lunes, 23 de octubre de 2017

LA CALLE AGUSTÍN BORREGO


Don Agustín Borrego

Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Existe una calle aledaña a los patios del ferrocarril que lleva por nombre Agustín Borrego. ¿Pero quién fue este señor que mereció que su nombre lo llevara una calle y, además, una placa que se colocó el 20 de noviembre de 1963 en esa calle que hace esquina con la Zacatecas?

Agustín Borrego Rodríguez fue por muchos años Jefe de Estación del Tren Sudpacífico que cruzaba por esta ciudad de Acaponeta. A finales de los años 20 del siglo pasado, ya laboraba en ese puesto que sin lugar a dudas era agotador ya que el ferrocarril no era lo que es hoy, un transporte verdaderamente en el abandono por parte de la autoridad federal y por los particulares. El FFCC comunicaba en aquella dorada época a nuestra población de manera muy importante, y era vehículo para el traslado de productos y cultura.

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Puente del ferrocarril sobre el Río Acaponeta
Recuerdo haber preguntado a aquel gran amigo y caballero Don Alejandro Jiménez Mitre, sobre la figura de Don Agustín Borrego; él mismo, Don Alejandro me llevó al Sindicato de Cargadores, enterándome con sorpresa que el Señor Borrego fue el fundador de esa organización que vio la primera luz en el año de 1932, precisamente un 22 de junio.


También me acuerdo que el Secretario General de la sección 5 de Cargadores, era el estimado amigo José Andrés Toledo Valdéz, quien en ese entonces –si no me falla la memoria fue por el año 2000--, dirigía a unos 28 ó 29 asociados, y me dio amplia información de los orígenes del sindicato que comenzó con los trabajadores que descargaban los productos que llegaban en los vagones del ferrocarril, los cuales subían a las carretas de las que ya no queda ni el recuerdo. Esos obreros, sin organización eran maltratados y peor pagados por los patrones que abusaban de su condición humilde e indefensa, por lo que Don Agustín Borrego desde su puesto en la jefatura de la estación, se molestaba por ese trato y la injusticia de que eran objeto los cargadores. Por ello, decidió convocarlos y mostrarles el camino de la fuerza en alianza, naciendo en 1932 la Unión que tendría personalidad jurídica hasta 1937 cuando se autonombraron “Unión Sindical de Cargadores y Carreteros Agustín Borrego” en honor de aquel hombre que los instó, convenció y organizó, e incluso, posteriormente hasta donó el terreno donde antiguamente tenían sus oficinas los amigos alijadores por la calle Bravo entre Querétaro y Zacatecas.

Antigua sede de los cargadores y carreteros sobre la calle Bravo.
Ese año de 1937 se puede considerar como el despegue de una organización que conformaba el sindicato y que fue integrado por los señores Pablo Loaiza como Secretario General; Arnulfo Rodríguez, secretario del interior; Elpidio Torres, secretario del exterior; Ambrosio Díaz y Rubén Gómez, secretario de actas y tesorero respectivamente y como miembros fundadores Mauricio Montaño, Carlos Medina, Vidal Gómez, José A. Espinoza, Carlos Gómez, Marcial Moreno, Mariano Rodríguez, Salvador Ibarra, Brígido Mejía, Mariano Toledo, Gregorio Talamantes, Santos Hernández, Sabino López, José Correa, Martín Rodríguez, Daniel Melchor, Ramón Rodríguez, Juan Torres, Alfonso Maciel, Policarpo Romero, Isaac Sánchez, Salvador Rodríguez y Víctor Mayorquín, por cierto este último es el único sobreviviente de aquella entusiasta camada.


La placa que mencionamos al principio de este artículo se encuentra semioculta por la pintura y los restos de mezcla que han ido aplicando sobre su superficie y casi no deja leer que se trata de la “Avenida Agustín Borrego” y al margen lleva la fecha de 20 de noviembre de 1963. “Borreguito”, como con afecto lo llamaban, era hombre de su tiempo, que como los de aquella época se preocupaban por el bienestar de los demás sin esperar recibir nada a cambio y solo la satisfacción de hacer amigos y hacer progresar esta tierra acaponetense, tan cálida en su clima y en el trato de la gente.

Placa-letrero de la calle Agustín Borrego
Actualmente el dirigente de esa central obrera es el estimado amigo Jesús López Huerta, “Chetis” su nombre de batalla en el medio, quien tiene la friolera y nada despreciable cantidad de 39 años perteneciendo al Sindicato Nacional de Alijadores, Empleados en Agencias Aduanales, Marinos, Cargaduría y Similares como se lee en la constancia que le entregaron en el año de  1978 cuando fue aceptado en esta federación de trabajadores no sin antes haber aportado un certificado médico de buena salud, una carta de recomendación por buena conducta, cien pesos correspondientes al pago de la cuota de ingreso y, fíjese bien amable lector, lo que era en aquellos tiempos de feroz y avorazado sindicalismo, tres mil pesos como anticipo de la cantidad total que quedaba obligado el empleado y que le daba derecho al fondo económico de resistencia y bienes raíces propiedad de la agrupación…¿qué era eso, lo ignoro?

Jesús López Huerta "Chetis", Secretario General del Sindicato
Dice el amigo Chuy, que los cargadores podrán tener todos los defectos del mundo, al fin humanos, pero que nadie les gana en honradez, y prueba de ello la dan clientes satisfechos a quienes nunca se les ha perdido nada y, su servidor puede dar testimonio de ello, pues cuando yo laboraba en los almacenes de combustible de Amado H. Sierra y Hno. S.A de C.V., por la calle Veracruz llegaban los tráileres cargados de aceites que iban desde tambos de 200 litros a cajas con latas y nunca tuvimos un conflicto o queja con los amigos alijadores, que en minutos vaciaban esos vehículos.
Narra Jesús que el edificio de la calle Bravo, ya no lo utilizan y que fue el presidente municipal Don Salvador Toledo, quien también fue cargador, quien les construyó el local donde tienen hoy su sede, por el boulevard “Juan Espinosa Bávara” a un costado del panteón y frente a lo que actualmente es Autozone, precisamente en el lugar donde se apostaban bajo un huamúchil a esperar el paso de los camiones cargados de mercancía. Bajo el cuidado de Salva Toledo, gestionó de alguna manera que Don Guille Díaz les diera permiso de colocarse en esa su propiedad y hasta convencieron al también amigo “El Carnal” para que se animara a poner su muy conocido puesto de tacos de carnitas que todos conocemos, ya que él era camionero.                                                                                                                          

Sirva este medio para hacer un modesto reconocimiento al Señor Borrego, “Borreguito”, esperando que se limpie la placa que bien merece lucir limpia, lustrosa y con orgullo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

LASTIMA QUE LA AMBICION DE UN CONSORCIO DE COMBUSTIBLES ESTE POR DESAPARECER DICHA VIALIDAD, MUY NECESARIA. LO QUE CONLLEBA EL PODER ECONOMICO Y POLITICO