Por: Néstor Chávez Gradilla
Cronista Municipal
El
movimiento de Cursillos de Cristiandad nació en España en 1943, como propuesta
a la consigna de S.S. El Papa Pío XII de que: “El bautizado tomará en serio su
compromiso de vivir la dignidad de Hijo de Dios y de la Iglesia”.
La
esencia del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (en adelante M.C.C.) es la
misma del cristianismo: Que el hombre viva la vida de Dios en sí mismo, es
decir, en gracia constante, consciente y creciente, compartida y comunicada. Su
finalidad es la de crear núcleos de cristianos que con su vida de Testigos del
Evangelio vayan fermentando cristianamente los ambientes y estructuras de la
sociedad.
En
la Diócesis de Tepic, el M.C.C. llegó en el año de 1963 a iniciativa del Sr.
Cura Monseñor Alejandro Jiménez, y se comienzan a enviar a algunas personas a
que hagan y vivan un Cursillo en lugares como: Guadalajara, Mazatlán y
Atotonilco. En el año de 1964, se lleva a cabo el primer Cursillo de
varones en Tepic, y unos meses después el de damas.
El
15 de abril de 1965, el Sr. Obispo don Anastasio Hurtado aprueba la solicitud
de permiso para que se forme el primer Secretariado Diocesano de
Cursillos de Cristiandad en Tepic, cuyo equipo quedó formado como sigue:
Presidente, Sr. Gamaliel Padilla; Secretario, Juan José Rivera; Tesorero,
Pablo Retes y Asesor Eclesiástico el Pbro. Salvador Santiago Iglesias.
En
marzo de 1965, hace ya 47 años, se autorizó a enviar al primer grupo de
varones al Cursillo No. 12 de Mazatlán, a donde asistieron los señores: Enrique
Vázquez Jiménez, Héctor Algarín González, Néstor Chávez Gradilla, Mario Corona
Martínez, Antonio Ramírez Rubino y los sacerdotes Teodoro Alcaráz y Luis María
Guereña. Dos meses después, asistieron al Cursillo de damas las señoras:
María del Refugio (Cuca) Sáenz de Corona, Consuelo Espinosa de Algarín, María
de la Paz Olivo de Vázquez y Victoria Arce viuda de Casas. Estos fueron los
primeros Cursillistas que hubo en Acaponeta.
Siguieron otros, entre ellos, José Luis Martínez Ulloa, Trinidad Maldonado,
Salvador Barrón López, Inocencio (Chencho) Suárez, David Ernesto Sierra
Martínez, Oriol Soto Ahumada, Alfonso García, Víctor Rojas, Ofelia Navarro de
Chan, Dora Partida Aguiar, Ofelia Herrera de Chan, Graciela Ledón Contreras,
Helia Ramos Hernández, Chinta Galván y otros.
¿Qué
son en sí los Cursillos de Cristiandad y cual es la esencia y finalidad de un
Cursillo? El M.C.C. es un movimiento de Iglesia con un método propio que
posibilita la vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano, en orden a
crear núcleos de cristianos que vayan fomentando las enseñanzas del Evangelio
en los diversos ambientes, ayudando a descubrir la vocación personal. Es un
encuentro íntimo y personal con Cristo Jesús, que nos ayuda a tomar conciencia
de nuestro cristianismo, dejando de lado la tibieza y la indiferencia con
los que regularmente vivimos un cristianismo que más bien tiende a paganismo,
por nuestro desordenado apego a las cosas mundanas y nuestro repudio y rechazo
a nuestra propia condición de cristianos.
El
M.C.C. es para personas bien intencionadas, pero para vivirlo y entenderlo no
todos son aptos; aún así, la gran mayoría de los que en su ser sintieron y
vivieron plenamente ese maravilloso encuentro personal con Jesús, ya nunca
volverán a ser los mismos.
Al
día de hoy, a más de cuatro décadas de que inició el M.C.C. en Acaponeta,
aquellos que sí sintieron y entendieron el llamado del Señor, siguen
perseverando como cristianos alegres y entregados dentro del grupo, trabajando,
colaborando y aportando con su labor en todo lo que les es posible al servicio
de Dios y de la Iglesia que Cristo mismo fundó hace ya más de dos mil años,
dándose tiempo dentro de sus ocupaciones cotidianas.
