lunes, 20 de diciembre de 2010

DE TODO SE PUEDE ENCONTRAR EN LAS BANQUETAS DE ACAPONETA

Ya lo hemos comentado muchas veces, las banquetas de la ciudad de Acaponeta, que presume en ocasiones de ser la Atenas de Nayarit, son sin temor a equi-vocarmos Reino Aventura, pues caminar sobre sus aceras es transitar por todo un universo de objetos que pueden ir desde motores de camiones torton, lechugas y tomates para que los perros los orinen y sazonen para la comida del medio día, hasta borrachines que no alcanzaron a llegar a su casa y simplemente estacionaron su humanidad a media banqueta, regularmente con un sombrero por un lado. Carretas de tacos, que en este trinio se convirtieron en pequeños restaurantes al aire libre con la complacencia de la autoridad, carros llenos de verdudas po-dridas que apestan y llenan de ratas a la población, mon-tes de grava, arena o es-combro; rampas para co-cheras con una incli-nación solo apta para los artistas del Cirque au Soleil, toneladas de basura, hoyos y registros sin tapa, jardineras quebradas, casetas de teléfono, vendedores piratas, perros callejeros o con pedigrí dormidos o, como se ve en la foto, el hueso de un brontosaurio que por ahí murió. Es muy difícil para un ciudadano caminar por estas benditas calles de Villa Gardenia y para una persona con discapacidad es literal-mente imposible, pues aparte de lo anterior, las banquetas han quedado muy altas y muchas de ellas sin rampa para sillas de ruedas. Es hora ya que los res-ponsables de hacer respe-tar los reglamentos muni-cipales que existen para regular el orden y la disciplina ciudadana, los hagan valer en lo que respecta a las banquetas de una ciudad que hace mucho perdió su estética y buen gusto, para convertirse simplemente en Reino Aventura

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