Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Estimados Manuel Salcedo e Ivonne
Díaz:
Les escribo estas líneas con mi
carácter de ciudadano, de uno que ha decidido --puesto que los tiempos y las
condiciones, así lo exigen--, ser verdadera, real y positivamente uno que se
ajuste a lo que debe ser una persona que contribuye con sus impuestos a
construir un México, un Nayarit y un Acaponeta mejor, para mí, mi esposa, mis
hijos y ahora nietos, es decir un poblador de este país y de esta región del
norte de la entidad, que debe señalar, criticar y denunciar lo que lo que hacen
mal, quienes nos gobiernan, o al contrario, aplaudir lo que realizan con éxito
en pro de la nación y de quienes la habitan.
Quizá, tengo dos razones principales para
tomar esta decisión: la primera, es porque ya basta de ver desfilar por las
distintas posiciones políticas a verdaderos sátrapas que han llegado a las
sillas presidenciales, a las mullidas curules, a las lujosas oficinas a
enriquecerse y a robar del erario, de manera descarada y sin ningún rubor.
Estamos, diputados electos de Acaponeta, hasta el copete de la clase política
nacional y de un sistema caduco, perverso y que ha fomentado el peor de los
males en esta pobre nación: la impunidad, donde todo el mundo puede hacer lo
que le dé la gana y a nadie se castiga o solamente se les aplica un
“correctivo”, que las más de las veces nos dejan peor de encabronados. Rufianes
gigantescos como Humberto Moreira, que salió enormemente millonario e
hiperpoderoso, y que fue absuelto por esa que López Obrador llama “la mafia del
poder” --y conste que menciono a este último sin querer hacerle publicidad a
alguien que lleva décadas en ilegal campaña y tiene también larga cola que le
pisen-- y que, bailando un zapateado sobre la indignación general --me refiero
a Moreira-- tuvo el descaro despiadado de hacerse candidato una vez más, por un
partido “patito” para ser diputado plurinominal en su natal Coahuila, lo cual
resulta inaudito e indignante.
La segunda causa es que Acaponeta de
ninguna manera, nunca jamás debe repetir llevando a un personaje tan nefasto al
congreso local, como ese inútil de Martín González Cosío, tipejo que se pasó
tres largos años haciendo tres cosas: nada, recibir pingües quincenas que le
llenaron los famélicos bolsillos con los que llegó y, tercero, engordar un
enfermizo ego, que lo llevó a considerar que a pesar de su inservible e
infecunda “gestión”, podría ser presidente municipal de Acaponeta, su sueño
dorado.
Martín González Cosío, es el tipo de “grillo”
–porque no se le puede llamar político a una persona así—que solo tiene
intereses personales y que les vale un maldito cacahuate lo que el pueblo
piense o lo que este pierde al tener un parásito de tal jaez, encajado --que no
sentado--, en una comodísima curul.
Dizque diputado Martín González Cosío |
Pero ya lo dice el refrán, no tiene
la culpa el indio, sino el que lo hace compadre y los que votaron por él en
mala hora tienen la culpa, pero también los que no lo hicimos y durante tres
años no le señalamos su falta de interés o infructuosa labor, solo se dedicó a
elevar odas y loas a su Dios Sandoval, que fue quien le permitió la oportunidad
de pegarse como lapa a la ubre presupuestal. Hay que reconocer que eso es lo
único que ha hecho bien en su vida esta lacra: tener de amigote al gobernador.
Nada más.
No podemos los ciudadanos permitir
que eso vuelva a suceder. Y aunque estoy seguro que no puede haber alguien peor
que Martín González, la experiencia me dice que cuando parecer que ya todo lo
vi, salta por ahí otra liebre de esas piojosas, echando mi natural sorpresa
nuevamente a volar o al bote de la basura.
Congreso de Nayarit |
Hoy, Acaponeta tiene esa gran
oportunidad de tener dos diputados en el congreso local, que pueden, deben y
espero que quieran hacer equipo con el presidente municipal electo José
Humberto “Beyto” Arellano Núñez; y con otra ventaja extraordinaria, un diputado
en la Cámara Baja de San Lázaro, que es su hermano Efraín.
