lunes, 27 de agosto de 2012

AMERICAN WAY LIFE...EN LA VIDA DE UN MOJADO



Por: Juan J. Gaspar G.

MOJADO, Made in México… ¡Calidad exportación!

“…Reconocidos por buenos trabajadores, que hasta los mismos patrones nos hablan en español…” Bien haya esa canción tan pegadora allá en los años ochenta, interpretada con pasión por “Los Tigres del Norte”, que vino a crear un verdadero mito, acerca de la infalibilidad en el asunto hoy tan controversial acerca del Súper héroe mojado (según la mitomanía foxista) y su obstinado afán por conquistar el anhelado “Sueño americano”… 


…Otro mojado ha llegado a Los Ángeles, estado de California, año 2000.   Esta primera ocasión la pasada salió en 1,200 dólares, de los cuales solamente pagué la mitad, porque no pude conseguir más dinero entre mis amistades y parientes pobres…Pasamos un chingo de ilegales; éramos un poco más de sesenta, divididos en tres grupos, casi todos varones, incluyendo a tres chamacas como de veinte o poco más años de edad. Por la fisonomía, características antropomórficas… y por  las formas de hablar, vestir y hasta de ir al baño, podíase advertir que casi todos éramos de estratos bajos, como bien decimos, visiblemente jodidos, muy abiertos en el trato y con unas ganas tremendas de tragarnos al mundo de un solo bocado…

Cómo olvidar las tremendas corretizas por el cerro, a media noche, escondiéndonos de los aviones con radar, del aparatoso mosco (helicóptero), saltando barrancos, evadiendo los cordones electromagnéticos tendidos entre la maleza, jugando a las escondidas con los adiestrados sabuesos de la migra, que con ultramodernos dispositivos de rastreo, walki-talkies, binoculares infrarrojos y buen armamento quisieron infructuosamente frenar nuestra afanosa travesía por los espesos matorrales de “El Hongo”, al noroeste de Mexicali, donde el brazo de la sirena mexicana, casi se parte en dos…

Así como cuando jondeas a un gato de la cola y lo avientas a un voladero, llegamos a una casa de dos pisos, en la ciudad de San Diego… los más gandallas para caminar habían llegado, ya andaban muy campantes, con sus greñas destilando, bien bañados y con un palillo de madera entre los dientes, señal de que habían tragado bien y aplastadotes en los muebles de la estancia-comedor veían no se cual entrada entre los Padres de San Diego y mis favoritos, los fenomenales Dodgers de Los Ángeles…

Huevos revueltos, con tortilla y chiles jalapeños, bajados por tremendos sorbos de Fanta, Sprite y Coca-cola enlatadas, que el encargado de la casa nos ofrecía por un dólar… A estas alturas ya nos habíamos identificado, así que las chicas ricachonas tuvieron a bien favorecer a este mojado jodidón , pichándole una soda … Esta serie de trivialidades quedan igual de archivadas como las peligrosas suertes de caer en un barranco o casi dejar el tomate de tus ojos ensartado en los breñales

Durante la década de los ochenta, denominada por los grandes economistas como la década perdida, las grandes economías del mundo entraron en una profunda recesión, en México el impacto fue terrible, la pobreza en el campo y la falta de oportunidades en la búsqueda de empleo, aunado a un acelerado proceso de empobrecimiento de la población urbana y rural alentó el fenómeno migratorio hacia los EEUU…  

En ese impactante fenómeno económico, social y cultural, yo fui, al igual que millones, parte de la estadística, pero algo más: Un mojado con suerte, happy mexican people, mano de obra barata, acostumbrado a la chinga… hecho y, bien hecho, en mi México, ¡calidad exportación!

 Órale, compas… ya llegó otro mojado…

No me canso de contarles la forma en que llegué a la gigantesca y legendaria ciudad de Los Ángeles… Los amigos de una cuñada llegaron desde Long Beach, a pagar el rescate (la mitad del costo, que por poco me cuesta que me dejaran tirado en un Freeway como cosa echándose  a perder)… Todo aporreado, como los tenis rotos, una oreja partida y la cara toda arañada como un vulgar catarrín entré a un Burger King del populoso Este de Los Ángeles.  Todo flickeado engullí un paquete de comida chatarra y fui dejado en el taller-imprenta de Lalo Venegas, alias “El Tártaro”, quien en las primeras semanas se convirtió en mi tutor, benefactor, confidente y generoso anfitrión en esa conurbación gabacha, predominantemente habitada por latinos, más que nada, por mexicanos, pochos y chicanos …

