Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: Qué terrible que los gobernantes sean tan insensibles a lo
que sucede en los pueblos que se supone que gobiernan. Desde el desprecio y
cruel indolencia del presidente de la república por los asesinados y
desaparecidos por el crimen organizado, hasta la determinación del presidente
municipal de Acaponeta, de insertar a la oficina de Telégrafos de México en uno
de los salones de la Casa de la Cultura “Alí Chumacero”. Por supuesto, toda
proporción guardada, ya que son dos cosas que no tienen comparación, pero ambas
tienen en común la insensibilidad y la poca atención a la opinión del pueblo. “Se hace esto y tan tan”.
Es típico de los funcionarios de Morena, como lo fueron los del pasado, de cualquier partido o color, que frente a los problemas que se presentan, algunos muy grandes y significativos como la inseguridad o el abasto de medicamentos, que a los ciudadanos nos causan no solo sorpresa sino encabronamiento, ellos, los gobernantes declaran o hacen o de plano ni se inmutan, mostrando un valemadrismo marca ACME, o de plano un indignante cinismo o notoria ignorancia, que, a pesar de dejarlos mal parados, se aferran a sus muchas veces equivocadas decisiones, como esta de insertar “a wilbur” la oficina de Telecomm en la Casa de la Cultura.
Es evidente que el presidente Manuel Salcedo y su director de cultura Cristian Mendoza, ignoran lo que costó —y no me refiero al costo económico— sino al esfuerzo, dedicación y compromiso de los ciudadanos preocupados porque Acaponeta tuviera una casa de la cultura, historia que comienza desde antes de la creación del afamado y propositivo Ateneo Acaponetense, que fundaron el Prof. Rafael Ambriz Toledo, Prof. Camilo Contreras Cantabrana, y el Lic. Juan de Haro Reyna. Grupo al que después se unieron grandes ciudadanos que decididamente se dieron a la tarea cargar con la pesada losa de la Atenas de Nayarit, entre muchos otros: ese gran motor que fue el incansable Guillermo Llanos Delgado, Oriol Soto Ahumada, Profa. Lucila Hernández Arciniega, Arcelia Tortolero Estrada, Concepción Espinosa de la Peña, Héctor Algarín González, Héctor Velázquez, Pablo de los Ríos, José Chávez Rodríguez y el Lic. Héctor Gamboa Quintero. Naturalmente, la Directiva se formó con los tres fundadores iniciales quedando como Presidente del Ateneo el Lic. Juan de Haro Reyna.
GUILLERMO "MEMO" LLANOS DELGADO
Es necesario recordar el antecedente con aquel
menospreciado grupo de “Los Demócratas”
quienes a pesar del injusto desprecio a su labor por parte de la autoridad, ya
que a ellos se debe la biblioteca “Benito
Juárez”, no se rindieron hasta ver que su labor daba excelentes frutos, se
recuerda bien a: Alejandro “Juanchi” Partida Zamudio quien tomó el puesto de
presidente; siendo el secretario el recordado Lic. Jorge Bañuelos Ahumada, Ing.
Héctor S. Sierra Martínez, con la posición de tesorero; Aurelio “Güellín” Jiménez Yerena, Dr. Leobaldo
López García, Esteban Ramos Pérez, Felipe Ledón Contreras, Salvador “Chava” Barrón López, C.P. Luís Eduardo
Góngora Kelso, Manuel Cuellar Ortega, Prof. Ramón Llanos Zamudio, Lic. Ernesto
Partida Zamudio, Lic. Antonio Chumacero Gómez y Jorge Sierra Martínez.
ANA MARÍA GUTIÉRREZ DE RENTERÍA
No olvidar por supuesto a los
integrantes de la Asociación Cultural Ignacio Díaz y Macedo A.C., donde
figuraron el Dr. Rodolfo Castillo, Ana María Gutiérrez de Rentería, Néstor
Chávez Gradilla y otros más.
Han sido muchos los creadores,
promotores culturales, animadores, y miles y miles de espectadores que hoy,
junto con los arriba mencionados, se entierra su esfuerzo y labor, al perder la
Casa de la Cultura, dedicada a Alí Chumacero, su razón de ser, para convertirse
en un espacio para la aburrida burocracia y un nefasto e incoherente centro
cívico que debe quedar en otro lado. Todos los que amamos este espacio y hemos
pasado por sus aulas o actividades, debemos protestar enérgicamente a este
agravio a la historia y tradición de una casa que ya ha cumplido al menos 136
años construido y 31 ya, de casa de cultura. ¡Ojalá reflexionen y den marcha atrás!
DE DULCE: El
presidente Andrés Manuel López Obrador, se me figura cuando escucho sus
mañaneras que es como aquella caricatura de dos ratoncitos: Pinky y Cerebro, el
primero soberano idiota y el otro violento y ambicioso roedor que cada día
trataba de conquistar al mundo. Así, el macuspano mandatario, anhela a toda
costa conquistar todo el aparato de gobierno del país para meterlo en su cajita
feliz, la onírica Pejelandia.
Entre las muchas acciones que
ha elaborado maquiavélicamente fue haber nombrado como ministra de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a una mujer —que ya sabemos, detenta 10%
de conocimiento y experiencia y un 90% de lealtad, como le gusta a López— de
nombre Lenia Batres, muy curiosamente, hermana del jefe de gobierno de la CDMX
Martí Batres, otro incondicional de la 4T.