De entrada yo les pediría Manuel e
Ivonne, que desde el momento mismo que pisen el recinto del Congreso Local, se
olviden de sus partidos políticos. Que se acuerden en ese instante supremo, que
son representantes del PUEBLO, no de Morena, ni del PRI, no; me representan a
mí y a los casi 38 mil habitantes del municipio, tanto si votaron por sus
institutos políticos o ustedes como si no. Ya quedó atrás la noche del 4 de
junio. ¿No lo dijeron Ustedes en campaña? Entonces a cumplir.
Durante décadas, los nayaritas hemos
tenido congresos perversos, desinteresados de los problemas comunales,
preocupados por los intereses de sus partidos y a quienes han importado un
comino ser garantes del bienestar público, más bien se dedicaron a producir
bienes a sus familias, a sus compadres, a sus queridas y a sus contlapaches.
Recuerdo alguno que cierta vez expresó que los diputados locales solo eran
buenos para sacar borrachitos de la cárcel, tal como hacen muchos regidores en
la actualidad y le quitó valor a todo lo demás. Es una pena pensar así. Somos
los contribuyentes como esos náufragos que no dejan de bracear para avanzar en
la mar turbulenta a pesar de que no se ve tierra por ninguna parte.
Hemos sido los ciudadanos mexicanos
completamente apáticos, indolentes y desidiosos en lo que respecta a vigilar el
buen gobierno y el trabajo de lo que llamamos autoridad; especialmente en el
rubro de las diputaciones locales es muy notorio, lo que les ha permitido, que
en muchos, muchísimos casos se sirvan con la cuchara grande y su labor deje
mucho qué desear, tan dejados y agachones hemos sido los ciudadanos, que los
grillos, se han trepado a la cumbre del Olimpo y se sienten en mismísimo Señor
Don Zeus, nos miran y nos tratan con desprecio; y lo peor, siempre nos doran la
píldora con el viejo y manoseado cuento de que nosotros somos los dueños de
todo, de los recursos, de los billetes, del erario, de los edificios, de Pemex
y de la Comisión Federal de Electricidad; que las aguas de mares y ríos son
nuestro más rico patrimonio, que los “políticos” (presidente de la República,
secretarios de estado, directores de 150 mil direcciones, subdirectores de esas
150 mil direcciones; gobernadores, senadores, diputados federales, presidentes
municipales, síndicos, regidores y por supuesto diputados locales, entre otros
muchos más) son “nuestros empleados” y podemos exigirles, denunciarlos, correrlos
sin mayores trámites; y la realidad es otra, nos roban, nos despojan, se burlan
de nosotros, nos minimizan, defraudan y mienten; solo llevan agua para sus muy
particulares molinos y ni una gota para el pueblo y, ¿saben qué? Eso debe
parar, ya.
Políticos dioses del Olimpo |
Esta elección que pasó, preámbulo del
2018 tan importante, nos debe dejar en la mente de todos, que México es otro o
debe ser otro, porque ya no es posible tanta desvergüenza y descaro; el crimen
organizado se ha cebado en esta rica tierra –y digo rica, porque a pesar de
tanto latrocinio y robadera a discreción, no se la han podido acabar--; y por
crimen organizado no me refiero a ningún cartel de mafiosos, de chapos,
malverdes o caballeros templarios, señores de los cielos, etc., no, no, no,
hablo de capos tan peligrosos y rapaces como los fabios beltrones, los peña,
los videgaray, los gobernadores virreyes que tan bien conocemos y tenemos
cerquita; los salinas, los calderones, los foxes, los veytias, y tantos
depredadores de este gran país, y conste que son de todos colores: azules,
amarillos, turquesas, tricolores, morenos, güeros, trigueños y prietos. El
grito en las redes sociales es el mismo: ¡Todos son iguales, ni a cuál irle!
