercera Etapa
de la red de drenaje sanitario dentro de la zona urbana de Pozo de Ibarra, donde
también se localizan numerosos volúmenes remanentes tanto de plataformas como
de montículos prehispánicos, susceptibles de registro y protección.
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