Durante mucho tiempo, AMLO, enarboló la bandera de una supuesta cruzada contra la corrupción y la austeridad republicana, alegando un día sí y el otro también, que los ministros de la SCJN ganaban mucho más que él, incluso inventó —porque eso fue, un cuento fantasioso de los 200 pesos que presume que guarda en su billetera para vivir en la “honrosa medianía juarista”— la cifra de 600 mil pesos al mes. Desde que llegó la Batres a la corte, arribó con la espada desenvainada, porque sabiéndose apoyada por el dedo creador de palacio nacional, echó tiros y cuetes a sus compañeros ministros y, torciendo los belfos se autonombró “la ministra del pueblo”. ¡Anda tú!
“Heroicamente”, la ministra del pueblo Batres, consciente de que, en
efecto, los ministros ganan muchos biyuyos y todos de a mil o mínimo de 500
varos, en un épico y denodado acto digno del propio Benemérito de las Américas,
al recibir su primera mensualidad como jueza de la nación, tuvo la feliz
ocurrencia de devolver parte de su “dieta”
a la tesorería de la nación. De los supuestos 600 mil bilimbiques, la Batres
regresó 83 mil devaluados “pesares” y
se quedó para “los chescos” la “humilde” cantidad de 517 mil pesotes.
Eso se llama congruencia e hidalguía. ¡Ayyy, si todos fueran como la “ministra del pueblo”, otro país sería
este México lindo y querido!
Por supuesto se me ocurren dos comentarios por hacer: primero, concediendo que los ministros de la corte suprema ganan eso, los 600 mil pesos, entonces estoy claro que de que algo debe cambiar. Sé muy bien que la responsabilidad de defender a la Constitución es enorme y que no son enchiladas para cumplir con tan alto encargo…sí, pero ¿600 mil pesos al mes como dice AMLO? Es demasiado. Por otro lado, si esa cifra de los 600 mil pesos, es un invento o una ocurrencia más del macuspano, entonces es doblemente malo, por la mentirota y por lo rastrera de la ministra del dedazo —no del pueblo—, que le sigue al rollo al Pinocho nacional.
DE MANTECA: Una pregunta me agobia, más que la terrible decisión del presidente municipal de meter a Telecomm a la casa de la cultura. No me deja dormir y me hace sudar más que los exámenes de matemáticas que sufrí en mi vida estudiantil. Me ahogo como cuando me llega el recibo de la C.F.E. Esa horrible cuestión es el espeluznante pensamiento de que al término de su desastroso gobierno Andrés Manuel López Obrador, no cumpla con su promesa —una más— de que saliendo de entregar la banda al que sigue, se vaya mucho a la “Chingada” y no es esta un pedestre vocablo que salió de lo más profundo de mi vulgaridad, no, es que así se llama el rancho de nuestro dilecto mandamás.
Me aterra pensar que AMLO se niegue a irse y no porque busque una imposible reelección, ¡faltaba más! no es por ahí. Ya lo dije en otra entrega, el tabasqueño, estoy convencido, habrá de convertirse en el moderno Plutarco Elías Calles, quien manejó como titerotes a tres presidentes: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio “el nopalito” y Abelardo Rodríguez, hasta que llegó “Tata” Lázaro Cárdenas y lo envío al exilio con certera patada en el “tumfiate”.
No me queda duda y más si la
corcholata elegida por el gran dedo elector es Claudia Sheinbaum, AMLO no se
irá del escenario nacional. Nuestro amado dios, perdón presidente, sufre de un
insano síndrome de narcisismo, es ególatra y un enfermo más de esa maldita
silla del águila, que ni la más concienzuda limpia de un chamán, logró quitarle
el perverso hechizo que envenena a los que asumen el máximo poder en México. Él
se ve a sí mismo como el gran transformador de este país, como el actor
principal de una gran tragedia griega, aunque algunos lo veamos como una absurda
comedia y seguirá presente sobre los hombres de la ex jefa de gobierno de la
CDMX.
De hecho, el presidente ya lo anunció, lo grita a los cuatro vientos sin el menor empacho…alega que tiene un plan “C”, para modificar todas las leyes que a su infame juicio deben ser cambiadas y para eso ocupa tener de su lado a la mayoría en el congreso. López Obrador es y se sabe, el centro de todo, chocaría con Galileo Galilei, porque hasta el sol gira alrededor de su persona, y además eso le encanta.
Es claro que cuando ordenó a sus corcholatas —porque
son suyas— que hubiera unidad, él lo entiende como todos unidos y agarraditos
de la mano haciendo ronda alrededor de él. Su seguridad es tanta porque sabe
que tiene aún el apoyo de millones de mexicanos y que todavía su popularidad
está por encima del 65%, que está convencido y tiene razón, de que Morena no es
nada sin su presencia, que ninguna de sus corcholatas tiene el liderazgo que lo
conforma como el mero nalga de la nación. Para alguien que miente con una
facilidad asombrosa y perversa diría yo, alejado de toda realidad y que, como
mi tía Chimoltrufia, AMLO como dice una cosa dice otra…cada vez que alega que
se va a la Chingada, lo más seguro es que se quede. No sería el primer presidente
que quiere continuar gobernando a través de su sucesor. Eso, no me deja ni
respirar. ¡Saludos y salud para todos amigos!
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