Entre
ellos, están: los grupos de catequistas, los encargados de diversas actividades
para la restauración del Templo (Kermeses, tertulias, loterías, bazares, rifas,
colectas, etc.), Los Ministros de La Palabra, los encargados de los centros
bíblicos, el Movimiento Familiar Cristiano, los de las Pláticas Pre
sacramentales, los del grupo de oración, los organizadores de las Ultreyas
semanales, el CEC y otros.
El
grupo de pláticas pre sacramentales nació allá por los años setentas, basándose
en una de las conclusiones del Concilio Vaticano Segundo (1965-1968) en donde
se recomienda la colaboración de los seglares a prepararse debida y
concienzudamente para auxiliar en sus ambientes parroquiales a sus hermanos en
la ignorancia e indiferencia de su fe cristiana.
Desde
esos años, ya la Iglesia veía con tristeza y desesperación la realidad,
referente a que, en la gran mayoría de los que nos hacemos llamar católicos por
estar bautizados, existe una muy grande ignorancia en su fe, es decir
que, aparte de ser totalmente ignorantes, existe además una gran apatía y
rechazo a instruirse en ello.
Generalmente,
esta gran mayoría de católicos ignorantes de su fe, constituyen terreno fértil
para el protestantismo y las sectas; los apapachan, los envuelven, los hacen
sentirse en un ambiente de amistad y cordialidad, los avergüenzan por su
ignorancia y acaban convenciéndolos. Lo peor de todo, es que los enseñan
a aborrecer la Iglesia Católica que fundó Nuestro Señor Jesucristo diciéndoles
que es la gran ramera del Apocalipsis, o la prostituta de Babilonia.
Para
tratar de contrarrestar esto, en muchos lugares de nuestro país se fundaron algunas
de las organizaciones antes mencionadas, trabajando en todo lo posible para
tratar de adoctrinar a los hermanos en su ignorancia religiosa, y que las
sectas no sigan creciendo cada día más a expensas de católicos ignorantes,
aprovechándose de ello.
El
grupo de encargados de las pláticas pre sacramentales se formó entre cristianos
convencidos y decididos a colaborar, habiéndose preparado la mayoría de ellos
previamente durante varios años, en la Escuela de la Fe y en la Escuela de Los
Defensores de la Fe. Por lo general, todos ellos pertenecen
al M.C.C.
De
ese grupo de miembros del grupo de Pláticas, a través de más de tres décadas,
unos murieron, otros se retiraron y otros más se fueron a radicar en otros
lugares, entre ellos: Víctor Rojas, Alejandro Chávez G., Oriol Soto Ahumada, Dr.
Mauricio Ravelo, Martha Soto de Ravelo, Lupe de Lerma, José Luis Martínez
Ulloa, Blanca Vivanco, Roberto Pérez Burgueño, Roberto Patiño y Arcelia
Fuentes. Los que actualmente se encuentran activos formando parte de este
grupo, son: Dr. Gustavo Chávez Fonseca, Prof. Marcos Espinosa de Haro, Ing.
Candelario Rodríguez Valladolid, Néstor Chávez Gradilla, Luciano Jiménez, Dr.
José Trinidad Palafox Quintero, Salvador Alaníz, Antonio Jiménez Alduenda,
Enriqueta Salazar de Jiménez, Prof. Javier García, Profa. María del Refugio
Hernández de García, y Laura Bañuelos.
Todos
ellos son instructores voluntarios, no reciben ninguna paga y solo lo hacen
para en algo apoyar la labor de evangelización, para enseñar aunque sea poco a
los que no conocen su fe orientándolos en el conocimiento del Sacramento que
están solicitando y así colaborar con nuestra Parroquia.
Somos
ya muchos los que tuvimos la fortuna de asistir y vivir un Cursillo, pero, como
ya se dijo, no todos son aptos ni están dispuestos a dar algo de su tiempo al
servicio de Dios y de su Iglesia y probablemente ya ni se acuerden que alguna
vez estuvieron en un Cursillo de Cristiandad, y se dejaron envolver en las
cosas del mundo. Nadie puede explicar con palabras la maravillosa experiencia
de un Cursillo. Para entenderlo, hay que vivirlo.
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