POR:
JOSÉ RICARDO MORALES Y SÁNCHEZ HIDALGO
I.
INTRODUCCIÓN
“La historia no es ni hace nada. Quien es y hace es el hombre”, dijo alguna vez Carlos
Marx, y esta frase nos recuerda la imagen del periodista, que va tejiendo en
las páginas de sus periódicos la historia diaria de las comunidades y nos van
informando sobre quién es quién, y lo que hacen; sin embargo, muchas veces la
gente tiene una idea equivocada de lo que es un periodista, al cual
regularmente acusan de falto de objetividad, lo cual no deja de ser una
necedad, pues es imposible que el periodismo sea objetivo desde el momento que
lo escribe un hombre o mujer que fueron educados de una manera distinta a los
demás, que nacieron y crecieron en un contexto diferente al de su probable
lector, que influye sobre manera en él su entorno y los que lo gobiernan; los
periodistas son personas que han tenido cantidad de penas, logros, derrotas,
alegrías, sinsabores y han logrado fomentar una muy particular ideología que
trasladan, con aciertos o errores al papel. El periodista tiene sus propios sentimientos y
opiniones ante cualquier acontecimiento del cual es testigo y, en consecuencia,
al elaborar una nota, un artículo, reportaje o ensayo no puede dejar de lado
sus emociones, e inevitablemente, consciente o inconscientemente da una
pincelada personal a ese mismo texto.