Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: Una batalla importante ganó esta semana el ocurrente,
ambicioso y calculador presidente que sufrimos en México, el Excelentísimo Tlatoani
de Macuspana Don Andrés Manuel López Obrador: que obtuvo la tan deseada
sobrerrepresentación en las cámaras —sobre todo la de diputados federales, en
la de senadores le faltan o dos, que fácilmente los comprarán como en tianguis
con el PRI o en MC—. Alegre deben de estar el tabasqueño y su guiñol, pues el
INE les otorgó 364 diputados, que incluyen al nuevo PRI llamado Morena y sus
partidejos rémora PT y Verde, consiguiendo así la mayoría calificada; votos
suficientes para hacer con la violadísima señora Constitución lo que les dé su
retechifiosca gana…y vaya que AMLO, a unos días de irse a “La Chingada” (como
llama a su rancho en Palenque) le urgen cambios y más reformas.
Ahora va, con el apoyo indisoluble de su muppet Claudia Sheinbaum Pardo —a la que no se le ve independencia ni dignidad alguna—, apoderarse del poder judicial, para que, los tres poderes de la unión queden, como la divina trinidad, en una sola persona…o sea…él (ella).
Lo que nunca esperó el presidente más poderoso que hemos tenido, es que la gata le saliera respondona y los jueces, magistrados y todos los trabajadores del poder judicial se fueron a un paro exigiendo sus derechos laborales, lo que supone una cantidad de más o menos 55 mil trabajadores. Sin contar las declaraciones de los hipócritas y convenencieros gringos, además de los canadienses que ven en esta reforma un sustancial peligro a la economía de la región y, aunque no lo mencionaron, “daños colaterales” al T-MEC.
Amanecimos hoy a 38 días
solamente, de que López Hablador deje la presidencia y, con sus locuras,
ocurrencias y violentos arrebatos, es probable que nos esperen los peores días
del sexenio, frente a una presidenta electa, que todo lo aplaude a su antecesor
y sigue el camino que le ordenaron seguir. Que Dios nos coja confesados…bueno,
nos agarre.
DE
DULCE: Muchas veces he escuchado a una gran cantidad de personas,
entre ellas a Claudia Sheinbaum Pardo, decir que el mejor presidente de la
república es Andrés Manuel López Obrador; incluso, para no quedarse atrás, el
macuspano también coloca a su creación como la mejor funcionaria del mundo…algo
así como el sistema mexicano de salud que, para el dueño de palacio nacional,
es el mejor del mundo, aunque este se hallé noqueado en la lona. Así de fácil y
así de contundente.
Por supuesto que esos conceptos de “mejor” o “peor” son totalmente subjetivos, no hay manera de medir eso. No es como las competencias olímpicas, por ejemplo, donde el mejor es el que corrió o nadó más rápido, o brincó más lejos, o saltó más alto, o cargó el mayor peso o metió la mayor cantidad de goles o puntos, es decir, cosas que se pueden medir en minutos, metros, kilos, centímetros o goles. Pero hablar del “mejor presidente de la nación”, eso no existe. A menos que alguien diga: “fulano presidente robó 20 millones menos que los otros” o “zutano presidente construyó más casas que nadie en la historia”, incluso decir, en el sexenio de perengano mandatario solo asesinaron a dos mil personas y no como el sexenio de AMLO, que terminará su “administración” con casi 200 mil mexicanos masacrados. !Aquí sí fue el mejor!
Alega el tabasqueño que el
mejor presidente de México fue Benito Juárez, e insisto, ¿en qué se basa para
decir eso? Es lo mismo que en los concursos de belleza donde la mejor y más hermosa
mujer es igual de subjetivo, todo depende de cuáles jueces se impresionaron con
tal o equis candidata. Además, todo es con el color del cristal con que se mire.
Para su servidor, Andrés Manuel pasará como uno de los más corruptos
mandatarios de la historia. Tan ambicioso y enfermo de poder, que aprovechará
hasta el último minuto para tratar de apoderarse de los tres poderes de la Unión, para fincar una
dictadura más cercana a la perfección como lo intentó el PRI en su momento.
DE MANTECA: No me cabe duda que los gringos son hipócritas en grado sumo, y que, a ellos, que llaman a su país “América” como si el resto de los americanos no existiéramos, lo único que les importa son sus intereses y nada más. Pensar que un candidato a la presidencia del país de las barras y las estrellas, beneficiará a la tierra de la tuna y el nopal, es hacerse como mi tío Lolo. Quede quién quede, a nosotros nos irá igual: Biden, Clinton, Bush, Obama, Harris, trump (siempre con minúsculas), no importa el apellido, para efectos prácticos, es la misma gata, pero revolcada.
Ahora, con el caso de la divertida serie tipo Netflix, del “Mayo”, el “Chapito” y el siniestro Rocha Moya, nos damos cuenta de la chistosa fábula que nos quiere hacer creer el pinochesco gobierno de la transformación de cuarta. A su servidor le queda claro, que todo fue un plan muy detallado y diseñado por las autoridades gringas, dentro y fuera de territorio mexica, a través de sus pérfidas agencias como la DEA, quizá el FBI y hasta la maldita CIA, las cuales envolvieron al hijo del Chapo Guzmán y lograron el objetivo de llevar a los calabozos gabachos al capo invicto Ismael “Mayo” Zambada. ¿Qué no les avisaron a las autoridades totonacas? ¡Claro, si los güeros no son idiotas, de haberles avisado, no tendrían al “Mayo” en las ergástulas allende la frontera! A los socios no se les toca ni con pétalo de una rosa.
Pero ya que hablamos de capos, hay que decir que, en México, los capos di tutti capi —vamos para que se entienda—, “los jefes de jefes”, no son, ni han sido ni los Escobar Gaviria en Colombia, ni los Chapos, ni los Beltranes, ni los Arellano Félix, o los Mayos o señores de los cielos en México; los meros meros son los que despachan en palacio nacional, o los palacios estatales y toda su runfla de secuaces.
Ahora, dígame usted amable lector que hace el favor de seguirme… ¿ustedes han oído que las autoridades gringas, atrapen a un capo de allá? ¿La droga se mueve por obra del espíritu santo por las relucientes calles estadounidenses? Más fácil: ¿saben ustedes el nombre de un súper narco o mafioso que tenga en jaque a las policías del Tío Sam, que no sea Al Capone o el pelacuas de “Breaking Bad”?Y ya está más que demostrado
que la DEA, es igual de corrupta que cualquier agencia policiaca de México. ¿Y
recuerdan el sonado caso de la contra nicaragüense o el Irangate, donde la
droga fue el personaje principal de esos tristes dramas? No se nos olvide que,
poco antes de la guerra de Vietnam, el gobierno norteamerigringo, metió a su
territorio droga de todo el mundo para enviciar al pueblo afroamericano y
tenerlos “sosegados” y que no
anduvieran pidiendo derechos civiles. Luego ya en la guerra genocida contra los
vietnamitas, los estupefacientes corrieron como cocas colas entre las
trincheras y bases militares. ¿Así o más hipócritas? ¡Nos seguiremos leyendo en
la próxima!
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