Por: Juan J. Gaspar G.
SI NO CONOCES TEPIC, TE INVITO A CONOCERLO
Llegué hace apenas tres días y he disfrutado de esta bella ciudad como no tienen idea. Ya desde el momento en que te acercas al hermoso y floreciente Valle de Matatipac, todo un mundo de colores y formas van pasando por tu vista, como algo mágico o algo virtual. Extensos cañaverales que se mecen con el paso del viento, pinos, higueras, eucaliptos y omida, guayabos cargados de dulzura, limones que nos refrescan con sus ácidos y verdes sabores... Tepic es un vergel rodeado de bellísimos parajes, desde Trigomil hasta Lo de Lamedo.
GENTE TRABAJADORA, DINERO EN MOVIMIENTO Y ROSTROS CARGADOS DE ALEGRÍA
Cuando vas llegando a este entrañable lugar, sientes algo extraño, algo inexplicable que llena tus sentidos. Ves que todo está en constante movimiento, no solamente se mueven las nubes o el viento que se deja ir por todos lados, también se mueven los grandes arbustos y el pasto verde pisoteado por vacas, caballos y chivos. Vas pasando por pequeños poblados, con sus casas rodeadas de plantas y flores y sus calles con gente que camina por distintas direcciones, animadas, enérgicas y alegres. Gente trabajadora a la que da gusto ver y saludar alzando nuestra mano a la distancia, para decirles ¡adios!
Una comunidad que se mueve, una comunidad que trabaja, tarde o temprano conoce la prosperidad. Así se mira Tepic. Ya hemos pasado por su periferia, procedentes de Morelia, viajando en autobús y de mañana. Apenas ha pasado medio día y se goza de un ambiente benigno. ligeramentge soleado y muy buena temperatura ideal para llegar a casa, tirar hacia un rincón esta estorbosa mochila y comenzar a recorrer las calles del centro.
Por la ventanilla del autobús de vista panorámica se puede ver a un gigantesco enjambre humano que se mueve enloquecido de un lugar a otro. Cuadrillas de hombres arreglando los tramos de carretera, albañiles que se trepan al techo en latrachas escaleras, merolicos que ofrecen una o mil mercaderías, mujeres que caminan con sus niños en brazos y viejitos que bostezan, rodeados de perros flacos y malolientes.
EN ESTA CIUDAD LA CULTURA FLORECE, EN CUALQUIER ESTACIÓN DEL AÑO
Por fín llegué a mi querido Tepic, tierra de héroes y de poetas, de gente noble y muy trabajadora, de mujeres tan bellas, como en ningún lugar las hay. Llegué un poco tarde a la cita, mi amiga Queta Navagómez ya había presentado su libro y solo alcancé a llegar a ese recinto, para saludarla y pedirle su dirección electrónica. Una gran escritora nayarita, que vive en el Distrito federal, pero que se siente más cora que chilanga.
Como Profresor de Educación primaria siento el orgullo de tener dentro de mi círculo a numerosos amigos dedicados al arte, entre escritores, músicos y pintores, todos ellos personas muy nobles que son dueños de grandes talentos y le han dado renombre mundial a Tepic.
Llegué a vacacionar en tiempo de lluvias y como amigo especial del Club Deportivo Jacarandas, llegando asistí a sus entrenamientos y pude tener mucho tiempo de sobra para entrevistarme con varios amigos en distintos puntos de la ciudad, como el café Diligencias, el Vips, la Parroquia. A pesar de estar muy reciente la fecha de las pasadas elecciones percibí una atmósfera tranquila, escuchando buena música, degustando sabrosos bocadillos, probando muy buenos vinos y sobre todo compartiendo recuerdos y vivencias imborrables con mis viejos y mis más recientes amigos. Entrar en contacto con la cultura nos eleva a otras dimensiones, donde el pasado, presente y futuro de estas tierras se funde en una bella estampa de luces, texturas y sonidos. El museo de Antropología, el Poliforum, la biblioteca de la UAN y la biblioteca Carlos Marx, construída por iniciativa del connotado líder nayarita, Alejandro Gazcón Mercado. Son estos cuatro sitios ya visitados en estos tres días y aún falta muchos por pasar a ver.
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