lunes, 2 de marzo de 2020

VISITA AL JARDÍN DE ANTONIO HAAS EN TEACAPÁN



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Luego del exitoso y muy enriquecedor V Congreso de Cronistas e Historiadores de Sinaloa y Nayarit que las asociaciones la Crónica de Nayarit A.C. que preside el estimado amigo y Antropólogo Raúl Andrés Méndez Lugo; y la Crónica de Sinaloa A.C. que encabeza el Dr. Francisco Padilla Beltrán, por invitación del cronista de Teacapán --lugar donde se llevó a cabo este histórico encuentro-- Joaquín López Hernández, fuimos al rancho --se me hace poco esta palabra, más bien diría hacienda-- que en ese bello lugar del sur de Sinaloa tenía el estupendo escritor y periodista Antonio Haas Espinosa de los Monteros.



Al llegar lo primero que notamos es que la propiedad es enorme, lleno de cientos de palmeras atiborradas de cocos, grandes árboles de singular belleza y enorme tamaño y que luego de caminar un largo trecho aparecen las primeras construcciones que hoy parecen descuidadas y semiabandonadas, lo cual es una tristeza ya que este espacio pudiera estar dedicado a la cultura o a centro de investigación de algo, o como simple atractivo turístico, pues a pesar del aparente abandono de sus propietarios, los encargados de vigilar el lugar mantienen bien cuidados los enormes jardines.



Antonio Haas
Antonio Haas, nos cuenta el cronista de Teacapán, fue hijo de Don Antonio Haas Canalizo y de Doña Laura Espinosa de los Monteros. Él, Antonio hijo estudió en Harvard y llegó a convertirse en uno de los periodistas más importantes del país. Yo recuerdo muy bien haberlo leído cotidianamente tanto en Excélsior como en la revista Siempre de Don José Pagés Llergo. Al final de todos los mordientes artículos aparecía el lugar y fecha de donde los había escrito: "Teacapán, Sinaloa".



Hombre muy querido en Mazatlán, donde vivía la mayor parte del tiempo y lugar que lo vio morir y sufrir la terrible enfermedad de Alzheimer, fue además director de ópera, activo y dedicado promotor de la cultura, reconocido filántropo y se dice que un muy exitoso agricultor. En el puerto mazatleco se le recuerda por ser el más propositivo impulsor  de la reconstrucción del hoy afamado teatro "Ángela Peralta".


En los jardines de su residencia teacapanense hay gigantescas higueras y alguien recuerda haber leído que durante la revolución un general colgó a 50 hombres de una higuera, cosa que de momento no creyó, pero al ver los enormes y largos brazos de estos hermosos árboles, pensamos con un poco de humor negro, que 50 son pocos...



Hay también un "chacuaco" de un antiguo trapiche panochero que le dan belleza extra al lugar, mismo que con algunos sitios para sentarse entre tanto verdor y sombra, se antoja para el relax de una buena lectura, quizá los viejos escritos de Haas, sus libros y sus artículos que bien recordamos en el Siempre! junto con los de Margarita Michelena, Manú Dornbierer, Carlo Coccioli o Mauricio González de la Garza, entre otros.



Es una pena que este lugar no merezca mayor atención y siendo tan hermoso y enorme, se pierda la oportunidad de contar con la existencia de un espacio que, estoy seguro, Antonio Haas hubiera visto con agrado verlo dedicado al pueblo que tanto defendió de los sátrapas gobernantes de todos los tiempos.




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