Por: Juan Fregoso.
Sin que nadie les diga nada y sin que les importe en lo más mínimo las molestias que causan a la gente, los comerciantes foráneos se han apoderado de las principales calles de la ciudad, como si no hubiera autoridad para que ponga orden en este asunto. El comercio organizado denuncia que los vendedores de diversos artículos domésticos están apostados desde hace aproximadamente cuatro meses, los expendedores de mercancías se encuentran obstruyendo las arterias desde la celebración de año nuevo, es decir, llevan cinco meses posicionados de la vía pública. Los comerciantes locales se quejan de que no se puede transitar por las banquetas porque están abarrotadas de puestos que lo venden todo tipo de cacharros para uso casero, los cuales supuestamente tienen un precio más barato que el que dan los comerciantes locales, lo cual en opinión del comercio organizado es una falsedad ya que muchos artículos los venden a un costo superior al que vendemos nosotros, comentaron. En estos puestos se vende prácticamente de todo y aunque fuera cierto que “los foráneos” venden su mercancía más “barata”, la verdad es que se trata de una competencia desleal, porque nosotros pagamos impuestos superiores a los que pagan ellos, que sólo cubren una cuota simbólica. Además, opinaron que estos vendedores sólo venían a vender sus productos en las festividades de año nuevo, como tradicionalmente se ha hecho, pero en esta ocasión ya “se pegaron” aquí, ante esta situación los comerciantes locales están viendo como sus negocios van a la deriva, directos a la quiebra y es probable que muchos de ellos cierren sus tiendas como ya lo han hecho otros. El problema no es para reírse, este es un asunto que amerita la intervención de las autoridades municipales las cuales deben estar conscientes, conscientes de que lo que obtenemos nosotros por nuestras ventas ese dinero se queda aquí, mientras que el dinero del comercio informal sale del municipio, igualmente la autoridad debe aclarar si el permiso que otorgaron fue por tiempo indefinido, porque así parece, asentaron. Otro problema que origina el amontonamiento de mercancía es que al tapar las banquetas obliga a los peatones a transitar por las calles ante el riesgo de ser atropellados por un cafre del volante, incluso ha habido casos en que personas mayores han sufrido accidentes al chocar con tanto “tilichero”, nomás porque nadie quiere poner remedio a este problema. Urge despejar las banquetas para que la gente pueda caminar con seguridad, urge quitar a estos señores que ya se adueñaron de los pasillos urbanos sin reparar en las molestias que están ocasionando. Y urge que los quiten, porque además de todas las contrariedades señaladas, dan una pésima imagen a la ciudad de Acaponeta, detallaron.
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