martes, 17 de noviembre de 2009

ASÍ LO VEO...

Tráfico de drogas, un problema de muchos gobiernos.
Por: Patricia Contreras Lemus
En los últimos años se ha visto que los esfuerzos de los gobiernos por erradicar el tráfico de drogas han sido en vano. Los narcotraficantes cada vez tienen más poder tanto político como económico y social. Ante la devastadora situación de la extrema pobreza, comunidades enteras se han visto en la necesidad de sustituir el cultivo de legumbres y verduras por de mariguana y coca con el mero propósito de sobrevivir.Además de la pobreza, la demanda estadounidense de sustancias ilegales ha contribuido a aumentar tanto los cultivos como los problemas relacionados con el narcotráfico en toda América Latina. Ante tal situación, el gobierno norteamericano ha presionado a otros gobiernos a solucionar un problema que ve como ajeno, que ve causado por los latinoamericanos, pero que atenta contra su seguridad nacional. Y gracias a la lucha contra las drogas es que Estados Unidos puede mantener el control hemisférico desde presupuestos hegemónicos, lo que no había conseguido anteriormente con la cruzada de Reagan ni la Alianza para el Progreso; y en esto consiste principalmente la lucha contra las drogas: en la aproximación militar, económica y social que facilita el consenso y la aceptación de la sociedad como el único medio para salir de dicho problema.Cabe mencionar que durante la Guerra Fría el enemigo de Estados Unidos, aquel o aquellos que atentaban contra su seguridad nacional, era el comunismo o todo aquel sistema que intentará desobedecer al establishment. Sorpresivamente al derrumbarse la Unión Soviética, la seguridad nacional de Estados Unidos encontró nuevos elementos que le ponían en peligro. Ante la creciente demanda de sustancias ilegales, el gobierno estadounidense se vio obligado a tomar decisiones que recuperaran la confianza de la sociedad estadounidense. Por tanto en 1997, el gobierno de Clinton dispuso de 15 000 millones de dólares para combatir el tráfico y el consumo de drogas. El apoyo no ha cesado, pero tampoco la demanda y la violencia característica del narcotráfico. Este año se ha debatido constantemente entre diferentes gobiernos latinoamericanos la decisión de Colombia de aceptar bases militares estadounidenses, con la finalidad de fomentar el desarrollo y la cooperación internacional en el problema del tráfico de drogas. Pero si Estados Unidos ha demostrado ser un cliente potencial del narcotráfico, ¿por qué no invertir en su territorio para disminuir la demanda y así promover la disminución de la oferta? ¿Por qué prestar mayor atención a la producción y demanda en América Latina, cuando la demanda estadounidense es tan inmensa?Posiblemente, si Estados Unidos prestará mayor atención y recursos para erradicar la demanda, los productores latinoamericanos se verían obligados a disminuir o abandonar la producción. Pero en cambio, con las medidas tomadas por el gobierno estadounidense y promovidas por algunos gobiernos latinoamericanos no han demostrado más que mayor audacia e inteligencia por parte de los líderes del narcotráfico.Hace algunos años Perú y Bolivia eran los principales productores de mariguana y coca, tras las medidas tomadas por el gobierno norteamericano, el problema del narcotráfico se transportó a Colombia. El Plan Colombia, que consistía en ayuda militar y económica al gobierno colombiano para detectar y hacer justicia con narcotraficantes, logró controlar, más no erradicar, el narcotráfico en Colombia. Cabe mencionar que actualmente Colombia es uno de los países más inseguros del mundo.Hoy en día, México es considerado un país clave para la producción y transporte de sustancias ilegales, con un número de consumidores a la alza. Anteriormente nuestro país era utilizado principalmente  para el tránsito, pero en la actualidad el consumo de drogas ha deteriorado la calidad de vida de todos los mexicanos. Las medidas tomadas por el gobierno han dejado en claro que la clave para erradicar este problema no es la militarización sino la educación para empobrecer la demanda y el apoyo a campesinos e indígenas que se ven obligados a trabajar para los carteles de la droga para sobrevivir ante la miseria.Si bien la demanda de sustancias ilegales de los latinoamericanos no es comparable con la de los estadounidenses, debido al ingreso de los habitantes de cada región, es importante que los gobiernos actúen en forma conjunta, que acepten la responsabilidad que tienen todos, sin caer en señalamientos absurdos que no generan soluciones. Mientras el narcotráfico sea visto como originario tan solo de unos cuantos países, a pesar de los efectos negativos que tiene en todo el continente, los gobiernos latinoamericanos seguirán padeciendo acosos a su soberanía y las sociedades seguirán inmersas en la violencia.
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