El Tártaro me dió alojamiento, primero en su pequeña imprenta y después en un pequeño apartamento en el cual vivía con su nueva pareja conyugal, una nuera postiza y media docena de chamacos abusivos, respondones e igualados …
Bien dice el dicho que “el muerto y el arrimado a los tres días apestan”, Doña Chencha (Prudencia, que de prudente no tenía nada, nada) la futura esposa de mi amigo “El Tártaro” luego luego quizo meter el hilo por sacar la hebra…

-- Don Gaspar, los vecinos me preguntaron: ¿quién es ese hombre prieto y grandote que entra y sale por su casa?  --Yo les dije que era un sobrino mío que recién había llegado de mi antigua Guatemala y sólo iba a estar por unas cuantas semanas, antes de salir para Nebraska…

Y luego vino el sablazo directo … viendo que yo soy una chucha cuerera en eso de agarrar trabajo habiendo y de ahorrar billetes a lo jijo, me estableció una tarifa de renta y casi me exigió poner una cantidad algo fuerte (cien dólares) para hacer la marketa…  Si no ha sido por el amigo Juan Luis, yerno de Lalo, quien me dijo que no le hiciera caso, que ella era así de gandalla, esta vieja que según era mi tía, me hubiera desfalcado en las primeras de cambio…

Aún así, no quise convertirme en una monserga, así que le cooperé a Doña Chencha sacando de mi bolsa treinta dólares, para el mandado…  Con  una mezcla de coraje y de resignación, pude ver lo abusivo de esta señora, cuando al hacer la famosa marketa, se surtió a lo cabrón de shampoos, detergentes y pañales para bebé Ahí me tuvo tres semanas, hasta que un día acepté la invitación de un cuate nicaragüense para irme de rommate a su apartamento, en el conocido barrio de Koreatown…

Allá por 1986, en pleno apogeo de la ocupación yanqui en Afganistán, el presidente Ronald Reagan extendió amplios beneficios para los inmigrantes, aprobando una serie de medidas que condujeron a una Amnistía generalizada y la posibilidad de legalizar a millones de indocumentados. Compatriotas nuestros, como mi amigo Lalo Venegas, su yerno y mi Tía Chencha adquirieron un status de residentes y ahora estaban a punto de lograr la siempre anhelada ciudadanía y su inserción legal en los asuntos de esa gran Nación fundada por sudados y harapientos inmigrantes europeos…

Un mojado más, un mojado menos, eso fui… un número más entre los millones de paisanos nuestros que viven en los EEUU, trabajando, descansando, divirtiéndose y durmiendo entre las sombras de la ilegalidad. 
Un nuevo mojado, añorando a su querido México y mirando ondear en lo alto la bandera americana…

¡Y vale más tener amigos que dinero!

Ahora instalado en un pequeño, pero cómodo apartamento, comencé a construir una pequeña red de amigos y compañeros de trabajo … Mis vecinos, casi todos centroamericanos se volcaron a ayudarme. En las dos ocasiones, sobre todo en ésta última (2007), todos los vecinos del edificio Lothus, de Alexandría 229 South, me colmaron de modestos regalos, que iban desde tarjetas telefónicas, billetes de cinco, diez y veinte dólares, pases del bus, hasta camisas, pantalones y un pequeño televisor, cosa que agradecí bastante, poco menos que el gesto sincero, genuino y natural de una amistad a toda madre

La manager del edificio me mostró inmediatamente el área de lavado, mi amigo Alfredo me mostró la forma de abordar las diferentes rutas de transporte colectivo, mi amigo Ramón me presentó con sus partners el barrio y Juan Luis, yerno de Lalo, quien ya me había dado infinidad de raites a la esquina de Westlake y 3ª (en mi primer oficio de flayero, tirador de volantes impresos), fue mi conecta con su patrón Brenda Ring, quién me dio trabajo como  ayudante de pintor…

De ser un modesto Profesor de primaria, comencé a cambiar de jales y domicilios siempre con la ayuda de amigos, vecinos y compañeros de trabajo. Fui tirador de flayers, ayudante de pintor, lavaplatos, bus-boy, auxiliar de cocinero y ayudante en construcción. Por lo general la forma de agarrar un trabajo más o menos estable y a satisfacción remunerado se logra a través de la familia o las amistades más cercanas… Aún en los peores momentos, cuando fallaba el trabajo, cuando te recortaban o te descansaban, nunca faltó (Gracias a Dios) una llamada telefónica, una reconfortante cita, unas palabras de aliento, un plato de comida caliente o una taza de café sobre la mesa…

