Por
: Georgina Morales
Con el paso del tiempo y las nuevas
generaciones, la cultura se va transformando.
Pero, ¿qué entiendes por “cultura”? Existen muchas definiciones,
considero que la más concreta y concisa es la que Tylor nos deja: “aquel todo complejo que incluye el
conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y
cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre”.
Y una vez conociendo el término, se puede
aplicar.
Existen diferentes tipos de cultura, pero
la que hoy me preocupa es la cultura vial. ¿Existe? Debería, sin embargo, nos
hemos dado a la tarea de pasarla por alto. A pesar de que es algo que ya
tenemos con nosotros, no la respetamos y no la llevamos a la práctica. La cultura
implica educación. La cultura vial es entonces, la manera en que sentimos, vivimos, pensamos y actuamos desde una perspectiva de movimiento y
desplazamiento (Cabrera, 2009).
Como sociedad existen lineamientos y
directrices que a pesar de que existen, pocas veces las obedecemos. En cuestión
de vialidad es importante conocer esas reglas. Siendo que vivimos en sociedad,
es importantísimo entender que no estamos solos y nuestra libertad termina
cuando la del otro comienza.
Aquí el problema.
El área metropolitana de Nuevo León es el
campo de batalla, específicamente las vialidades y calles que diariamente
utilizamos para llegar a nuestro destino. Hoy por hoy, no existe esa cultura
vial, o bien existe pero no es “limpia”. Al no conocer lo que se espera de
nosotros como conductores y peatones, no sabemos cómo actuar acorde a ello. Me
he dado cuenta que aplicamos la ley del más fuerte en todo.
Somos más de 4 millones de habitantes en
el Estado y la mayoría residimos en el área metropolitana.
El uso del transporte público, los
coches y peatones son clave para el buen desarrollo de este tipo de cultura. A
falta del conocimiento de nuestras obligaciones, la vida en sociedad es más
difícil, y sobretodo cuando somos muchos en un mismo lugar.
¿Cuántas veces nos “metemos” en carriles
sin la direccional, o peor aún, rebasar a alguien a la “brava” cuando
circulamos por las calles? En el caso del peatón, existen puentes que sirven
precisamente para cruzar de un lado a otro sin arriesgar nuestra seguridad.
Pero como buenos mexicanos, preferimos cruzar la calle cuando no pasan coches o
el semáforo está en rojo a sabiendas de que el puente peatonal más próximo está
tan solo a unos cuantos metros de nosotros.
¿Y cómo cambiar esta deteriorada o más
bien, inexistente cultura vial?
Todo empieza por uno mismo. Mi primer
recomendación sería, conocer el reglamento que nos rige en materia de vialidad.
Esto por parte de los ciudadanos. Por otro lado, los elementos de tránsito
también deben conocer lo que se supone que “aplican”. Si nuestros elementos
siguen coludidos en la corrupción y continúan ejerciendo su autoridad de manera
que busquen su beneficio particular, y nosotros no nos culturizamos y
familiarizamos con nuestras leyes y normas, esta falta de cultura seguirá.
Por lo que mi segunda recomendación se
centra en la participación.
La participación ciudadana con respecto a
este tema no es sino el estar informados
acerca de lo que debemos hacer al momento de subir al coche o al cruzar la
calle. La información está al alcance de
nuestras manos, pero la comodidad nos consume y optamos por dar por hecho las
cosas.
Si un oficial de tránsito nos detiene,
debemos estar conscientes de su motivo, y la
posible consecuencia de nuestros actos. De otra forma, si no sabemos,
somos presa fácil de la corrupción y arbitrariedad de las autoridades.
Y por último, como tercer “tip”, sería la
aplicabilidad de nuestro conocimiento vial. Si hacemos lo que nos corresponde
al conducir o caminar, tendremos la seguridad actuar como buenos ciudadanos. Es
un dilema con el que tendremos que lidiar diariamente. Esto puede pasar, cuando
sabemos que una calle va en sentido contrario y queremos pasar por que “nadie
nos ve”, o cuando nos pasamos un “rojo”. Recordemos que nuestras acciones
vienen en “paquete”, lo que hagamos bien o mal, repercute en nosotros y en los
demás.
La buena cultura vial es
corresponsabilidad. Así que… dando y dando!
G
@Georginna_M
gina.m88@gmail.com
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