Por: Juan Manuel Estarrón
Los
voceros de la alianza “Nayarit, Paz y Trabajo” Rodrigo González Barrios y Ramón
Cambero ahora salieron que siempre sí habrá dos debates entre los precandidatos
Guadalupe Acosta Naranjo, Martha Elena García Gómez y Jorge González González;
los dos perredistas y un panista registrado en los últimos minutos del plazo.
Lo primero que se advierte es la poca
seriedad en ambos partidos –PRD y PAN- en el manejo de un proceso preelectoral
ya de por sí accidentado que amenaza con zafarse del control, para anunciar
otro cambio de “estrategia” con dos
debates entre iguales, entre compañeros de una misma alianza.
Digamos. Si terminó el período de consultas
ciudadanas y con todo ese material se conformará la plataforma electoral y
después aterrizará en programa de gobierno ¿Tendría caso someter esas consultas
a debate interno y que además sirva para observar el posicionamiento de cada
uno frente al electorado?
Sinceramente dejen decirles con toda
claridad que andan meando fuera de la
olla porque los debates son para la confronta de ideas entre adversarios
políticos y esos adversarios están en otros partidos políticos; si la idea es
exhibir a tal o cual contrincante para ganarle votos, el debate puede cumplir
dicha función; pero no le encontramos ningún sentido por más análisis que se
hagan: el agarre entre compañeros
sólo generaría más enconos y al final no habría ganancia de votos porque éstos
se reciclarían de un candidato hacia
otro.
Eso es en un escenario de respeto mutuo,
pero quién garantiza que en algún momento las aguas no se desborden y se provoque
un pequeño tsunami al interior de la alianza “Nayarit, Paz y Trabajo” cuando
hay actores y operadores externos más que listos para meter su chancla; si la
meten en su mismo partido para desquiciar su proceso interno, qué no harán en
otros si se presenta alguna oportunidad.
Definitivamente parece de principiantes un debate interno, que más bien suena a un
concurso de oratoria con clara dedicatoria para un precandidato; mejor inviten
a Martha Elena oficialmente a
declinar a favor de nuestro amigo Acosta Naranjo y eviten el triste espectáculo
de la exhibición pública para que la prensa pagada con recursos nuestros haga
cera y pabilo de los dos precandidatos más fuertes.
Quien o quienes estén valorando cuánto
pueden sacarle a la alianza en lugar de plantearse una situación al revés, entenderán
que esto último sacado de la manga y
la consulta ciudadana que aún no se descarta, no abonan en nada a posicionar
una alianza ganadora en la conciencia del electorado porque ambos métodos son riesgosos por falta
de controles efectivos.
Si sabemos de antemano que ambos métodos
–debate y consulta- son armas de doble filo por qué arriesgarse
innecesariamente; no discutimos que sea provechoso para los candidatos o
candidata, pero por una lucha a muerte el proyecto aliancista puede morir antes
si las posibles heridas no son atendidas oportunamente.
Y conste que no hablamos de estos últimos
raspones, aunque leves pero de todas formas están doliendo porque además no
estaban programados: de una simple encuesta
la tirada va más lejos, con este impulso ¿Habrá el suficiente arrojo para
pedirle a la alianza “Nayarit Nos Une” un –ese sí- verdadero debate?
Por lo pronto ahí está otra
ocurrencia, como si no bastaran las del Gobernador; lo extraño es que quieren
cambiar a Nayarit y se está cayendo en las mismas incongruencias: andar meando fuera de la olla.
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