Ni a cuál irle |
Si fuera verdad que nosotros somos
sus patrones, hace mucho les hubiéramos dado una patada en salva sea la parte,
por “tarugadas” como ganar más, mucho más que el jefe, de quedarse con las
ganancias del patrón, de robárselas incluso, de devastar el inmueble y hasta de
vender lo que no es suyo. No permitiríamos, como “patrones” que somos, que no
lleguen a trabajar a tiempo o simplemente no vayan a la oficina por huevones, y
que viajen en aviones de primera clase mientras el dueño del changarro anda en
antiguo bocho o el miserable camioncito.
Los “políticos” (el entrecomillado es
a propósito porque pienso que el verdadero político está preocupado en hacer el
bien, en brindar un servicio claro, honrado y comprometido con la ciudadanía;
la política es vocación de servicio, lo demás es simple y llanamente “grilla”
de la más vulgar y rupestre, lamentablemente, hoy por hoy, la experiencia nos
enseña que un buen político, en la democracia mexicana, es tan impensable como
un ladrón honesto), han ocasionado que los gastos sean extremadamente
excesivos dentro de los partidos políticos, mientras existen al menos 50
millones de pobres y la cifra de cincuenta millones de depauperados, no es
poca, es un chingo y perdón por la palabra; han hecho crecer a niveles
intolerables a la corrupción que engorda al cuidado de su mamá la
impunidad; “los políticos” son magos a la hora de crear la mala calidad en los
bienes y servicios del país, Pemex devastado, el campo como dijera Rulfo, en
llamas; CFE con serias anomalías y que no caen en sentir de la gente. Existe
gracias a “nuestros gobernantes” un rezago enorme con respecto al resto del
mundo y México ha dejado de ser el paradigma de América Latina, la
productividad en un país tan extraordinariamente rico es ridícula; no innovamos
en nada, la pobreza crece de manera desmedida y la clase media ya los alcanzó;
en materia de seguridad, nos enoja que estemos al parejo que Siria, pero es la
triste y terrible realidad, al grado que no hay familia donde no exista un caso
de muerte violenta, narcotragedias, violencia contra la mujer y otros males; el
modelo educativo del país, ni voltear al verlo, salen de las prepas y
universidades renombrados burros peinados, muchos de los cuales –hijos de papi
o con buen padrino—llegan a ocupar importantes puestos gubernamentales.
Recuerden Manuel e Ivonne, lo que dijo alguna vez Churchill, ese sí, gobernante
de primera: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en
las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”, lo cual esperamos
de Ustedes.
Para donde volteen verán miseria,
impunidad, corrupción, transas y componendas perversas; trastupijes y arreglos en “lo oscurito”; obras
supermillonarias que duran tres meses y matan gente como ese ya famoso paso
express de Cuernavaca; donde le rasquen brota pus y lo peor, ya no hay chapulín
colorado que venga a salvarnos, pues hasta la izquierda, esa que veía y luchaba
por el sector de la población más vulnerable, hundida y fregada, se ha
convertido en una mezcla de aire y nada, sin propuestas, sin compromisos,
comprometida con sus antiguos enemigos y hasta haciendo alianzas espurias,
hipócritas y farsantes de la derecha y la reacción. Ni más ni menos Juárez y
Maximiliano en la misma canasta…dijeran mis alumnos: “¡No manchen!”.
