miércoles, 10 de junio de 2009

URGE MÁS ATENCIÓN POR PARTE DEL DIF

Por: Juan Fregoso
Uno dijo llamarse “José” y tener diez años de edad, el otro respondió al nombre de “Guadalupe” y contar con apenas ocho años. Ambos dijeron vivir en la colonia “Lázaro Cárdenas” de esta ciudad, y los dos chamacos negaron tener padres; cómo te llamas, pregunté al más grande; José, me respondió a secas; y tú, interrogué al más pequeño, Lupe me respondió. ¿Y por qué van dormir aquí?, les seguí preguntando, pues porque nos dejó el camión, contestaron un poco molestos. Eran las doce de la noche y los niños estaban semidormidos debajo de las jardineras del parque a la bandera. Tenían como cama un cartón todo sucio y estaban arropados con un lienzo raído percudido que les servía de cobija. Quise saber más sobre su vida, pues no les creí que no tuvieran padres o algún otro familiar, sin embargo a pesar de su corta edad eludieron hábilmente mis preguntas. Sólo se limitaron a repetir lo mismo; no, no tenemos padres ni familiares, expresó el más grande; oye y aquí duermen siempre, no tienen miedo que les pique algún animal o que se les roben o que la policía los levante y se los lleve a la cárcel, les dije tratando de concientizarlos de que no debían estar ahí, porque era peligroso sobre todo por la existencia de chavos más grandes que se dedican a drogarse y que podían ocasionarles algún daño. No, me respondieron al unísono. Y cuando se percataron de que saqué la cámara fotográfica para retratarlos inmediatamente se cubrieron el rostro, como adultos que no quieren ser identificados cuando se les sorprende cometiendo algo indebido. De pronto, con rapidez inusitada se levantaron y echaron a correr llevándose el trapo que usaban como cobija, sólo dejaron el maltratado cartón que les servía de cama o de colchón, y se fueron corriendo como felinos por las calles sin rumbo fijo…ya no los volví a ver, les perdí la pista, a dónde fueron a parar ¿quién sabe?, se los trago la noche. Lo anterior exhibe el desamparo en que viven no solamente estos niños, sino muchos más. Los padres, si es que los tienen, demuestran con ello que no les importa la seguridad de sus hijos, que no les importa dónde y con quién anden, y lo peor, la pérdida de valores en el núcleo familiar. Por otra parte, es evidente que estos niños mintieron al decirle al reportero que no tenían padres ni familiares, porque si en un principio dijeron que vivían en la “Lázaro Cárdenas”, se antoja pensar que viven con alguien, con alguna persona que aunque no sean sus progenitores les proporcionan techo para dormir. ¿Pero, entonces qué estaban haciendo tirados en el vil suelo a altas horas de la noche? Como quiera que sea, lo cierto es que este es un problema social al cual que deben avocarse las autoridades del DIF municipal, el cual debe implementar algún programa tendiente a velar por la integridad de la niñez, buscar a sus familiares para exhortarlos a que tengan más cuidado con los infantes, que como “José” y “Lupe” andan completamente desorientados pernoctando donde los sorprende la noche, pues no hay que olvidar que estamos pasando por tiempos violentos y los niños, por su corta edad, corren un grave peligro, por lo tanto, es necesario poner remedio a esta situación de los niños de la calle, antes de que ocurra una desgracia.

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