La comunidad inmigrante aún no toma una personalidad política y cultural consistente y uniforme. Son más de cincuenta millones de inmigrantes latinoamericanos que por casi cuatro décadas se han agregado a un conglomerado socio-cultural que incluye a poco más de doce millones de indocumentados que forman pequeñas comunidades a lo largo y ancho de la Unión Americana…

Aunque la situación se puso muchas veces crítica, color de hormiga, ya fuese por las necesidades familiares tan extremas, o por la inestabilidad en el empleo, la mano de Dios siempre me amparó, a través de mis amigos inmigrantes… ¡Qué afortunado es el hombre que tiene amigos aunque no tenga dinero!

Mojados light… ¡Un nuevo estilo de vida!

A los tres días me convertí en ciudadano norteamericano (piratón, claro está)… Por setenta dólares conseguí papeles falsos, Mica (Green card), Licencia para conducir (Driver license) y tarjeta del Seguro social (Social Security Number-SSN)…

En las inmediaciones del Mc. Arthur Park (o en Huntington Park) se pasean los famosos miqueros…

-- ¡¡Micas, micas, seguros, seguros, “Ai-dís” (Tarjetas de Identificación ciudadana o Alien Cards)!!
Ya con papeles chuecos puedes irte a buscar trabajo (rogando a Dios sí encontrar). En mi caso puedo recordar completito el SSN, cuyas últimas cuatro cifras, memorablemente son mis cifras del PIN en mis casi siempre insolventes tarjetas de crédito… Ese 4135 que asenté en aplicaciones de empleo, contratos de renta, matrículas escolares y hasta números telefónicos ¡jamás se olvidará!

Carro, teléfono, unos cuantos billetes en cartera y una agradable compañía femenina siempre resulta necesaria en esa sociedad tan liberal, pero a la vez conservadora… Un tren de vida excitante y agitado, que comienza a las cuatro de la mañana y termina a las cuatro o cinco de la tarde, de lunes a viernes, extendiéndose a sábado y domingo, según la ocupación…

Cuatro de la mañana, el freeway congestionado de camionetas y pequeños compactos, a las siete otro cuello de botella, cuando empleado, estudiantes y uno que otro baquetón salen a desgastar las sólidas calles de esa enorme plancha de concreto… 

Los cafés, 7-eleven, Am-Pm, Shinklers-Donnuts, cafés chino-koreanos y una que otra fonda de comida Mexicana ofrecen aromático café con donas, para apendejar el estómago hasta la hora del lunch… Pobre del mojado que conserva entre sus primitivos comportamientos la perniciosa costumbre de ¡comer tres veces al día!

En eso de comer, la industria gastronómica es un negocio lucrativo y altamente rentable… carritos de hot-dogs, las conocidas loncheras, los pequeños restaurantes mexicanos, las supergigantes cadenas de autoservicios que tiene su departamento de Deli (comida caliente), los McDonalds, Burger Kings, Carl-juniors, Taco-bell y Jack in the box, entre otros y no se diga la enorme cantidad de establecimientos de comida tailandesa, japonesa, vietnamita, hindú, coreana, griega, italiana, argentina, brasileña, cubana y sobre todo china, la conocidísima “chainís-fud” (chinesse food)…    ¡Hambre le pide uno a Dios en esas tierras de lujo y abundancia!

Conocí amigos de distintas procedencias y de casi todas las generaciones de ilegales:  ex-braceros, espaldamojadas, alambrados y modernos pollos; no podía privarme del ingrato privilegio de convivir con chilangos, ninis, pochos y mojados light… Estos últimos de extracción urbana y provenientes de las clases media y media alta de las principales ciudades de nuestro continente, que comenzaron a llegar allá por el 2005, desencantados con las políticas depredadoras del gobierno mexicano y atraídos por las ventajas de una vida confortable y segura en los EEUU… Vivían más o menos bien en México, o en ciudades como Buenos Aires, Sao Paulo, Medellín o Quito, pero por situaciones específicas (Nueva política de migración) cruzaron por la línea de manera ilegal o con visados de turista… Aún muy fusfurusnais, con su arrogante presencia de cosmopolitas venidos a menos, eran mojados como yo, y por su forma modosita de ser, fueron etiquetados por este prosaico escritor, como Mojados light