Los ciudadanos nos encontramos
indefensos, impotentes y vemos que nada o muy poco funciona, o duras penas
camina. Los problemas y las broncas de este México lindo y querido llenarían el
estadio azteca en diez minutos: leyes que parece que solo sirve a los poderosos
y a los que tienen dinero, para el pueblo son tan solo letra muerta. Una
inseguridad galopante que nos tiene a todos no solo con el Jesús en la boca,
sino haciendo fila para llevar al pariente o al amigo en el ataúd con “las
patas por delante” rumbo al cementerio. Corporaciones de seguridad, que no son
pocas, amañadas con el crimen organizado (los dos que existen: el de los narcocapos
y el de los políticos traidores). Un sistema acusatorio que mucho han presumido
y que a los ojos del pueblo, ni se entiende, ni ha funcionado más que para
echar a verdaderos criminales a la calle, sin ningún miramiento. Un presidente
de la nación –ni más ni menos-- que buscando la “unidad nacional” solo ha
conseguido que todos nos unamos en su contra, señalemos sus desaciertos,
descalifiquemos sus reformas que solo han hundido más la credibilidad del
pueblo, enflacado sus bolsillos ya de por sí paupérrimos, privilegiando a sus
incondicionales y fomentando la frivolidad de su familia que “gaviotea”
presuntuosa entre las grandes firmas comerciales de Rodeo Drive. Una diplomacia
agachada y “culiempinada” frente a un idiota supino como trump y sus burros
asesores. Legisladores federales y locales que aman todo: sus carros
kilométricos, sus inútiles y onerosos viajes a expensas del erario, a sus
amantes, sus pent-houses en Miami o Beverly Hills, sus ranchos, sus caballos y
sus dispendiosa vida, pero no aman, ni siquiera aprecian un poco las leyes que
ellos mismos crean y aprueban muchas veces con los ojos llenos de lagañas; esas
siempre van al final del trencito de las querencias. La implementación plena
del Sistema Nacional Anticorrupción suena en el ánimo ciudadano como canción de
Cepillín, pero no como una realidad que deveras acabe o por lo menos minimice
el deporte nacional de la transa. Los compromisos políticos públicos son tan
solo para las campañas, no para la vida real, es decir, hacer compromisos con
los grillos, es un simple “piedra, papel o tijera”. Existen un sinfín de
explicaciones que no han hallado respuesta por parte de “la autoridad”, desde
aquellas ligas para amarrar billetes, hasta los miles –sí, miles ya, decenas de
miles—de desaparecidos en todo el país. Árbitros amañados, comprados y omisos
en las elecciones de cualquier tipo, lo cual es preocupante en vísperas de las
que ahora llaman “la madre de todas las elecciones”, o sea la del 2018. Es
inadmisible que verdaderos héroes como son los buenos periodistas, no me
refiero a los chayoteros de siempre, sino a los buenos, a los comprometidos con
la sociedad, con la verdad y consigo mismos, a los investigadores de la
podredumbre, a los que abren sucias y pestilentes cloacas donde la mano
“oficial” es la que más se ve, no es posible, digo, sigan cayendo bajo las
balas asesinas y no precisamente las que escupen los armas de los narcos,
puesto que la mayoría provienen de las órdenes de los todopoderosos “grillos”
que señalan de manera cobarde a sus próximas víctimas. El tema de la ecología
es ya preocupante, porque a causa de la corrupción, el desierto avanza
diariamente decenas de kilómetros, las aguas se pudren cada día peor y los “grillos”
venden las marismas nacionales y las zonas protegidas como si fueran su herencia.
En el rubro de salud, es claro ver que muy pocos funcionarios públicos de
primer nivel se atienden en el IMSS o en el ISSSTE; muy similar al tema de las
escuelas para sus hijos, caso notable el del presidente del PAN, Ayala, que
envía a sus pipiolos a estudiar a Estados Unidos y no a las escuelas públicas
nacionales ¿sabrán algo que nosotros no?
El verdadero y más peligroso cártel del crimen organizado en México |
Ya es gigantesca la lista de ratas puercas y traidoras: Tomás Yarrington, los dos Moreiras, los dos Duartes, Borge, Gerardo Lozoya, Villanueva Madrid, Gerardo Ruiz Esparza, Guillermo Padrés, Andrés Granier, Jesús Reyna, Rodrigo Medina, Eugenio Hernández, Arturo Montiel, Fausto Vallejo, Alfonso Reyes, Ángel Aguirre, Fidel Herrera, Egidio Torre, Carlos Romero Dechamps, Elba Esther Gordillo y mil más en puestos grandes como el de los Secretarios de Estado y oscuros líderes sindicales, que no cantan mal las rancheras o el más humilde regidor del más humilde municipio. La risa descarada de “Javidu” pega con tubo en el ánimo ciudadano.
Aves que cruzaron el pantano y ensuciaron el pantano |
Estimados diputados electos, sepan
ustedes que no podemos, no queremos y no debemos seguir siendo una sociedad
civil aletargada, inmóvil y agachada, debemos para ser dignos de nosotros
mismos, indignarnos más, hay que ser menos complaciente y mucho más exigente,
señalar con dedo de fuego los yerros y la negligencia para enseguida exigir
castigo y meter al bote, sin ningún privilegio o miramiento a quienes así lo
merezcan. Un buen ciudadano debe parar de tajo primero, y sacar al aire después,
las corruptelas y trastupijes de los poderosos, de los encumbrados, de los
privilegiados; el buen ciudadano propone, se informa y deja de lado los chismes;
solo así podemos dejar de seguir secuestrados por esta caterva de indignos y
despreciables puercos del sistema político actual; estoy dispuesto a pasar a
formar parte de esos ciudadanos que tienen voz y deben usarla para ser, ahora
sí, el verdadero contrapeso en un país con un grandioso patrimonio devastado
por esos tipejos del hoy y del ayer.
Los acaponetenses, los nayaritas,
debemos convertirnos en ciudadanos empoderados, con exijan se cumplan y hagan
valer las leyes de transparencia y de los medios de comunicación, con mayores
libertades y coherencia. Recuerden que toman la protesta de ley y siempre dicen
muy orondos, lirondos y seguros de sí mismo: ¡Qué la nación me lo demande! Y es
hora de demandarlos cuando no cumplan con su trabajo, abusen del puesto o hagan
menos a los ciudadanos.
Manuel Salcedo, has sido muy
impulsivo dentro de tu partido, ese que lleva por siglas el de Morena, pero que
en realidad suena como al partido AMLO, donde López Obrador es el Rey.
Esfuérzate por aguantar la tentación de poner por encima de los intereses
partidistas, los intereses de la ciudadanía, esa que votó por ti y te llevó al
triunfo en las urnas. No nos decepciones, haz equipo con el mandatario
municipal y lleven a Acaponeta por la ruta del progreso.
Ivonne, te toca la parte que muchos
mexicanos despreciamos, las famosas plurinominales, las cuales no son más que
simples regalos que se ofrecen –en algunos casos—al mejor postor, o al que
tenga un padrino trinchón que sabe mover los hilos donde se debe y puede. Queda
ahora en tus manos ser una diputada plurinominal más del montón, mediocre,
traidora y acomodaticia, o bien, por el contrario, enarbolar la bandera del
pueblo, ese que en estos momentos te siente lejana y separada de sus objetivos,
sueños y metas. Acércate a la ciudadanía, pero con las propuestas viables, la
sinceridad como norma, en el marco del beneficio colectivo y no con el glamour
que da la frivolidad y lo superfluo donde muchos te ubicamos.
Ya para concluir con esta larga
perorata, tan solo diré: espero que aprendan rápido que no
hay que dejarse extorsionar por su partido, por el gobernador en turno o por el
que trae las ideas malévolas de siempre para merced personal. En la tribuna del
Congreso de Nayarit –hoy con una imagen detestable-- se pueden perder batallas,
pero nunca la dignidad. Hay honor cuando uno pierde, pero no cuando uno se
calla. Y si callarse es la decisión de su fracción, de ustedes esperamos, todos,
que hagan uso de su voto de conciencia, de su sabiduría y del patriotismo, por
encima de lo demás. Que en el próximo período legislativo, hagan amigos y no
acaben como el susodicho Martincillo repudiado por todos.
Esperamos
los ciudadanos de Acaponeta que los diputados que integrarán la próxima
legislatura, o al menos los dos del municipio de las Gardenias, demuestren que
no agarraron una parte del botín electoral, sino que asumieron la
responsabilidad de hacer valer la inteligencia, la honradez, incluso la oposición
y la transparencia del grupo de diputados a favor de sus amigos, familiares y
vecinos de ese lugar donde el frijol se enreda a la caña de carrizo.
Acaponeta |
Tanto ustedes, como los ciudadanos ahora tenemos la responsabilidad de hacer que nuestro querido Acaponeta brille por encima de los otros 19 municipios, y por qué no, arriba incluso de los 2446 que conforman esta dañada nación.
Con
todo respeto.
LIC.
JOSÉ RICARDO MORALES Y SÁNCHEZ HIDALGO
CIUDADANO
DE ACAPONETA
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