miércoles, 26 de enero de 2011

CRÍTICA A "LAURA"


Por: Álvaro Cueva

Laura Bozzo querida: ¿Cómo estás? Yo, realizado. Después de haber visto tu nuevo programa en Televisa he comprendido que mis problemas tienen solución, que ya no estoy solo, que te tengo a ti.
No paro de darle gracias a Dios por tu llegada al canal más importante de todo México porque eso significa que hemos avanzado como país y como sociedad.
Imagínate, ¿puede haber algo más maravilloso que constatar que el México de hoy, el de este 2011, es como era el Perú de los años 90?
Ojalá que ahora que te naturalices alguien más se fije en ti y te lleve a la Secretaría de Educación Pública, a la Secretaría de Salud o, ¿por qué no?, a la mismísima Secretaría de Gobernación.
México te necesita y te ama, por eso me siento orgulloso que tu programa esté después del de la Virgen de Guadalupe porque tú eres como ella, una aparición divina, una prueba de que Dios existe y de que es generoso con nosotros.
¿Cómo te explico el éxtasis que experimenté mientras te veía? No sé cuándo lloré más, si todas las veces que te dirigiste a tu equipo con esa dulzura que te caracteriza, cuando le arreglaste la vida a ese pobre muchacho que sólo tenía una pierna o cuando los niños se acercaron a ti como al mismísimo Jesucristo.
Qué bueno que ahora tú eres el rostro de Fundación Televisa. La verdad, les hacías mucha falta. Tú sabes, por cuestiones de imagen, de respeto, de credibilidad.
Por eso, la noche del lunes, mientras Emilio Azcárraga hablaba con Joaquín López-Dóriga de toda la calidad que le va a inyectar a la televisión mexicana en los próximos 12 meses yo grité: ¡Sí, claro! ¡Te creo!
No sabes, todo el tiempo he tratado de marcar a la línea telefónica de tu programa para decirte que no te preocupes, que eres de México.
¿Quién se va a querer ir de este país después de escucharte decir que eres mexicana? ¿Quién no se va a sentir orgulloso de esta tierra después de tenerte a ti como máxima representante de nuestra cultura?
Yo creo que eso es lo que más admiro de ti, tu inteligencia, tu clase.
Fue un gran acierto de los ejecutivos de tu nueva casa ponerte en la misma pantalla donde antes estuvieron Chespirito, Jacobo Zabludovsky, Verónica Castro, Raúl Velasco, Octavio Paz y María Félix porque tú estás a su nivel, tú nos confirmas la grandeza de Televisa.
¿Para qué queremos una nueva “Iniciativa México” si te tenemos a ti? ¿Para qué nos preocupamos? Tú misma lo dijiste, has llegado para darnos valores.
Contigo terminará la guerra, desaparecerán los ejecutados y todos volveremos a ser felices.
Yo, por lo pronto, ya salí a comprar mis FitnessSteps, mis Sabritas Caseras, mi Pizza Hut, me voy a bañar con Elvive y voy a redecorar mi casa con muebles de Famsa, entre muchas otras cosas más, porque si ellos se anuncian contigo significa que son como tú y eso me hace sentir bien, me da confianza.
¡Ay, Laura! Nada más de pensar en todo lo bueno que le estás heredando a nuestros hijos quiero ir a arrodillarme ante ti como todos esos hombres que antes eran unos desgraciados y que ahora, gracias a tus consejos, se han convertido en criaturas ejemplares.
Me encanta tu escenografía, su diseño permite que te expreses tal y como eres. ¿Y qué me dices de la iluminación o de los colores? Se nota que los eligieron tomando en cuenta el tono de piel, tu maquillaje tan discreto y la luminosidad de tu melena.
Luego me dices dónde te vistes para mandar a mis amigas. Por lo pronto, me urge que subas el tema musical de tu “talk show” a iTunes para comprarlo y regalárselo a todos los miembros de mi familia.
Es tan sofisticado. ¡Qué lástima que Agustín Lara no esté vivo! Si te hubiera conocido, de seguro te hubiera compuesto una canción de tu categoría.
Es que eres demasiado para nosotros. No te merecemos. ¿Qué otra comunicadora nos ofrece tantos casos, tan reales, por capítulo? ¿Qué otra periodista tiene una emisión tan clara, tan perfecta?
Ya, el colmo, ¿qué otra mujer nos da tanto amor? Sólo tú, sólo tú, Laura, que siempre tienes las riendas de tu programa. Sólo tú, que nunca te equivocas.
Sólo tú, que eres tan grande que siempre recibes la llamada perfecta, espontánea, en el momento preciso. Y ni hablemos de la gente que te lleva pancartas y regalos. Yo haría lo mismo o hasta más.
¿Te cuento un secreto? Me quiero tatuar tu rostro en el pecho, cerca del corazón, para que cada vez que me vea al espejo, me llene con tu luz y me sienta protegido.
Te quiero tanto, Laura, y me siento tan feliz de que tengas tu nuevo “talk show” que por primera vez en mi vida creo que me puedo morir en paz. El mundo está mejor que cuando llegué a él.
Gracias por existir, Laura. De veras, ¡muchas gracias!

Te quiere, Álvaro.

No, ya, en serio. ¿Qué clase de mierda nos está dando Televisa por las tardes? Y ni modo de cambiarle a Azteca 13 porque allá está Niurka. ¿De qué se trata? ¡De qué!

1 comentarios:

Anónimo dijo...

el consumismo... lamentable por cierto