Apartamentos de mediana calidad en áreas habitadas por koreanos, orientales o europeos…ahí llegaron a vivir algunos conocidos míos, una colombiana, dos argentinos, una ecuatoriana, una familia de peruanos y un venezolano que pasaba mascoteando el freno, echando pestes en contra de Hugo Chávez y presumiéndole a sus cuates las ventajas y comodidades de la vida en los Yunaites-estates…

El fenómeno migratorio tomó una mayor fuerza, a partir de la salida de cientos o miles de latinoamericanos, que se autoexiliaron de manera irregular en los EEUU, huyendo de sus países por razones políticas, económicas o de seguridad personal… La llegada de inmigrantes de mediana solvencia económica se intensificó a raíz del recrudecimiento de la guerra antinarco, impulsada por el gobierno de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, en tierras mexicanas…

El famoso sueño americano… ¿espejismo o realidad?  

Antes de que el hambre arreciara eran muy pocos los paisas que juntaban sus chivitas para irse al otro lado; no hace falta consultar las estadísticas, una insignificante minoría de mexicanos y latinoamericanos decidió marcharse al norte y quemar sus naves en aquella superpoderosa nación echando raíces en las tierras del dólar… Tener un buen trabajo, un ingreso salarial muy alto en comparación a los salarios de miseria y la oportunidad de darle una mejor calidad de vida a sus familias, orilló a muchos compatriotas nuestros a emigrarse y obtener la ciudadanía estadunidense, que los igualaba en derechos al resto de los norteamericanos…

El despegue económico de la postguerra, el avance tecnológico que comenzó a darle una vida de comodidad y de fascinación a las clases medias norteamericanas fue el poderoso imán que atrajo a individuos de los cinco continentes para probar las delicias y placeres de lo que comenzó en tipificarse como el moderno American Way Life (estilo de vida americano), con la anhelada conquista del “sueño americano” o american dream

Si pasas por el Histórico Downtown de Los Ángeles (Centro histórico) podrán apreciarse los vestigios arquitectónicos, murales y muestras pictográficas de los años florescientes, cuando Los Ángeles era comparada con la bella Venecia, la divinamente hermosa New York, la esplendorosa Chicago (Ciudad de los vientos), la legendaria Londres o la eternamente amada París, la Ciudad-luz. El sueño americano, con sus fastuosos eventos de recordación, los impresionantes parades (desfiles) con lujosos carros alegóricos y la celebración de los más caros espectáculos del mundo, que llenaban de luces las marquesinas de la Broadway Street…

Compra la casa de tus sueños; viaja a París y regresa con felicidad; nada se puede comparar con la inversión de tu vida, Campo alegre en Escondido te ofrece las comodidades modernas, sin perder contacto con la naturaleza; autos de lujo en cómodas mensualidades, condominios de lujo, mujeres hermosas y todo un mundo de glamour y exclusividad, hizo creer a todo mundo que Estados Unidos, era Jauja, o un poco más de lo que fue para los viejos judíos, “descendientes de Abraham”: ¡la tierra prometida!

En la actualidad el flujo migratorio descendió a sus más bajos niveles, debido a las fuertes restricciones que el gobierno norteamericano impuso en sus embajadas y estaciones aduanales… Además la imposición de severas medidas de vigilancia y control en las fronteras, aunado a la construcción del muro fronterizo y la creciente criminalidad  en las fronteras, ha provocado un vertiginoso descenso de los desplazamientos de individuos y familias que añoran la estabilidad tan pregonada, pero ahora cuestionable de la otrora poderosa economía norteamericana. La demanda de una reforma integral de legalizaciòn para los poco más de 12 millones de indocumentados sigue en pie...  

Pues, yo ya anduve por allá y a grandes rasgos les conté una buena parte de la experiencia que viví como ilegal en Los Ángeles, a donde con gusto regresaría, al momento de mi jubilación…Faltó decirles que allá entre a la escuela, me convertí en un asiduo visitante de la Central Public Library, una de las bibliotecas más completas y hermosas del mundo…Conocí muchas ciudades cercanas, visité las mansiones-museos de las grandes celebridades y hasta pude ver de cerca a más de alguna de las celebridades de Hollywood... ya ni se diga que fui extra en una película de Demián Bichir..

De todas esas cosa hablaré en otro momento, así que yo no me casé con el sueño americano, viví con intensidad al límite de mis capacidades y mis escasos ahorros…Al final regresé con unos pocos dólares en la bolsa, mi amigo Martín Acevedo me trajo de raite y Bolivar Oramas (ambos amigos del Face) me paseó por Tijuana de noche… ¡Aquí estoy ahora, viviendo entre pobretones como profe rural, mi sueño mexicano!

0 comentarios: